La caída Argentina no tiene piso
Alejandro A. Tagliavini
Senior Advisor, The Cedar Portfolio. Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland (California). Galardonado con el Premio a la Libertad, otorgado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre.
Contra todos los pronósticos la economía
sigue en descenso y no se vislumbra una rectificación del rumbo hacia el crecimiento.
Dicho rápidamente, el que produce es el mercado y, entonces, la economía florecerá
en la medida en que el Estado deje de extraer -y malgastar- sus recursos. Pero Macri,
siguiendo la política que aplico en la CABA, ha aumentado el peso estatal.
Cuando el gobierno asegura que bajó
la presión fiscal, no se condice con el aumento de la recaudación, superior a la
suma de la inflación y el “crecimiento” del PIB: en mayo fue récord histórico
con una variación interanual de 43,4% mientras que la variación de junio fue del
31,9%. Y, aunque esto fuera solo efecto de controles de la Afip más eficientes,
significa menos recursos para el mercado.
Pero, además, el Estado absorbe fondos
por otras dos vías que crecen. Primero, la inflacionaria (40% en 2016, 25% en
2017 y camino de superar 30% en 2018) ya que significa emisión exagerada con el
fin de solventar gastos a costa del mercado que ve la moneda en sus manos
desvalorizada. Y, segundo, el endeudamiento estatal y las altas tasas de
interés.
Mientras el neo keynesianismo, hoy
de moda, dice que las tasas altas bajarían la inflación, el IPC aumenta el
mismo ritmo descontrolado del costo del dinero al punto que las consultoras
estiman que la inflación de junio será la más alta del año llegando hasta el 4,1%,
y la núcleo hasta el 4,2%.
A ver, cuando se deja de emitir en
exceso -se evita la inflación- el mercado deja de ser expoliado a través de la
desvalorización de la moneda. En cambio, cuando se retiran pesos vía endeudamiento
estatal o altas tasas o subida de encajes -un punto de encaje saca de
circulación unos $ 20.000 M- se están retirando del mercado recursos que
deberían ir a la producción.
Y no se vislumbra -menos aun con los
contraproducentes “consejos” del FMI- que estos tres modos de expoliar al
mercado disminuyan. Así, un “crecimiento” solo podría darse al estilo del de 2017
(2,9%), que no fue tal sino inflado con créditos que superaron el 7% del PIB,
pero hoy el problema es que difícilmente pueda el darse nivel de endeudamiento
necesario.
Entre paréntesis, el recorte en el presupuesto de 2019 de $ 300.000 M (si
lo cumplen) para bajar el déficit, además de ser inútil si no baja la presión
fiscal total -impuestos, inflación, endeudamiento/tasa altas- es poco y, del
modo en que lo plantean, contraproducente. Y. siguiendo con el paréntesis, las
intervenciones del BCRA para “controlar” al dólar también son contraproducentes
porque, una vez que se le acaben las fuerzas, la divisa retomará su valor.
Debido al crecimiento del stock de letras del Tesoro en
dólares, el riesgo de que el gobierno no pague su deuda, implícito en los
credit default swaps (CDS) a 5 años, llegó al 6,76%, contra el 3,73% en
diciembre 2017. Todavía es bajo, pero se duplicó en 7 meses. La semana pasada, Hacienda
pagó una tasa récord de 5,5% anual en dólares y captó solo US$ 514 M con Letes
sobre los 1.200 M que vencían.
Obviamente, el Tesoro va a tomar
todos los desembolsos del FMI, hasta diciembre de 2019, US$ 13.400 M en 2018 y
11.700 M en 2019. El financiamiento con el resto de los organismos (BM, el BID
y CAF) el año próximo sumaría US$ 1300 M, además de los 3000 M de 2018. Según
la consultora ACM, aun suponiendo que refinancian todas las Letes en 2019, el
Gobierno necesitará otros US$ 37.500 M (7% del PBI) solo para sostenerse.
Y esta semana se presenta
complicada. Empieza hoy lunes con la reapertura del Bono del Tesoro (BOTE) 2020
-que se puede usar para integrar los encajes- que paga una tasa del 26% nominal
anual (27,7% efectiva) del que ya colocaron $ 55.700 M a mitad de junio.
El martes vencen $536.000 M en
Lebac y se espera una renovación menor a los dos tercios ya que los bancos
utilizarán parte del dinero que cobren el día siguiente para comprar el BOTE
2020 (se liquida el miércoles 18) e integrar con estos papeles remunerados la
suba en los encajes y buscarán recomponer, además, su tenencia de liquidez, hoy
muy baja al punto que las tasas de corto plazo llegaron a moverse entre el 60 y
70%.
Finalmente, miércoles suben los encajes
de 26 a 28% -que con las subas desde junio significará el retiro de $160.000 M,
el 15% de la base monetaria, pero que en la práctica oscila entre $ 180.000 y
200.000 M dada la sub integración de encajes antes permitida- y se liquidan los
títulos del Tesoro y BCRA mencionados lo que permitirá a los bancos arbitrar
entre ambos.
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