Presidente Almo vs Trump y EU
Ricardo Valenzuela
Pues bien, ya tenemos presidente AMLO ante el
pánico de la comunidad mundial, pero también la gran algarabía del club de los
super perfectos idiotas latino americanos encabezados por Cuba, el chofer de
autobuses, Nicolas Maduro, el analfabeto, Evo Morales, el libertador de
Nicaragua, Daniel Ortega y demás miembros del zoológico del cual El Peje hace
tiempo forma parte. Finalmente, Hugo Chavez esboza una gran sonrisa desde el
fondo del infierno orgulloso de su discípulo. Ahora la preocupación del mundo
es qué esperar de la nueva relación entre México y EU, la que durante tanto
tiempo el Peje ha venido anunciando en forma de amenaza.
El mundo entero se disputa los asientos de
primera fila ante lo que se anticipa como un espectáculo nunca visto: El enfrentamiento de dos hombres por demás
interesantes, pero también muy diferentes y, sin duda, un par de showmen con
antecedentes igualmente diferentes, pero con algo que los identifica y preocupa
a los dos países. Ambos muestran un gran desprecio por el país del otro. Trump
desprecia la clase política mexicana tanto como la de su país, a la que culpa
por la eterna gravedad de la situación de México y le provoca pavor que la
inmigración ilegal se convierta en una en una invasión incontrolable, que venga
a consolidar los asentamientos mexicanos por todo EU estilo East LA
El Peje odia y desprecia los EU por motivos no
muy claros que no sean la actitud de las autoridades americanas de no permitir
la inmigración que a él le gustaría y, de manera especial, lo que él, como
miles de otros mexicanos, han absorbido en las escuelas y universidades
públicas como la UNAM, en donde las principales salas de conferencias han sido
dedicadas a Carlos Marx, el Che Guevara, Fidel Castro, Salvador Allende. En el
caso de México es más grave pues el odio del Peje por EU y su presidente, es
apuntalado con el odio hacia Trump que expresa el país entero al que, asumiendo
conocimientos colectivos de psiquiatría, califican de psicópata, racista, nazi,
sexista, homofóbico, anticristo y líder de la canasta de deplorables tan bien
descrita por Hillary Clinton. Es un hecho que quienes ya tienen sus asientos de
primera fila, serán testigos de un enfrentamiento entre el Peje y Trump que
deberá explotar con motivo de dos visiones totalmente diferentes y, sobre todo,
por el estilo pugilístico de ambos. Pero especialmente por el tema migratorio
en el cual sus posiciones son extremas.
Y en este enfrentamiento entre el Peje y Trump,
el Peje y México van a perder. Un enfrentamiento entre dos hombres agresivos
que anticipadamente se podría describir, será de proporciones bíblicas y
repito. México va a perder en grande y no será nada más la pérdida del mercado
de EU. La nueva relación con Corea del Norte marcha por ruta firme y al
consolidarse, EU va a enfocar todas sus baterías hacia ese país asiático en
donde recientemente la CIA informaba que los minerales no explotados de Corea
del Norte tienen un valor estimado que se aproxima a los 100 Trillones de
dólares. Es decir, potencialmente es el país más rico del mundo. La reunión
reciente de Trump y Kim Jong Un, no fue precisamente para hablar de moda ni
cambiar ideas para el tratamiento del cabello de ambos.
Lopez Obrador durante ya mucho tiempo, en medio
de su locura, ha tratado de avanzar la idea de que México tiene el derecho de
monitorear la situación de sus ciudadanos ilegalmente residiendo en EU.
Recientemente ha iniciado sus clásicos gritos expresando su noción, convertida
por él mismo en una obligación bilateral, asegurando que los mexicanos tienen
el derecho de penetrar los EU cuando a ellos les plazca. Para AMLO este es un
privilegio innato y ha prometido defenderlo—sin aclarar el significado de su
defensa, que no sea solo desenfundar la absurda histórica noción de la
soberanía de las fronteras.
Este hombre ha llegado a urgir a los mexicanos
para abandonar sus pueblos y encontrar una nueva vida en EU. De forma natural
ha desarrollado ese estado mental porque, cuando le conviene, asume como normal
lo que ha sido, bajo cualquier estándar, una histórica relación anormal. Él
está decidido no solo a perpetuar, sino ampliar esa asimetría. En esta era de
Trump, AMLO igualmente usa su método especial para razonar y afirmar que el furor
y la histeria de la media americana hacia su presidente, representa una mayoría
y las profundas raíces domesticas opositoras a la administración de Trump—según
él, por las políticas restrictivas de las leyes migratorias existentes. Sin
embargo, encuestas reflejan algo diferente a pesar de sus muy conocidas
actitudes negativas hacia Trump.
Los hechos son reales y consistentes al revelar
que Mexico, no los EU, es el verdadero agresor y beligerante en muchos frentes
en esta relación bilateral. México, en un TLC con aroma de proteccionismo,
exhibe un superávit de más de $70 billones de dólares con EU, el más grande
entre sus socios comerciales incluyendo a Japón y Alemania, excepto China. Los
arquitectos del TLC durante mucho tiempo aseguraron a los estadounidenses que
una guerra comercial jamás explotaría, y no se debían de preocupar ante la posibilidad
de algunos desbalances dado que se pensaba la mejor forma de ayudar al despegue
de México, era abriendo los mercados de EU como lo hicieran después de la
guerra con Japón y Alemania.
Suponían que en este nuevo panorama México
finalmente lograría cierta paridad con los EU, a medida que migración y
comercio se neutralizaran. Pero el esperado crecimiento económico de México no
se ha dado, esa simetría no se ha logrado aun con el TLC operando. Entonces,
después de 24 años, ante la vista del mundo surge un disfuncional estado
mexicano cuyos carteles de la droga controlan y manejan el país, arropándolo
con sus enormes ganancias producto del tráfico de drogas y seres humanos hacia
los EU. Es muy obvio que el TLC no produjo un México más seguro ni una nación
más prospera, gentil, ni de brazos abiertos. México continúa atrapado en el
estatismo que no permite la emergencia de una verdadera clase empresarial,
autónoma y sin dependencia del gobierno.
Además, los mexicanos que violan la frontera
para luego vivir ilegalmente en EU hacen envíos de más de 30 Billones de
dólares al año hacia su país. Esa suma es ya mayor que los ingresos del
gobierno por petróleo y turismo tan necesitados en estos momentos. Esa masa
enorme de dólares que recibe México cada año es una tangible realidad, ante la
agresiva retórica de AMLO casi exigiendo poder de veto sobre las leyes
migratorias de EU, e inclusive, cierta participación en su política interna. Lo
que no se dice con claridad, es que muchos de los mexicanos en EU que hacen
esos envíos, son beneficiarios de ayudas federales, estatales y locales que les
proporcionan el flujo para que sus transferencias sean mayores. Pero a ALMO no
le importa el que esos mexicanos manteniendo el país a flote, puedan
encontrarse en una situación difícil en los EU, y tengan que buscar subsidios
del gobierno para poder canalizar esos billones de dólares, uno de los
elementos más importantes para mantener a un gobierno corrupto.
El arma de Trump ¿Por qué los EU no grava esos
envíos y por qué no prohíbe asistencia pública a extranjeros ilegales que
envían ese dinero a México? son algunos de los extraños fenómenos de la todavía
más extraña e ilegal matriz de inmigración. En estos momentos hay más de 20
millones de ilegales en EU consecuencia de la política de fronteras abiertas,
piedra angular de la política interna e internacional de México. La ciudad de
México es un importante módulo internacional y de control para las mafias,
estructurando el flujo no solo de mexicanos, pero también millones de
centroamericanos, cubanos y otros caribeños en su ruta hacia la frontera de EU
para luego penetrarlo ilegalmente.
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