¨NN¨
Malú Kikuchi
Periodista. Conductora de "Cuento Chino" y "La Dama y el Bárbaro", radio El Mundo. Premio a la Libertad 2013, Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


N N representa una letra que, repetida y en mayúscula, es terriblemente triste. De alguna manera hacen un agujero en algún lugar del corazón. Viene del latín, “nome nescio”, o sea nombre desconocido.
 
Se dice de un muerto que no ha podido ser identificado. De alguien que nadie reclama, o porque no saben dónde se encuentra el cadáver o porque este no tiene familia. Dos situaciones desgraciadas.
 
N N también pudiera ser la jibarización de los NI NI, o sea de aquellos jóvenes que NI trabajan, Ni estudian. Tristísima y difundida realidad argentina de estos últimos años. No son las únicas opciones.
 
Hay una tercera posibilidad y es la más horrible, N N puede representar la reducción de  Niños Narcos. Pensaba que ya había escuchado todas las monstruosidades humanas, pero resulta que esta, no estaba en el radar. 
 
Información de Infobae: en La Matanza, Villa Puerta de Hierro, después de 33 allanamientos, en los que intervinieron la Jefatura del Departamento Matanza, el Grupo Gad, Infantería, Caballería, comisarías y efectivos de Morón, finalmente se logró desmantelar la banda del Gordo Juan.
 
Sucedió el miércoles 28/2, en los 3 bunkers se fraccionaba, envolvía y comercializaba la droga. La oferta era variada, pasta base, coca y marihuana. Detuvieron 13 personas. Descubrieron que usaban niños de 6 y 7 años como vigías, alias “soldaditos”.
 
Los chicos no iban a la escuela y debían vigilar por si se acercaban policías o gendarmes. Todas las noches les pagaban $50, una gaseosa y un paquete de galletitas. No usaban chicos mayores, adolescentes, porque ya estaban demasiado enfermos por culpa del paco. Y los chiquitos nunca trataron con los narcos, sólo con los chicos mayores.
 
A los 6 o 7 años a un chiquito se le puede escapar alguna información sin darse cuenta, razón por la cual nunca conocieron a los traficantes. Los soldaditos eran unos 30, luego en Moreno, en otra redada, encontraron el mismo sistema. La pregunta debe ser, ¿en cuántos lugares más de nuestra Argentina sucede esto?
Estamos hablando de chiquitos que deberían creer en papá Noel o en los Reyes Magos, chiquitos con mamá y papá, abuelos amorosos, escuelas funcionando, líderes morales, deporte, juegos de chicos, con otros chicos. Un mundo normal con horarios para comer y comida en la mesa familiar, cuadernos y lápices, y noches hechas para dormir, no para vigilar el narcotráfico.
 
Desde que pasados gobiernos dejaron deliberadamente entrar a los narcos al país, la Argentina va hacia un abismo al que no se le ve el fondo.  Y el fondo está tapizado de chiquitos que ni siquiera tienen que ir a la escuela, no sólo porque los padres no los mandan, sino que además, no hay clases.
 
Y mientras sindicalistas y gobiernos discuten salarios, nunca educación, los chiquitos de 6 y 7 años hacen de soldaditos de los narcos, porque los de 14 ya están estragados por el paco.
 
Si este horror se queda en solo una noticia chocante en los medios y se la comenta durante 24 horas o menos y, de ahí no pasa, algo nos está pasando a los argentinos que no reaccionamos, que no exigimos clases con chicos y maestros dentro de las aulas; un Sedronar trabajando día y noche, esas mismas noches que los chiquitos trabajan de soldaditos. Trabajen para que eso no suceda.
 
Hay que ser muy mala persona para no hacer algo al respecto, hablarlo, demandarlo, pedir políticas públicas más severas al respecto, y conste que este gobierno las tiene, pero nada es suficiente. ¿Todo va a quedar en una noticia de un portal y algunos diarios? ¿A nadie le importa? ¿Esos chiquitos que viven en una villa no despiertan la empatía del resto de la gente?
 
Mientras los chicos no estén en la escuela, mientras las familias no sean tales, mientras nos preocupemos más por el programa de TV del momento que por nuestros chiquitos más desvalidos, creo que Dios, cansado de nosotros, se ocupará de otra galaxia.
 
 

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