Patria independiente y Bolívar soberano
César Yegres Guarache

Economista. MSc en Finanzas. Profesor universitario. Director Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Cumaná. Mención especial, Concurso Internacional de Ensayos: Juan Bautista Alberdi: Ideas en Acción. A 200 Años de su Nacimiento (1810-2010), organizado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


@YegresGuarache / cyegres@udo.edu.ve





El lenguaje público utilizado por los regímenes autoritarios -como el que impera en Venezuela desde 1999- nunca es improvisado. Muy al contrario, cada frase y palabra tienen una intención, velada o no: sea generar confusión, incertidumbre, caos, división entre las personas, desconfianza, desesperanza, resignación, miedo, entre muchas otras, siempre con un pernicioso denominador común de mantener el status quo de una población sometida a los caprichos de un grupito de poderosos.
La lista de epítetos que se han utilizado en Venezuela, primero por Chávez, ahora por Maduro y de forma paralela por cualquiera de sus voceros oficiales, es sumamente larga en sus casi 20 años de gobierno, y sin duda, será objeto de estudio de expertos de la comunicación, de las ciencias políticas y de la historia. En ese amplio inventario merece atención la referida a la moneda. Porque los números y la evidencia reflejan la farsa de esos gobiernos que dicen querer “proteger al pueblo” y terminan pulverizando algo tan sagrado para un trabajador como la remuneración por sus esfuerzos.
 
El 1ero de enero de 2008 entró en vigencia en Venezuela una reconversión monetaria, bajo la cual a todos los montos pecuniarios en la economía se le suprimían 3 ceros, lo que implicaba la aplicación de un nuevo cono monetario. A diferencia de lo ocurrido en otras experiencias similares de América latina, el nombre de la moneda no fue cambiado totalmente sino que se le colocó el adjetivo de “fuerte” para diferenciarlo del anterior. “Aquí hay fuerza” gritaba entusiasmado un niño señalando una de las nuevas monedas en los spots informativos del Banco Central de Venezuela, en TV, radio, internet y vallas por todo el país.  El mero hecho de utilizar nuevos montos y gradualmente sustituir billetes y monedas fue exitoso desde el punto de vista operativo y logístico. El detalle clave fue que no estuvo acompañado de las medidas generalmente recomendadas por la teoría y la experiencia para contener a la inflación.  Entre octubre y noviembre de 2017, antes de cumplirse los 10 años de esa reconversión, regresaron los 3 ceros (128.150% de inflación acumulada desde enero de 2008), y con la “fuerza” suficiente para iniciar una etapa de hiperinflación que aún se mantiene (50% o más de inflación mensual y que acumula 31.004% en esos 9 meses).
 
Ante el natural caos que un alza de los precios de esa magnitud genera en la cotidianidad de la gente, el Gobierno ordenó una nueva reconversión monetaria, planteada inicialmente como la sustitución de 3 ceros pero que tuvo que ser cambiada a 5 ceros, y que entró en vigencia el pasado 20 de agosto. Como la “fuerza” de aquel bolívar fue destruida, ahora a este lo denominan “soberano”. Pero todo indica que su poder de compra será aún más efímero que el de su predecesor. “Nuestra patria es independiente y nuestro bolívar, soberano” reza ahora el mensaje oficial del BCV. Ya se sabe que la “patria”, la “soberanía y la “fortaleza” de una moneda tienen significados muy distintos cuando son utilizados por Gobiernos como el que oprime actualmente a los venezolanos.
 
 

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