30 años de democracia
Magdalena van Langendonck


En un país normal, ni siquiera hablamos de  "exitoso" sino simplemente normal hoy indudablemente  sería un día de festejos y de reflexión por lo ganado, lo aprendido y lo conseguido durante estos años de democracia. Lamentablemente este no es el caso de nuestro querido País que se encuentra sumido en el peor de los escenarios ,  en manos perversas que se han apropiado de nuestra Nación  en nombre de un "modelo" que cada día que pasa nos hunde mas en la pobreza, el aislamiento y la vergüenza. Un gobierno sin códigos que avanza permanentemente  sobre nuestras libertades con el beneplácito de muchos ciudadanos que aún no han querido darse cuenta , por diferentes motivos, del momento gravísimo por el que estamos pasando. 

Con el país en llamas el Poder Ejecutivo ni siquiera ha considerado  la posibilidad de levantar el  festejo preparado,  en función de la cantidad  de hermanos que en este momento están sufriendo en todo el territorio habiendo perdido sus seres queridos y en muchos casos   todo lo que poseían fruto de su trabajo y esfuerzo.  Mientras muchos están sufriendo  y muriendo hay  en paralelo a esa desgracia  una fiesta con un show mediático en Plaza de Mayo y una cena para 1600 invitados 

Es con profundo dolor y tristeza que este Ateneo debe reconocer que hoy no hay nada para festejar ya que poder pasar por el cuarto oscuro no significa que tengamos una democracia real y menos aún una República. Aspiramos desde estas líneas a llamar las cosas por su nombre, a enfrentar las verdades aunque nos disgusten y nos duelan porque esa será la única forma en que lograremos dar ese salto de calidad que todos estamos pidiendo para poder alcanzar  una  democracia real y auténtica con ciudadanos autónomos que dejen de ser vasallos. Hoy estamos ante una caricatura de democracia manejada por autoritarios cuyos intereses oscuros están muy lejos del ideario de libertad y progreso al que aspiramos todos los argentinos. 

Hoy debemos reflexionar profundamente  de que en estos 30 años no aprendimos nada ó demasiado poco,  porque aún nos seguimos dejando atrapar por los cantos de sirena. En algún momento de nuestra historia  nos sedujo el populismo y   la comodidad de dejar que otros hicieran  por nosotros y en ese mirar para otro lado y dejar que otros hicieran  por nosotros perdimos la República. 

Con la firme convicción, que nos impulsa , de pensar  que juntos podemos  vencer a la corrupción, desandar lo mal andado con la Constitución Nacional y la Ley en nuestras manos y nuestro corazón,  es que los invitamos a la reflexión profunda,  a la participación y  al compromiso para poder volver a ser parte del mundo,  con códigos éticos y morales que  nos coloquen nuevamente  en ese lugar que alguna vez  tuvimos, que hoy perdimos y que debemos recuperar. 

Nuestro País necesita hoy mas que nunca de las ideas de la libertad y de re- encontrarse con el pensamiento de Alberdi y  ese es nuestro desafío al que les pedimos que nos acompañen. 
 

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