Tratados de libre comercio: desafíos pendientes para competir
Ernesto Selman
Vicepresidente del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES), República Dominicana.



La capacidad de competir de las empresas es crítico para una economía pequeña que depende mucho del comercio internacional. Para alcanzar un crecimiento sostenible que genere riquezas y elimine bajos niveles de ingresos, la producción de una economía pequeña debe dirigirse al mercado externo. Esto requiere una estructura de costos que permita a los emprendedores competir en los mercados internacionales. También, se requiere bajos costos de producción para que las empresas que dirigen su producción al mercado interno puedan competir con las importaciones. Con el tratado de libre comercio con Centroamérica y Estados Unidos de América (EEUU), DR-CAFTA, es crítico que la República Dominicana se aboque a aplicar políticas públicas que reduzcan la estructura de costos internos y permitan a las empresas radicadas en el país competir, tanto en el mercado externo (exportaciones) como en el mercado interno (importaciones).    
Según el DR-CAFTA, para el 2015 se liberalizarán más de mil partidas arancelarias de una gran cantidad de bienes centroamericanos y de EEUU. Productos industrializados como varillas, cementos, de plásticos y para la higiene, entre otros, entrarán al mercado dominicano libre de aranceles. También, productos agrícolas como papa, ajo seco, chinola, guandules y piña, entre otros frutos tropicales, podrán importarse libremente. Esto representa un reto para la economía dominicana en la medida que las barreras a la inversión (principalmente por temas burocráticos) y los costos internos de vivir y hacer negocios penalizan a las empresas radicadas en el país. También, penaliza a empresas con el potencial de establecerse en la República Dominicana para aprovechar la cercanía al mercado estadounidense y el tratamiento preferencial del comercio por el DR-CAFTA. 
 
Ambiente de negocios que genera incentivos perversos
El problema que enfrentan las empresas radicadas en la República Dominicana para competir con bienes importados son los altos costos en la economía dominicana. Existen diversos factores que imponen mayores costos de vivir y hacer negocios. Uno de los elementos que introduce costos adicionales es la incertidumbre que generan reglas de juego que no se respetan ni se hacen respetar consistentemente, que no están claras y/o que cambian constantemente por diferentes motivos. Instituciones débiles y falta de transparencia se combinan para generar incentivos perversos en el accionar humano en su rol de emprendedor, lo que impone mayores costos económicos a toda la sociedad. 
En ese ambiente se promueve hacer negocios con quienes administran las reglas de juego; los negocios más lucrativos involucran alguna institución pública y/o personas que pueden acomodar las reglas a intereses particulares. Muchas inversiones no se dirigen a proyectos que producen bienes y servicios que demandan con más urgencia los consumidores y a menores costos posibles, sino que se desarrollan proyectos  adaptados a intereses particulares con elevados costos. De esta forma, las decisiones pseudo-empresariales hacen que recursos escasos en la economía no se dirijan a los usos más productivos. Esto se traduce en menor aprovechamiento de los recursos escasos, limitando el potencial de generar riquezas y agregar valor en toda la cadena de la producción hasta el consumo final; más y mejores puestos de trabajos, mayores ingresos y consumidores satisfechos.
Por otro lado, la incertidumbre sobre el futuro que genera el ambiente de negocios descrito implica que el accionar humano se dirija más hacia el presente, adoptando una visión de más corto plazo. En consecuencia, los emprendedores requieren que el retorno de sus inversiones se realice en un período de tiempo más corto. De esta forma se promueve un tipo de inversionista que no está pensando en invertir en el largo plazo y que tiende a ser más conservador en las toma de decisiones. Ese tipo de inversionista busca establecerse en países donde las reglas de juego son transparentes y consistentes con una economía de mercado que pueda proteger sus inversiones y las ganancias que puedan generar, creando más y mejores puestos de trabajo en el proceso.
 
Costos de producción elevados
Existen otros elementos más evidentes que  imponen costos adicionales de hacer negocios y de producir para las empresas radicadas en la República Dominicana. Algunos elementos que recargan la estructura de costos, los cuales son transversales a todos los sectores de la economía son:
  1. Los precios de combustibles los establece el Estado en la República Dominicana y son 40-50% más elevados que en Centroamérica, México y Estados Unidos; los impuestos representan alrededor de 40% del precio final. Los márgenes de beneficios de los participantes en el mercado de hidrocarburos son mayores que los países mencionados; éstos también los define el Estado. 
  2. El costo de transporte de cargas son más elevados que en otros países por un mercado oligopólico que impone precios fuera de mercado, amparados por el Estado, quien otorga exenciones fiscales al combustible de los transportistas, distorsionando aún más el mercado de hidrocarburos. Mientras desarrollamos infraestructura vial envidiable para los centroamericanos, la estructura de mercado impone precios monopólicos.
  3. El costo de energía eléctrica es más elevado que en la mayoría de los países de la región y entre los más altos del mundo, donde el Estado maneja gran parte del negocio; los subsidios y la autogeneración son costos que se añaden al alto precio que pagan los consumidores. Los costos de la factura eléctrica, subsidios y autogeneración forman un “precio sombra” muy elevado que penaliza la capacidad de competir de las empresas radicadas en el páis.
  4. Altas cargas tributarias, con siete modificaciones al código tributario desde el 2000 que implicaron mayores tasas de impuestos y gran cantidad de figuras impositivas; se asume que mayor carga tributaria equivale a mayores recaudaciones para el Estado, lo que es un error. Es importante aclarar que cualquier impuesto en cualquiera de las actividades económicas se traducen a mayores precios de bienes y servicios, lo que provoca que los productos dominicanos sean más caros; de esta forma las empresas pierden capacidad de competir.
  5. El costo laboral no salarial es elevado como resultado de una legislación laboral con distorsiones y rigideces que imponen altos costos de hacer negocios e incentiva el empleo informal. En base a la estructura de costos salariales, las pequeñas y medianas empresas no pueden sobrevivir si cumplen con las obligaciones tributarias y laborales, lo que se traduce en menor productividad. De esta forma, la capacidad de competir de esas empresas es prácticamente nula.
Estos son sólo algunos de los elementos que imponen mayores costos de vivir y hacer negocios en la República Dominicana, comparado con otros países. Análisis comparativos internacionales contenidos en informes que analizan las barreras y costos de invertir y producir en distintos países indican que la República Dominicana no está en una posición ventajosa. El Índice de Competitividad Global 2013-2014 del Foro Económico Mundial y el Doing Business 2014 del Banco Mundial, por ejemplo, resaltan barreras y obstáculos al clima de negocios en el país. También, indican estructura de costos para hacer negocios más elevada que la mayoría de los países de ingresos medios y más elevada que todos los países de altos niveles de ingresos. En este sentido, estos índices señalan algunos elementos críticos donde el país tiene serias vulnerabilidades.
 
Recomendaciones de políticas públicas
La sociedad dominicana debe abocarse a implantar una serie de reformas estructurales que reduzcan el costo de vivir y hacer negocios en la República Dominicana. Para empezar, se requiere un ambiente donde se promueva la competencia, se respeten y se hagan respetar las reglas de juego para eliminar incertidumbres en  la economía y sobre el futuro. Esto disminuye el riesgo de hacer negocios y, en consecuencia, el costo de emprender en el país.
Desde CREES, hemos indicado que existen diversos elementos que debe incluir un programa serio de reformas que cambien la realidad socio-económica de los que residen en la República Dominicana. Entre estos elementos hemos propuesto:
  1. Ley de Responsabilidad y Transparencia Fiscal, que imponga límites al endeudamiento público y lo que lo provocan;[†]
  2. Reforma Tributaria Integral que simplifique sistema impositivo y reduzca tasas de impuestos para ampliar las base de contribuyentes (equidad) y reducir costos internos;
  3. Cambio de la estructura del mercado de energía eléctrica, involucrando al sector privado y manteniendo al sector público como regulador, según la Ley General de Electricidad;
  4. Reformas al mercado de hidrocarburos para introducir mayor competencia, permitiendo que los márgenes de participantes y precios de combustibles se determinen en el mercado;
  5. Introducir mayor competencia en el mercado de transporte de cargas y permitir que los precios se determinen en el mercado y no por grupos oligopólicos bajo la sobrilla del Estado;
  6. Introducir mayor participación de la sociedad civil en la provisión de servicios básicos, como educación y salud, manteniéndose el Estado como regulador y facilitador del financiamiento a esos servicios básicos dirigidos a los más necesitados;
  7. Mejoramiento al sistema de la seguridad social para evitar costos adicionales y permitir que los fondos de pensiones puedan traducirse a la inversión y no se coloquen la mayoría de los fondos en títulos del Estado;
  8. Reforma al código laboral que permita reducir los costos que asumen las empresas sin penalizar los salarios de los trabajadores para promover el empleo, la formalidad laboral y reducir el sub-empleo; y,
  9. Reformas institucionales que involucren revisión de la burocracia estatal, su costo y efectividad en la provisión de los servicios de justicia, seguridad ciudadana y otros servicios públicos básicos que deben reforzarse.
Esta sería una primera aproximación de un programa de reformas que permita el progreso económico de los dominicanos por menores costos de vivir y hacer negocios, en adición a mayor productividad en la economía. La liberalización del comercio que conllevan los tratados internacionales como el DR-CAFTA impondrá mayor competencia a los productores radicados en el país; su capacidad de competir depende de políticas públicas que eliminen barreras a la inversión y reduzca los costos de producción. Los desafíos que enfrenta la sociedad dominicana en términos económicos deben enfrentarse a la mayor brevedad para mejorar las condiciones de vida de todos los dominicanos.
 
 

[†] En octubre de 2013 se introdujo en la Cámara de Diputados un Proyecto de Ley de Responsabilidad y Transparencia Fiscal donde colaboraron la Fundación Institucionalidad y Justicia (FINJUS) y CREES.Tratados de libre comercio: desafíos pendientes para competir
 
 
 

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