¡Mentime que me gusta!
Rogelio López Guillemain

Autor del libro "La rebelión de los mansos", entre otras obras. Médico Cirujano. Especialista en Cirugía Plástica. Especialista en Cirugía General. Jefe del servicio de Quirófano del Hospital Domingo Funes, Córdoba. Director del Centro de Formación de Cirugía del Domingo Funes (reconocido por CONEAU). Productor y conductor de "Sucesos de nuestra historia" por radio sucesos, Córdoba.




“La primera vez que me engañes, será culpa tuya; la segunda vez, la culpa será mía”
                                                    Proverbio árabe
 
 
¿Es posible que los argentinos seamos tan enfermos, que prefiramos la mentira a la verdad?
Pues si repasamos nuestra historia del último siglo y sobre todo la que recorrimos desde el regreso a la democracia, la respuesta parecería ser que nos encanta, parecería ser que necesitamos creer en el poder de las ¿buenas? Intenciones y de las soluciones milagrosas; somos adictos al realismo mágico.
Hemos trasladado nuestra Fe desde el Dios de la Biblia al dios de las boletas electorales y con la misma devoción nos entregamos, sin pensar, sin analizar y sin dudar al mesías de turno.  Las propuestas del caudillo de moda son dogmas incuestionables, cuya simple invocación (como si fuese un conjuro) los torna en realidad.
Veamos algunas de las mágicas propuestas de los candidatos: “una ley que diga que los jubilados no pagan los medicamentos”, “dejar de pagar los intereses de las Leliq”, “un consejo económico y social para acordar precios y salarios”, “sustitución de importaciones”, “fijar salarios mínimos”, “incorporar a planes o subsidios a 1,5 millón de jóvenes sin empleo”, “no actualizar tarifas públicas y prohibir despidos”, “el Fondo de Garantía de Sustentabilidad para los jubilados, para que mejoren sus ingresos”.
Todas estas propuestas son muy dulces al oído, pero te vuelven pobre.  Cada vez que escuches una promesa de campaña debés preguntarte ¿quién paga?, si la respuesta es “el estado” en realidad quiere decir que LO PAGÁS VOS.
También nos engañan con definiciones ambiguas y muy poco claras, por ejemplo: “política monetaria y fiscal consistente”, “buenas reglas de gestión intertemporal”, “equilibrio fiscal sustentado en el crecimiento”; mientras que los otros se esconden en eufemismos: “una legislación laboral moderna”, “una conversación con toda la sociedad sobre la sustentabilidad de nuestro sistema previsional”.
Lo cierto es que las dos fuerzas políticas que parecen encaminarse a captar la gran mayoría de los votos, no son más que un montón de nada, no son más que un puñado de voluntarismos sin asidero; ambas prometen amor eterno pero solo les interesa aprovecharse de VOS, te prometen el paraíso y te llevan al infierno (claramente uno peor que el otro).
Durante el gobierno de Raúl Alfonsín, el ministro de Economía Juan Carlos Pugliese dijo: "les hablé con el corazón y me respondieron con el bolsillo"; 30 años después siguen hablando con el corazón (jugando con los nobles sentimientos de los argentinos) acerca de temas que afectan el bolsillo, tal como lo es la cuestión de las jubilaciones. 
La jubilación debe ser "universal, integral, solidaria, pública, sustentable y de reparto" y de la otra vereda añoran: “quién se va a olvidar que se jubilaban millones de jubilados que no habían hecho aportes. Qué insensibilidad, qué desalmados y qué poco corazón hay que tener para sacarles plata del bolsillo a los jubilados”.
Defender un sistema que fracasó en el mundo (jubilación de reparto) y hacer apología de jubilaciones sin aportes previos, a sabiendas de que estas sólo traen miseria y pobreza para todos (menos para ellos claro); son una clara muestra de lo macabros, morbosos y despiadados que pueden ser estos hipócritas, manipuladores y despiadados charlatanes. 
Lo cierto es que ellos no hablan de bajar el gasto de la política, ni de deshacerse de los ñoquis, ni de terminar con los fueros, ni de elevar la exigencia en la educación, ni de defender a los argentinos de bien ante la delincuencia (de verdad, basta de garantismo), ni de recuperar a la justicia como reserva moral de la patria y no como aguantadero de ideólogos que defienden el relativismo moral (Cambalache, “da lo mismo el que labura… que el que vive de los otros”).
Está en VOS el aceptar que te engañen, que te dejes seducir por las mismas promesas sin fundamento que nos han llevado una y otra vez al fracaso, a la pobreza y a la injusticia.
Está en VOS el enviarles (al menos en las PASO) un “mensaje” a los políticos y decirles, que si los votamos en las primarias (sea que votes por cualquiera de los que pueden llegar a ganar) es por el espanto que causa la otra opción.  Que sepan que somos conscientes de lo que nos ofrecen, que somos conscientes que no importa cual de ellos gane, nosotros perdemos.

 

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