Alberdi, nuestros jóvenes y el Estado
Eduardo Maschwitz
Presidente del Consejo de Administración de la Fundación Atlas para una Sociedad Libre. Premio
a la Libertad 2007, Fundación Atlas para una Sociedad Libre.
En los últimos años ,
coincidiendo con el acceso al gobierno del PRO, tanto en la Ciudad de Buenos
Aires , como en la Provincia de Buenos Aires , y en el gobierno federal, siendo
extensivo en las tres jurisdicciones a organismos y empresas públicas, he visto
una gran cantidad de jóvenes universitarios muy bien formados, algunos
comenzando su carrera laboral y otros ya con algunos años de experiencia
,comenzar su carrera laboral, o bien abandonando su carrera laboral en el
sector privado , yendo a trabajar al sector público.
Apreciando esta
realidad, intenté investigar las razones de esta tendencia conversando con
jóvenes que son parte de este proceso y otros datos de información pública. Con
preocupación recordaba las palabras de Alberdi que decían que cuando las mentes
más brillantes de un país van a trabajar al sector público (no creador de
riqueza), en lugar de hacerlo en el sector privado (creador de riqueza y
bienestar) , dicho país está “perdido”.
De mis conversaciones
con los jóvenes pude obtener información muy enriquecedora y de lo más variada.
A veces sentía que los jóvenes eran más sinceros, y otras veces más difícil de
comprender sus verdaderas razones.
Algunos mencionaron con
ilusión que ante este nuevo gobierno se encontraban incentivados y motivados
para generar un cambio, a dar una mano y ayudar. Varios que mencionaron lo
anterior encontraron luego que no podían satisfacer sus expectativas. Otros
reconocían que fueron al estado por falta de oportunidades en el sector privado
y una cantidad nada despreciable de nuevos profesionales y de ya algo
experimentados, reconocían haberlo hecho por encontrar mejores condiciones económicas
que en la actividad privada. Dentro de las mejores condiciones económicas no
solo mencionaron el mejor salario de bolsillo, sino también la poca exigencia,
la jornada laboral reducida y otros beneficios adicionales.
Ratificando lo anterior,
salió publicado recientemente información que mostraba que mientras el salario
real del sector privado se había reducido algo en los últimos años, que el
salario real del gobierno federal en cambio había crecido y que en la provincia
de Buenos Aires y sobre todo en la Ciudad de Buenos Aires habían crecido mucho.
El entorno tanto físico
como laboral del sector público es capaz de doblegar al más ambicioso y
eficiente. Oficinas y equipamientos regulares pero por sobre todas las cosas un
sistema laboral que tiende a la ineficiencia absoluta, con estabilidad total
laboral de por vida, con jubilación anticipada, con jornada laboral reducida,
con crecimiento profesional por antigüedad y no por mérito, son capaces de
esmerilar al más motivado emprendedor. Es cierto que los ingresos de bolsillo
esperables no serán los mejores, pero sí lo son, además, en los puestos
inferiores, atrayendo entonces a muchos jóvenes inexpertos.
Más difícil de
encontrar consenso es en el hecho adicional que se realizan tareas y funciones
que la sociedad no necesita, pero que hay que pagar, con la filosofía del
ESTADO PRESENTE de nuestros gobernantes, extensivo a empresas que reciben
subsidios y que además no deberían ser de propiedad pública.
La mayoría de las
tareas que se realizan en el sector público, sumado a las condiciones laborales
mencionadas, hacen muy costoso el hecho que nuestros jóvenes profesionales
ingresen a trabajar al estado. Seguramente estén sobrecalificados, y es bien
probable que en el mediano y largo plazo no puedan hacer todo el aporte que
soñaron, por la sencilla razón que las tareas que realizan son de bajo valor
agregado y eficiencia.
Por cada joven que
ingresa al sector público, ¿cuantos jóvenes necesitamos que ingresen al sector
privado para poder financiar su sueldo? No lo sé, pero seguramente más de
cuatro. Con esta tendencia estamos lejos de estas cantidades, en estas
juridicciones.
Quiero invitar a
nuestros jóvenes universitarios a que reflexionen sobre esta tendencia. Que
vean donde pueden hacer su mayor aporte a la sociedad. No será resignando algún
mejor ingreso de corto plazo, priorizando trabajar en un entorno de
meritocracia, haciendo tareas cada vez de mayor valor agregado, también creando
empleo, compañías, productos y servicios y pagando impuestos justos para
sostener al Estado. Y luego, ya experimentados y con años de madurez, si así lo
encontraran atractivo, volcar su capacidad y experiencia en el sector público en
posiciones de responsabilidad y alto impacto social, y estratégicas para el
país? ¡Allí si podrán hacer una diferencia y un verdadero aporte!
Yo creo que Alberdi
tiene razón. Los resultados a la vista.
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