Radiografía actual del delito urbano
Osvaldo Rolleri Aragón
Investigador, especializado en Seguridad. Corresponsal desde España de Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


Desde Lombroso (primer criminólogo), el delito urbano fue evolucionando en muchos aspectos, como así también los métodos de control. En algunos lugares fueron exitosos, pero en Argentina no tanto. En un breve resumen, ¿Cómo se encuentra la situación actual en nuestro país?
 
El delincuente
Hasta hace 50 años el clásico delincuente tenía ética y valor; y se podía entregar al Comisario Meneses a sabiendas que de enfrentarse con él, resultaría “boleta” (muerte en tiroteo) según la jerga que se impuso en aquella época. Hoy tenemos un delincuente muy joven, atravesado por la droga, cobarde, muy violento y sin ninguna ética; roba a los niños, abuelos, mujeres embarazadas, es violador y asesino sin ningún remordimiento. No le teme a nada, ni al policía, ni al patrullero, ni a la cárcel. Su hábitat es la comisaría, la cárcel y vuelta a la calle, a iniciar otro ciclo delictivo.
 
Marketing político
Steve Jobs hace sólo 10 años al presentar el primer teléfono inteligente, dijo: “… es un producto revolucionario que cambiará todo”; y así fue, cambió el mundo, y también el marketing político. Antes, el seguimiento del delito estaba reservado a los ámbitos específicos, pero con el desarrollo de los nuevos medios de comunicación, ahora, los ministros de seguridad, informan dónde va a haber más policías, más patrulleros, más cámaras. Los intendentes informan a los delincuentes cómo actuar frente a la policía si los detienen. Es como si un juez de instrucción indicara públicamente qué va a allanar o qué teléfonos va a intervenir; o si la Afip diera volantes de cómo evadir impuestos. Solo interesa decir lo que da votos, en función de los sondeos, encuestas y su impacto para las elecciones de 2019, 2021 y demás.
 
La Policía
Antes los policías tenían formación, respaldo, y eran bien retribuidos en todos los aspectos, entonces eran correctos e ingresaban los mejores. Ahora, por la urgencia, se les da arma, chapa, y poder a quien se presente, sin mayor instrucción. Y luego, se encuentran sin respaldo legal, con bajos salarios; y además, expuestos a perder lo poco que tienen por juicios que les hacen los delincuentes. Por lo tanto, no entran los mejores, y muchas veces se asocian con delincuentes y narcos (pagan más).
 
Las cárceles
No se construyen las cárceles, que todos los gobiernos prometen, sí desactivarán Devoto. ¿Por qué? Ningún político quiere inaugurar una cárcel, debido a que puede perder votos, por los ataques opositores. Quiere “cortar cintas” de escuelas o fábricas. El resultado: superpoblación, hacinamiento, las comisarías pasan a ser semicárceles, también superpobladas. Y las consecuencias, son ataques a las comisarías; y por otro lado en las cárceles, en medio de ese caos, se venden servicios, hay negocios, corrupción, pasando a ser escuelas de posgrado en delito. Porque adentro de las cárceles, se sabe todo.
 
La Justicia
Desde hace más de 20 años, se enseña en las universidades el criterio abolicionista en el área penal, cuyo líder y gurú del penalismo es Zaffaroni. Entonces, los jueces no quieren aplicar las leyes que sí están. Entienden que el delincuente es una víctima del sistema capitalista, y hay que eliminar las cárceles. Son sacerdotes ateos, firmando sentencias, por lo cual, todos los días liberan asesinos que vuelven a matar.
 
Izquierda y comunicación
La izquierda, actual dominadora de la comunicación del mundo y muy potente en Argentina, utiliza el método directo de una palabra o frase, para destruir toda idea que ataque a sus planteos ideológicos. Frente a cualquier análisis para mejorar el problema, se lo fusila de un tiro diciéndole “Facho”. Como esa palabra causa estupor político, ya nadie se atreve a decir: aplicar la ley, tolerancia cero; y ni hablar, de mano dura contra el delito. Se borraron de los análisis las palabras orden, autoridad, represión (que la indica el código penal), porque quien la use puede ser ejecutado: “Sos la dictadura”.
 
El abolicionismo además cambio el léxico de los conceptos para identificarse, el delito pasó a ser conflicto social; el preso cambió por individuo en conflicto con la ley penal, etc. También usa las palabras especulación, articulación, abordaje, etc.; y promociona el delito, como el caso de los piquetes irritantes e ilegales, “no reprimir la protesta social”; delincuencia juvenil, “ningún pibe nace chorro”; violencia de género, “ni tuya, ni yuta, muerte al macho”. Inclusive, las escuelas forman a los alumnos con los conceptos de esa ideología, dado que maneja desde hace muchos años la educación argentina.
 
CONCLUSIÓN
No se necesita ser un experto de la CIA para entender lo que ha sucedido; o sea, el abandono político de este tema en las últimas décadas. Argentina necesita un cambio significativo en estos campos. La coyuntura económica y social, complican su atención inmediata. Pero con voluntad política, dedicación y continuidad, en pocos años podrían empezar a percibirse una mejora en la seguridad, en especial, en las provincias de Bs. As., Sta. Fe y Mendoza, donde el delito urbano es más sensible. 
 

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