Ser o no ser aborto
Rogelio López Guillemain
Autor del libro "La rebelión de los mansos", entre otras obras. Médico Cirujano. Especialista en Cirugía Plástica. Especialista
en Cirugía General. Jefe del servicio de Quirófano del Hospital Domingo Funes,
Córdoba. Director del Centro de Formación de Cirugía del Domingo Funes
(reconocido por CONEAU). Productor y conductor de "Sucesos de nuestra
historia" por radio sucesos, Córdoba.
Hace pocos días, sucedió en el Hospital
Masvernat de Concordia, Entre Rios; un hecho dramático que conmocionó a todos
aquellos que se enteraron del mismo, a pesar de la poca trascendencia que se le
dio en los renombrados medios nacionales (llamativo ¿no?).
Una niña de 13 años, ingreso al hospital
cursando un embarazo de más de 20 semanas de gestación y junto a sus padres
quienes la acompañaban, solicitaron se practicara un aborto.
Más allá del sinnúmero de vericuetos que
presenta el caso, los que sólo titularé, hay un análisis más profundo que deseo
realizar. Pero enumeremos algunos datos
accesorios que se rescatan de los testimonios que publican diferentes medios
entrerrianos:
-
La niña tendría una relación
con un joven de unos 15 años, quien sería el padre del bebé. En un principio no se habría alegado
violación, tesis que se invocó luego de la participación del abogado de parte
(invocar violación obliga a realizar el procedimiento sin más que una
declaración jurada).
-
Ante la negativa en primera
instancia por parte de los médicos, la jueza Belén Esteves, titular del juzgado
2 de Familia de Concordia, sólo programó una audiencia (que fue suspendida al
definirse la aplicación del protocolo) e informó que “ningún juez de esa ciudad otorgó autorización judicial para la
interrupción del mencionado embarazo, dado que se trata de un caso no
judiciable por existir normativa que regula el aborto no punible”.
-
El Director del Hospital
Masvernat, el Doctor Miguel Ragone, explicó desde el punto de vista médico la "inviabilidad" del feto que no
supera las 22 semanas. El facultativo se
pregunta qué se hace con un feto de 24 semanas, que tiene posibilidades de
supervivencia y agrega “nosotros como
médicos deberíamos tener la conducta de asistirlo”. Para finalizar sentenció “hay baches en la ley”.
-
El médico ginecólogo y
obstetra Fernando Rivas, sentenció: “esto
no fue un aborto, esto fue un parto inmaduro lo cual es mucho más grave”. También agregó que “la colega que le tocó lo vivió tan presionada y, te diría, cuasi
amenazada de que le iban a hacer una demanda penal si no hacía o no intervenía
en el Protocolo, en enfermería lo mismo”.
-
Por su parte, el Ministerio de
Salud de Entre Ríos hizo lo que mejor saben hacer los políticos; declaraciones
vagas y ambiguas.
-
El abogado Pedro De la Madrid,
consejero de la familia, dijo que “fue
una decisión totalmente contraria a derecho.
Fue así que decidimos ir a la Justicia, pero en estos casos no tiene que
haber una intervención judicial”, también agregó que “fue una pérdida innecesaria de tiempo ir a la Justicia. Se perdieron
dos semanas por la oposición burocrática en el hospital a acceder a practicar
un aborto que está establecido en el protocolo”, “el hospital debió hacer la práctica desde un primer momento”.
-
Con respecto a los dichos del abogado, llama la
atención la frescura con la que identifica a un aborto con un “trámite burocrático”, como si se
tratase de la compra de papel higiénico.
Califico como “oposición
burocrática en el hospital” al cuidado y reparo por parte de los
profesionales ante un tema tan delicado como lo es la práctica de un
aborto. Incluso el presunto “apriete” a la médica para que realice
el procedimiento, amenazándola con una demanda penal, cobra más verosimilitud a
la luz de estas declaraciones.
Al respecto, es llamativo que para realizar una
amputación de una pierna “no viable”
en un paciente “enfermo” y cuya vida
corre peligro, deban llenarse requisitos legales tanto o más complejos que para
realizar un aborto.
Pero lo
realmente preocupante, es el hecho de que el neonato habría nacido con vida y
que habría estado (hay quienes dicen hasta 10 horas) abandonado hasta que
finalmente hubo de fallecer.
¿Es esto cierto? Los testimonios de los testigos y las
declaraciones de las autoridades y los políticos al respecto parecen ser
contradictorios. Pero sin dudas algo
pasó y algo muy terrorífico; tan terrorífico que llevó a no menos de 7
profesionales a presentar el formulario de “objeción
de conciencia” luego del episodio; tal como lo confirmaron las propias
autoridades del hospital.
Al respecto el Dr. Fernando Rivas dijo: “acá en el hospital tenemos una mezcla de
sentimientos, entre sorprendidos, angustiados y contrariados” y agregó “la mayoría del plantel de Maternidad va a
presentar o ya presentó la objeción de conciencia que es una declaración
jurada, personal de cada uno, y que la ley nos habilita a que presentándola
estamos librados de cometer un aborto”.
¿Se entiende el peligro que encierra esta
situación de dejar morir a un niño (niña en este caso, ¿femicidio?) que nace
vivo?
En Canadá (país que suele estar a la cabeza del
mundo en todo lo que implica posmodernismo), se ha abierto el debate sobre el “aborto postnatal”; si, el asesinato del
bebe apenas nace. No hay que ser
demasiado lúcido para establecer un paralelismo entre los abortos tardíos, los
postnatales y la costumbre de los espartanos de arrojar desde los acantilados a
los hijos “defectuosos”.
¿Cuál es el límite de este ataque a los valores
éticos y a los derechos humanos por parte del posmodernismo o posverdad?
¿Cómo es posible que se obligue a un médico a
dejar morir a un bebé en una chata, porque “salió
mal” el aborto? Situación muy
cercana al salvaje “aborto posnatal”
propuesto en Canadá.
¿Hasta qué punto mi “derecho” a una vida sexual plena, justifica mi “derecho” a realizarme un aborto, como
medio de resolver las irresponsabilidades e imprevisiones (las menos de las
veces el embarazo es por violación) que tuve al copular?
Me resisto a entregar mi integridad y mis
valores a esta caterva de sátrapas, quienes sólo piensan en destruirme como
individuo, como ser racional, como persona dueña de un pensamiento crítico que
le permite distinguir lo bueno de lo malo, lo debido de lo indebido, lo justo
de lo injusto, la vida de la muerte.
Seré para ellos, un enemigo implacable.
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