Falacias de la ideología de género
Eloy Soneyra

Doctor en Psicología de la Universidad de Belgrano especializado en Calidad y Factor Humano. Es autor y editor de libros como: “Gerencia y Excelencia, Calidad de la A a la Z” (el primer diccionario enciclopédico de la calidad y la gerencia en el Mundo), “Autodiagnóstico de la Gestión empresaria” (primer sistema cuantificado con las Bases del Premio Nacional a la Calidad). Director Ejecutivo del Estudio Soneyra, organismo destinado a la Psicología Aplicada a la Clínica y a asesorar a personas de empresas sobre Calidad y Factor Humano. Mención especial, Concurso Internacional de Ensayos: Juan Bautista Alberdi: Ideas en Acción. A 200 Años de su Nacimiento (1810-2010).



La educación sexual integral se sostiene en la ideología de género, que expresa que el ser masculino o femenino es el resultado de una cultura social, que señala a través de vocalizaciones o acciones modelos de nene o nena, sin participación del infante, y no un proceso natural, postura que lleva a las siguientes reflexiones sobre la ideología de género:
 
a)    no tiene en cuenta que son cerca de 10.000 los verbos que expresan acciones humanas, donde no más de 50  de ellos son “acciones  sexuales” inexistentes en la senilidad y en los años iniciales de desarrollo psicosexual,  por lo que la educación que sobre sexualidad se quiere enseñar obligatoriamente en las escuelas se desarrolla en un minúsculo campo del cotidiano vivir.
 
b)    no tiene en cuenta que los cambios físicos que experimenta la persona durante el desarrollo no obedece a modelos sociales (verbales, físicos,  o culturales: juegos y vestimentas) sino a mandatos naturales. Por lo que insiste que el género de cada uno  deviene de expresiones como “sos nene”, o “sos nena”,  o sin fundamento expresa que no hay juegos para nenes y nenas.
 
 
c)    No tienen en cuenta que los órganos sexuales devienen de hormonas distintas en el hombre a las de la mujer, aun en casos de ablación: por ejemplo del pene en Bruce Reiner y  las siguientes operaciones para darle una vagina, no lograron que el menor se sintiera mujer.
 
d)    No tienen en cuenta que esas ideas tienen el propósito de anular la familia como célula social como uno de los medios para lograr el poder político,  como señala el capítulo XXI del manifiesto comunista: para llevar esa  educación de niños y adolescentes a ser propia de los Estados y no de los progenitores que sienten el deber de educar de acuerdo a sus propios idearios. Ideas claras que se ven por ejemplo en el artículo primero del decálogo de 1913 de Lenin, donde  señala a los  marxistas: “corrompa a la juventud y dele libertad sexual”
 
 
e)    No tienen en cuenta que imponer la “ideología de género” en el proyecto de Educación Sexual Integral (ESI) implica “hacer a otros lo que te dolería si te lo hicieran a ti”.
 
f)     No tienen en cuenta que el tema ideología de género  busca socavar la familia, según los siguientes principios gramscianos y lo establecido en los 47 planes y objetivos del comunismo que publicara la revista “Sigla” de junio de 1984, especialmente en estos tres artículos: 24º) Hacer abolir todas las leyes contra la obscenidad definiéndolas como “censura” y violación a la libertad de expresión; 25º) Demoler las normas culturales del sentido moral, fomentando la pornografía en libros, periódicos ilustrados, cine, radio y TV. 26º) Presentar la homosexualidad, las degeneraciones y la promiscuidad de sexos como “normales, naturales y saludables”
 
 
g)    No tienen en cuenta que sus propósitos son afines con los de “Guerra irrestricta” de los coroneles chinos Qiao Liang y Wang Xiang Sui, especialmente los artículos: 1º Guerra cultural 9º Guerra psicológica y 13º Terrorismo.
 
h)    Por otra parte: a)  la observación de animales muestran la falacia de la ideología de género, pues machos y hembras no son producto de una denominación como “vaquita” y “torito, mostrando sí diferencias sexuales; b) olvidan que el derecho deviene, como señaló Mahatma Gandhi, de un deber anterior; c) por último los niños de 1940 y los jóvenes de 1950 maduramos sexualmente sin educación sexual en las escuelas y los índices de maternidad temprana eran cercanos a cero.
 
 
i)     La ideología de género como ideología de la subversión cultural está detalladamente  expuesta en “El libro negro de la nueva izquierda” de Nicolás Marques y Agustin Laje, cuyas páginas han despertado violentas reacciones de dirigentes rojos y de los ciegos mentales que los acompañan, a la par de vítores y aprobaciones de los amantes de la libertad.   .
 
 

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