Seguridad interior: Situación presente y desafíos inmediatos
Carlos Argentino López
Miembro del equipo de seguridad LATAM de FIAT Chrysler a cargo de Argentina y Chile.
El mundo se encuentra ante un cambio
de paradigma respecto de los conceptos seguridad y defensa; esto se activa globalmente con una
feroz dinámica de conflictos y crisis donde ya nadie puede desconocer espacios
para nuevos protagonistas en la gestión de los mismos, más allá de las
herramientas que disponen los estados nación.
Un aspecto del abordaje en el análisis
de la
situación actual y los desafíos inmediatos de la seguridad interior en
ARGENTINA, se enfoca en la cuestión del rol que ocupan actores del sector
privado que participan en la conducción y operaciones de acciones de seguridad incidiendo
en el escenario.
Latinoamérica es hoy la región más violenta del mundo en
términos criminales, con una tasa media de homicidios de 24/100m, lo que
representa cuatro veces el valor medio mundial. Los países afectan el 3% promedio de su PBI por el fenómeno criminal.
Los homicidios impactan de forma
desproporcionada a los varones de entre 15 y 30 años segmento de muchísima
gravitación dentro de la población económicamente activa y con el triste condimento de un bajo nivel de
esclarecimiento; el 10% de los casos.
Para Argentina el cambio de signo
político de las últimas elecciones presidenciales, modifico sustancialmente los
modos de relacionamiento de nuestro país con el mundo. En el plano de las
relaciones internacionales algunas de las evidencias inmediatas son las visitas
de jefes de estado de países centrales; España, Italia, Francia y EEUU (por
ejemplo). Otro dato que impacta en lo inmediato es el desarrollo de las
jornadas del “G 20” (desafío concreto al sistema de seguridad del país).
Los intentos por atraer nuevas
inversiones y la apertura hacia los mercados se matizan con una imagen no muy
nítida en cuanto a la solidez de un entendimiento social y político donde
subyace la sensación de conflicto en
estado latente.
En la Argentina en términos de
criminalidad convencional es frecuente el asalto callejero, “los motochorros” y
son alarmantes las altas tasas de robos en casas, entre las más altas de la
región.
Respecto del crimen organizado las
bandas violentas que operan en sectores marginales son solo una parte visible
de la problemática, otras redes más
profundamente enquistadas operan a cubierto dentro de la profundidad del estado
mismo.
En términos estadísticos en el país
por cada efectivo policial existe uno y medio de la seguridad privada la
que es atendida y gerenciada por ex miembros de las fuerzas de seguridad o
armadas que se pasaron al sector muchas
veces ampliando sus capacidades y conocimientos en la actuación cotidiana en el
mercado.
En cuanto a la definición del rol
del sector privado de la seguridad y su interacción con el estado, la misma no
tiene unidad de criterio en cuanto a regulaciones y a límites de atribuciones, si bien los medios empleados y la dinámica en
la generación de respuestas para la mitigación, imponen un desarrollo con mayor velocidad de
respuesta que la del sector público.
El contacto inmediato con el
problema, la cuestión del daño económico evidente, la perdida y los costos
imponen entre otros factores la necesidad de corrección inmediata que permita
garantizar la continuidad del negocio.
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