La próxima crisis
Manuel Suárez-Mier
Profesor de Economía de American University en Washington, DC.



México ha enfrentado condiciones económicas externas muy benignas desde la Gran Recesióniniciada en 2007 al reventar la burbuja en el mercado inmobiliario de EE.UU. con repercusiones mundiales, pero es un hecho que nos acercamos a una nueva crisis económica mayor.
Ello se debe a que la duración de la actual recuperación está por romper récords como la más prolongada de la historia y se empiezan a percibir signos que barruntan una recesión próxima, pues se ha desacelerado el crecimiento en casi todo el mundo, agravado por el proteccionismo en más naciones.
El problema de hacer pronósticos es que muchos creen que los economistas están calificados para ello, lo que es falso. La revisión del texto clásico de Charles Kindleberger (Manias, Panics and Crashes: A History of Financial Crises,  2015, 7th edition, Palgrave McMillan), remozado por Bob Aliber (K&A), sustenta el punto anterior: los economistas estamos siempre listos para enfrentar la debacle previa. 
Las crisis financieras se gestan en burbujas especulativas que llevan los precios de algún activo a niveles exorbitantes que tarde o temprano tienen que ajustarse, lo que genera pánico en los especuladores y derrumba el precio del activo.
Es útil revisar la lista de las once grandes burbujas especulativas, según K&A:
  1. Tubérculos de tulipanes holandeses (1636)
  2. Mares del sur (1720)
  3. Mississippi (1720)
  4. Mercados accionarios mundiales (1927-29)
  5. Deuda externa de México y otros países subdesarrollados (1982-89)
  6. Mercado accionario e inmobiliario en Japón (1985-89)
  7. Mercados accionarios e inmobiliarios en los países nórdicos (1985-89)
  8. Mercados accionarios e inmobiliarios en el sudeste asiático (1992-97)
  9. Aumento súbito en la inversión extranjera en México (1994)
  10. Mercado accionario over-the-counter en EU (1995-2000)
  11. Mercado inmobiliario en EU (2007-2010)
K&A califican como manías a los ataques de euforia que se generalizan entre los inversionistas en la fase positiva del ciclo de crecimiento económico, cuando los precios de algún activo o las expectativas mejoran mucho. Ello lleva a los inversionistas a subir su gasto pues el aumento en el precio de sus activos los ha enriquecido, lo que estimula más crecimiento económico e induce a pronosticar una bonanza financiera prolongada. Los más optimistas proclaman el fin de las recesiones, el advenimiento de la prosperidad perpetua y de un nuevo paradigma económico, así como la muerte de los ciclos de negocios y del análisis económico tradicional.
Los síntomas de la fase maniática del ciclo son fácilmente identificables, y varios están presentes hoy en día. Lo que no es tan sencillo es saber cuál será el alfiler de detonará la siguiente burbuja ni cuándo ocurrirá. Así lo demostró Alan Greenspan al referirse a la “exuberancia irracional” de Wall Street en 1996, cuando el índice Dow Jones era de 6,437 puntos. La crisis sobrevino en 2000 con un índice arriba de los 12 mil puntos. Lo mismo ocurrió en 2006 cuando muchos auguraron una bonanza perpetua.


Este artículo fue publicado originalmente en Asuntos Capitales (México) el 19 de abril de 2019 y en Cato Institute.

 

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