El Gobierno y la economía del divague
Alejandro A. Tagliavini
Senior Advisor, The Cedar Portfolio. Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland (California). Galardonado con el Premio a la Libertad, otorgado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre.
Macri dijo que “los
argentinos no quieren volver para atrás” pero el PBI no deja de caer, vamos
para atrás. Entretanto en la Rosada aseguraban que “en diciembre de 2019, la
economía estará más sana que en 2015”. ¿Tanto cuesta ser realista y aceptar los
datos -oficiales- que muestran lo contrario?
Dicen que baja la
inflación. Imposible. Para empezar no entienden que este fenómeno es el exceso
de emisión de moneda en tiempo real. Así, “absorber” pesos del mercado no tiene
sentido porque, una vez emitido el exceso, precisamente vía aumento de precios,
el mercado equilibró la oferta y demanda. Si a posteriori se retira moneda del
mercado ofreciendo tasas altas, se provoca una “emisión negativa” es decir, en
tiempo real se baja artificialmente la demanda de dinero, no los precios.
Además, están los
números. Dice el Gobierno que está bajando “desde los registros de septiembre y
octubre de 2018”. Entre noviembre y enero, el aumento mensual de los precios
fue de entre 2,5% y 3,2%, la mitad que septiembre. ¡Qué alentador! ¿Pero, y si
es verdad que en febrero superará el 3,5% y que sigue subiendo?
Según el oficialismo,
el índice de precios mayoristas es un anticipo y aumentó 0,6% en enero,
acumulando 2% en el último trimestre, el crecimiento más bajo desde fines de
2016. La realidad es que esta baja -circunstancial- nada tiene que ver con la
inflación, sino que, por el contrario, muestra recesión en aumento, y la
contrapartida es una caída mayor en la demanda de dinero.
Por esta ridiculez de
creer que “absorbiendo” dinero baja la inflación, el BCRA volvió a subir las
tasas -Leliq casi en 50%- aumentando la “bicicleta”, destruyendo la producción.
Insólitamente, lo hacen para “frenar” al dólar como si su precio provocara
inflación y no al revés.
A ver, el precio del
dólar tiene que subir porque es, precisamente, otro precio y dada la inflación
debe acomodarse, por oferta y demanda, para equilibrar al mercado. Con un dólar
artificialmente planchado, el precio en dólares de los productos debería
aumentar al ritmo de la inflación -de los costos- lo que los deja fuera de
competencia. Así es como las exportaciones caen.
Insólitamente el
gobierno dice que esta “construyendo una macroeconomía más sana… hacia el
déficit cero… un tipo de cambio competitivo y estable, con superávit comercial…
Este es el camino para reducir la inflación”. Sin palabras, de no creer. Y
remata argumentando que van a reactivar “a partir de las exportaciones, la
continuidad de la baja de tasas y la recuperación de salarios y jubilaciones”.
Por cierto, las ventas minoristas cayeron 11,6% en enero, 13 meses consecutivos
de baja.
Economía estimaba que
las exportaciones crecerían arriba de 20% en 2019. Y la realidad muestra que,
por el contrario, caen. Bajaron 4,7% interanual en enero y la cosa va para peor
-por el desfasaje dólar/inflación- a pesar de los pronósticos -basados en
deseos imaginarios- del gobierno y muchas “consultoras” al punto de prometer un
superávit comercial en 2019 al nivel del 2012.
Si todavía hubo
superávit -no por mucho tiempo- de u$s 372 M en enero frente a los u$s 1.000 M
proyectados, se debe a la recesión, la destrucción de la producción que logró
que las importaciones cayeran 26,5%.
Pero el gobierno no se
escapa de la realidad con sus solas fuerzas, además de las “consultoras” hay
otros “expertos”. Por caso, cuando está claro que el problema es un exceso de
Estado parasitario sobre el mercado cada vez más expoliado, la “mejor escuela de
negocios”, ubicada en Pilar, propone ahondar el problema. En un informe afirma
que “el rol contractivo de las erogaciones del sector público sobre gastos de
inversión y consumo… brinda sustento a la contracción”.
O sea, la baja del
gasto estatal provoca la recesión económica. Dios nos libre de estos
“expertos”, como el FMI asegura que “se están logrando avances importantes”.
Claro, al ser un banco (multi) estatal es, necesariamente, estatista y
estatizante y, entonces, considera que la consolidación del Estado es un
“avance”.
Divagues de lado, el
diario económico global más prestigioso, The Wall Street Journal, en un
editorial -”Brexiteers for Argentina”- asegura que “El ´brexit´ no funcionará
con el modelo económico… inflacionario de Argentina”, sino convirtiendo a Gran
Bretaña “en un Hong Kong o Singapur, con baja regulación, bajos impuestos y
libre comercio…”. Según Came, de cada “$100 que entran a una pyme, 46 va a
impuestos”, y queda mucho por sumar. Así, según O. Ferreres, la Inversión Bruta
Interna Mensual cayó 5,6% interanual en 2018, y va para peor. Los
Procedimientos Preventivos de Crisis se duplicaron durante el macrismo, y el
problema se agudizó con las retenciones a las exportaciones industriales -una
alícuota del 8%- y la disminución del reintegro a dichas ventas.
Publicado en Ámbito Financiero.
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