¿A quién ayudan las ayudas sociales?: Del ¨Estado de bienestar¨ al Estado autoritario
Daniela Araque
Participante del Programa de Jóvenes Investigadores y Comunicadores Sociales 2018 de Fundación Atlas para una Sociedad Libre. Venezolana residente en Argentina.



Este mes se reunirán en Buenos Aires miembros de CLACSO a debatir sobre las injusticias del sistema capitalista, el “fascismo” en Brasil, sobre temas de género, pobreza, entre otros, los invitados de lujo serán: Cristina Fernandez Kirchner, Fernando Haddad, José Mujica, Gustavo Petro, Dilma Rousseff, Ernesto Samper, y el impresentable Pablo Iglesias, entre otros.


Además de las acusaciones de corrupción y el gran rechazo que generan en sus países, a estos invitados de CLACSO los une el mismo modo de ver el mundo: “se debe controlar la vida de los ciudadanos desde el Estado”, obviamente no lo presentan de esta manera sino que le dicen a los votantes que les darán ciertas dádivas (educación, salud, cambio hormonal, aborto, o lo que fuere, todo “gratis”) porque al votarles automáticamente se hacen merecedores de todo esto.


Élites, captura del Estado y Desigualdad, es el nombre de una de las ponencias no se si se refiere a la élite de los K y todos los empresarios favorecidos por los privilegios desde el poder, no se si refiere a la élite venezolana que puede transportar droga a Europa con total impunidad. Por captura del Estado podemos asociar como vía impuestos el Estado termina capturando los mejores años productivos de nuestra vida para luego pasar a un sistema de pensiones deprimente. Mejor no me extiendo con esto de captura, el señor Petro podría recordar quienes financian su candidatura. ¡Y de desigualdad ni hablemos! ¿en serio estos políticos que se han enriquecido en su gestión a costa de todos los ciudadanos nos van a hablar de desigualdad?, supongo que para hacer eso primero tendrán que explicar la fortuna de los Kirchner, los Chávez, los Maduro, los Lula, y demás.


El tipo de paternalismo propuesto por estos disertantes de CLACSO, es típico de gobierno de izquierda, donde en un principio se empieza jugando a la revolución, imprimiendo dinero sin respaldo, “disminuyendo” el desempleo mediante contratación en el sector público, ofreciéndole pan y circos tanto a los más pobres como a la progresía de clase media y alta, cuyos profesores los atormentan continuamente hablándoles de los “horrores” del capitalismo.

No, es de extrañarnos, ya nuestra Dama de Hierro no los advertía: "El socialismo no procede del pueblo. Es una doctrina de intelectuales que tuvieron la arrogancia de creer que podían planificar mejor la vida de todos."


Existen paternalismos más leves que pretenden funcionar como correctivos a nuestros modos de vida, por ejemplo, el hecho de aumentar los impuestos a las bebidas que contienen más azúcar, las imágenes en los cigarrillos en donde se nos advierte las consecuencias de su consumo, etc.


Desde la visión de Hayek, pese a que el socialismo no tenga la misma fuerza que en el siglo pasado, las personas han colocado al Estado en el lugar de una divinidad, como si pudiese conceder cosas milagrosamente o no estar sujeto a un marco jurídico.

No es muy descabellado pensar que una vez que las personas santifiquen al Estado, y este les dé “derechos sociales”, a cambio de cuotas de libertad, de a poco vayan cediendo y dejando que los burócratas se encarguen de sus vidas, como si estos supieran que les conviene, hasta un punto en el cual ya no alcance más el dinero con el que se financian los “derechos” y entonces, de exigirle algo al Estado, éste como buen padre, tenga que disciplinar a sus hijos. En pocas palabras: el paternalismo es el paso previo al autoritarismo.


Como liberales nos manifestamos en contra de las medidas paternalistas, sin importar el tinte político, pues representan una coacción al libre desenvolvimiento de nuestras vidas y la búsqueda de nuestra felicidad, cada individuo es responsable únicamente de su propia vida, y el Estado no debe asumir como debemos dirigir nuestras vidas, imponernos una forma de pensar o una moral que seguir.



 

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