FAQs del caso venezolano
César Yegres Guarache

Economista. MSc en Finanzas. Profesor universitario. Director Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Cumaná. Mención especial, Concurso Internacional de Ensayos: Juan Bautista Alberdi: Ideas en Acción. A 200 Años de su Nacimiento (1810-2010), organizado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


@YegresGuarache / cyegres@udo.edu.ve






¿Qué está pasando en Venezuela?
 
Desde mayo del año pasado, Venezuela se encuentra en un “limbo jurídico” porque se celebraron de manera adelantada las elecciones presidenciales previstas para diciembre que, en línea con la constitución vigente, definirían al primer mandatario para el período 2019-2025. Sin embargo, en un entorno donde la totalidad de los poderes públicos -con la única excepción de la Asamblea Nacional de mayoría opositora- está sujeta a los designios del Poder Ejecutivo, dicho proceso comicial tuvo a Maduro enfrentado a 2 candidatos opositores de dudosa procedencia y casi nula credibilidad, en condiciones totalmente sesgadas, con el uso de recursos públicos, inhabilitación de dirigentes políticos, anulación de partidos y cuyos resultados no fueron reconocidos por la verdadera oposición venezolana ni por cerca de 70 países. En consecuencia, para la inmensa mayoría de los venezolanos y del mundo democrático y libre, Nicolás Maduro carece de legitimidad y está usurpando la silla presidencial.
 
¿Cómo surge Juan Guaidó?
 
Juan Guaidó es un ingeniero industrial de 35 años de edad, con postgrados en gerencia pública y dirigente del partido Voluntad Popular, de Leopoldo López. Es uno de los más de 100 diputados opositores, de un total de 167 escaños de la unicameral Asamblea Nacional y representa a su natal estado Vargas. El pasado 5 de enero es escogido internamente como Presidente de dicha institución para el lapso 2019-2020, como parte de un convenio de rotación anual entre los partidos de la Mesa de Unidad Democrática. No obstante, su ascenso a tal cargo coincidió con la culminación del período de 6 años del Presidente de la República y el “limbo jurídico” ya mencionado, por lo cual Guaidó, apelando al artículo 233 de la Constitución venezolana, asumió las funciones del Poder Ejecutivo ante el Parente “vacío de poder”.
 
¿Entonces Guaidó se autoproclamó como Presidente de Venezuela?
 
El pasado 23 de enero, en una sesión especial de la Asamblea Nacional abierta al público, Guaidó efectuó un acto simbólico de juramentación como “Presidente encargado” de la República, aun cuando no estaba obligado a hacerlo porque el artículo 233 de la Constitución señala que las funciones del Poder Ejecutivo recaerán automáticamente en quien presida el Poder Legislativo, en diversos escenarios concretos de ausencia del primero. Sin embargo, esto no ha estado exento de polémicas, por cuanto el causal de ausencia o vacío de poder derivado de un proceso comicial ilegítimo no es mencionado de forma taxativa en tales escenarios. Por lo tanto, Maduro se ha apoyado en la Fuerzas Armadas para permanecer ocupando el Palacio de Miraflores y despachando como presidente impidiendo a Guaidó de cumplir en la práctica con las facultades del Poder Ejecutivo que le corresponderían. Guaidó, en paralelo con su rol de máxima figura del órgano legislativo nacional, se ha encargado de demostrar su capacidad de movilización popular interna en manifestaciones multitudinarias y de tejer una red de apoyos nacionales e internacionales. Su agenda de propuestas ha sido ampliamente difundida y consiste en el “cese de la usurpación”, la instalación de un “gobierno de transición” y la celebración de “elecciones libres”.
 
¿EEUU va a invadir militarmente Venezuela para derrocar a Maduro?
 
Diversas personalidades de EEUU, incluyendo al Presidente Donald Trump, han señalado en reiteradas ocasiones que en el tema venezolano “todas las opciones están sobre la mesa”. Pero los indicios señalan que se busca agotar los medios pacíficos y diplomáticos de presionar a Maduro y su equipo para que abandonen el poder y permitan la instalación de un gobierno de transición y la realización de elecciones justas y limpias. Sin embargo, precisamente ha sido el propio gobierno de Maduro quien ha ido dinamitando las alternativas de solución pacíficas a esta crisis institucional, desde una mesa de diálogo impulsada por la República Dominicana hasta el bloqueo de un referendo revocatorio de su mandato, pasando por toda una serie de violaciones directas de los derechos políticos de sus adversarios. El respaldo de la opinión pública internacional a una solución violenta de la crisis venezolana es sumamente bajo y, si bien no luce como un escenario inminente, su posibilidad puede incrementarse a medida que Maduro y sus allegados sigan reprimiendo y violando derechos humanos.
 
¿La crisis social y económica que padece Venezuela es causada por las sanciones que ha recibido por parte de los Gobiernos de EEUU, la Unión Europea y otros países?
 
Desde finales de la Presidencia de Barack Obama, más de 100 personalidades políticas y militares vinculados al gobierno de Caracas han sido blanco de sanciones por parte de EEUU como el revocado de visas, el congelamiento de activos y bienes personales en el exterior y el bloqueo de operaciones financieras y comerciales, de carácter estrictamente individual. Algo similar ha sido aplicado por la Unión Europea. En realidad, fue a partir de 2017 que la administración de Donald Trump ha venido tomando medidas dirigidas a Venezuela como un todo, con la suspensión de operaciones con bonos de deuda pública y con el “Petro”, la moneda digital emitida por el Gobierno venezolano; además de la reciente cancelación de las órdenes de compra de Petróleos de Venezuela, S.A. (Pdvsa) y de su filial CITGO.  Sin embargo, el colosal deterioro de las condiciones de vida de los venezolanos tiene hondas raíces en el modelo impuesto por Hugo Chávez, exacerbado luego en tiempos de Nicolás Maduro.  En lo que ya se ha catalogado como uno de las más grandes descalabros de una nación del hemisferio occidental, la producción interna de bienes y servicios ha retrocedido a la mitad en los últimos 5 años; los precios de venta al consumidor se duplican rápidamente en medio de un estadio de hiperinflación, con una tasa mensual de incremento en los precios que ha superado el 50% en los últimos 17 meses, además de una tasa anualizada de 7 dígitos porcentuales. Las mediciones independientes de aspectos sociales revelan que ya casi 9 de cada 10 venezolanos califican como pobres por la línea de ingresos.
 
¿Cómo se resolverá esa situación?
 
Es casi unánime la visión -desde especialistas de diferentes disciplinas hasta el ciudadano promedio- que Nicolás Maduro y su equipo carece de lo necesario para solucionar siquiera alguno de los graves problemas que agobian al venezolano en la actualidad. Así se demostró en sus primeros 6 años de mandato y en los meses adicionales bajo usurpación. Bajo esta premisa, la única base de apoyo real actual del régimen es la militar, pero todo apunta a que privará en los uniformados venezolanos el sentido común ante la creciente presión social por el desastre económico, el aislamiento internacional y las serias acusaciones que gravitan sobre funcionarios públicos en materia de narcotráfico y violaciones de derechos humanos. Ante ello, se estaría en búsqueda de una solución pacífica, consensuada y negociada a esta situación, con acompañamiento internacional. La diplomacia y los tiempos de los protocolos internacionales para casos como éste tienen su propio ritmo, pero la dinámica de las penurias de los venezolanos no da tregua. Cada día de alargue trae su propio costo en sufrimiento, pobreza y muerte.
 
 

 

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