Diciembre negro con final incierto
Humberto Bonanata

Director de Notiar. Premio a la Libertad 2012, otorgado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre.



“Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía aunque los ciudadanos voten y tengan Parlamento”
-Nelson Mandela (In Memoriam)

 
A solo dos días de cumplirse formalmente la celebración de los primeros treinta años de reinstauración democrática, mientras los reclamos provinciales comienzan a hacer estallar el modelo, la viuda promete vestirse de blanco para ocupar un palco que no le es propio –más aún le resulta impropio- para celebrar aquel 10 de diciembre de 1983, tan lejano en nuestra historia como la Batalla de Caseros cuando Urquiza doblegó al primer tirano de nuestra historia y posibilitó la Carta Magna Alberdiana de 1853.

Desde el golpe cívico-empresarial contra Fernando de la Rúa, hace ya tristes doce años, cuando la bonaerense duhaldista daba rienda suelta a los estragos contra la propiedad privada y los supermercados eran arrasados en compañía del ex Intendente de Moreno, Mariano West, -entre otros- a bordo de una camioneta descubierta camino a Plaza de Mayo, el diciembre que vivimos se conmueve diariamente por el “efecto contagio cordobés” que sólo hace traslucir los desequilibrios sociales que provoca a los asalariados ese tumor maligno que padecemos socialmente y que los economistas suelen llamar inflación.

Los reclamos salariales de los policías provinciales estallan en cara del régimen que sólo pensaba en dañar a José Manuel de la Sota en la provincia que mayor historia marcó en nuestra pálida adolescencia republicana. 

Cuando “Córdoba va” se produce la Reforma Universitaria de 1918, la Revolución “Libertadora” de 1955, el “Cordobazo” de 1969 –principio del fin del onganiato- y el “navarrazo” de 1975. 

Cuando “Córdoba va” la Argentina la sigue… 

Santa Fe, Catamarca, Neuquén, Río Negro, Chubut, La Rioja y San Juan respondieron como “efecto dominó” al conato policial cordobés. 

Los gobernadores sólo lograron paliar el caos con aumentos del orden del 100% en los haberes de efectivos de seguridad, que por cierto, en su gran mayoría son padres de familia que viven haciendo adicionales de servicio sin transar con los narcos. 

¿Qué sucederá en la “República de Binner” respecto al reclamo salarial-policial? Sabemos que la policía santafesina nunca se caracterizó por ser un ejemplo de película americana. Más aún, su trayectoria no la ubica en el marco de la honestidad, tanto con salarios buenos o malos. 

Scioli sale a vacunarse del “efecto contagio” y anticipa aumentos salariales y ascensos a sus efectivos que deben garantizar la paz interior del Preámbulo Constitucional en la provincia que debe proteger la mayor cantidad de habitantes y transeúntes de todo el país. 

Bonfatti recibe 1.700 gendarmes y De la Sota, después de la “noche negra” lo hizo con 1.200 efectivos. 

¿Cuántos gendarmes cuidan nuestras fronteras? Sinceramente no lo sabemos pero podemos afirmar que si el contagio se propaga no alcanzará su cantidad para cubrir nuestros 24 estados provinciales.

La decadencia sigue rodando en nuestros espíritus. 

El Señor Fiscal José María Campagnoli pretende ser ajusticiado por la Procuradora General, Alejandra Gils Carbó, quien no se cansa de ser denunciada por políticos opositores ante la misma justicia por el concurso real de delitos que comete por pertenecer a la conjunción amanuense de la decadencia kirchnerista. 

Campagnoli, padre viudo con cinco hijos, será juzgado por “exceso en sus funciones” en la causa seguida contra el lavador de dinero kirchnerista Lázaro Báez. Se lo trata de condenar por su honestidad; así estamos soportando la disgregación social que trajo a nuestro país el ahijado de Eduardo Duhalde desde el 25 de mayo de 2003 y su viuda en ejercicio de un poder omnímodo que como todo, tendrá un final incierto. 

Nadie puede garantizar que “el encantador de serpientes” Capitanich sobrellevará marzo como Chirolita lo hacía con Chassman, al abrir su boca y tratar de estupidizar con palabras ajenas.

Este ex menemista, duhaldista, ahora hiperkirchnerista, peronista al fin, no imaginamos cómo podrá seguir justificando la sangría de divisas del Banco Central, que desde su asunción como “premier” hasta el viernes pasado superó holgadamente los U$S 2.000 millones. 

C.F.K. delegó el poder expuesto hasta marzo. Tratará que el fracaso de Capitanich-Kicillof-Echegaray no se lleve puesto a su modelo frente a una inflación de expectativa como marco previo al estallido. 

Si un ciudadano compra un dólar a $ 9,70 es porque piensa que mañana costará $ 9,72 y de esa forma reserva el valor de sus tenencias monetarias. El hombre piensa que mañana el peso valdrá menos que hoy y esa creencia es imparable. Allí comienza el desmadre inflacionario con consecuencias históricas ya conocidas.

Mientras tanto, César Milani se puso el pañuelo blanco para que la corrupta Hebe de Bonafini defienda su ascenso a Tte. Gral. y Sergio Berni promete encargarse de la represión del "nuevo ejército bolivariano".

¿Celebraremos los 30 años de neo-democracia con "ella" vestida de blanco y Boudou tocando la guitarra en el palco? 

¿Qué sucedería si los cuatro millones de jubilados con haberes mínimos de $ 2.400 interrumpieran las rutas argentinas en reclamo de un haber mínimo de seis mil pesos, similar al de los ex presos políticos?...

Faltan pocas horas para el 10 de diciembre…

Ni Raúl Alfonsín, ni Álvaro Alsogaray, ni Ítalo Luder, ni Oscar Alende, ni Rogelio Frigerio (abuelo) estarán presentes por razones obvias. Lo verán desde el más allá y juntos se preguntarán qué mal habrán hecho para que hoy los argentinos debamos padecer este latrocinio degradante…y lamentablemente gobernante.
 

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