27 de octubre: ¿una fecha fatal?

Elena Valero Narváez
Historiadora, analista política y periodista. Autora de “El Crepúsculo
Argentino. Lumiere, 2006. Miembro de Número de la Academia Argentina de Historia.
Las
Paso fueron un baldazo de agua fría en pleno invierno. El cachetazo que el Frente de Todos dio en las urnas a Juntos por el Cambio resuena todavía y
más porque nadie estaba preparado para tanta diferencia.
Los niveles de pobreza explican el triunfo del
kirchnerismo, sin embargo, los mercados esperaban otro resultado, por eso
reaccionaron con entusiasmo ante encuestas que presagiaban un segundo mandato
del Presidente. Es que el contrincante era mucho peor. Doce años fueron más que
suficientes para que muchos no desearan volver a un pasado vapuleador.
Lo
cierto es que el susto depreció aún más el peso, y como siempre, los agentes
económicos corrieron a vender activos, el riego país se fue a las nubes y el
escepticismo por el futuro hizo inclinar la cabeza, una vez más, ante otra
oportunidad perdida.
Un segundo gobierno de Mauricio Macri
permitía la esperanza, aunque sea mínima, de un cambio de rumbo, aunque fuera
inducido por el Fondo Monetario Internacional, que no accedería a reestructurar
la deuda sin exigirle al Gobierno las reformas necesarias para atraer las inversiones que,
urgentemente, reclamaba la economía para despegar.
Con el
resultado electoral se nos congeló la foto de
los muchachos de antes. La depresión apareció cuando recordamos a los
actores de la película: Cristina, Alberto Férnández, Magario, Kicillof, De
Pedro, Máximo, Aníbal Fernández , Boudou, De Vido, José Lopez, Cristóbal López, Lázaro Báez,
Luis Ricardo Jaime, D’Elía, Roberto Baratta, Milagro Sala, Fernando Esteche,
Carlos Zannini, Fabian de Sousa, la Cámpora…. Éste es el pasado que representa
la coima, el robo al Estado, las relaciones oscuras con Irán , con los
dictadores Chávez, Castro, y Maduro. Si esta gente regresa al poder, de una
cosa podemos estar seguros, pondrán sus
ojos más en el dinero que en los derechos de los ciudadanos.
No hay
sustento político más sólido para un Gobierno que la fe y la confianza que en él
deposita la gente y eso se logra con la autoridad moral de quienes ejercen las
funciones públicas. ¿Son éstos los hombres que lograran la recuperación
nacional?
No
todos se acordaron, en el momento de votar de las valijas, el convento, la
Rosadita, los caminos que no llevaban a ningún lado, las estancias, autos y otros
bienes adquirido por funcionarios con el dinero del Estado, la corrupción en
gran escala perpetrada desde el Gobierno. Solo
quienes podían llegar a fin de mes. El gobierno no había cumplido con la
promesa de disminuir la pobreza y la mayoría se lo hizo sentir.
La película sigue con final abierto .¿Cómo
será el Gobierno de Fernandez&Fernández si ganan otra vez el 27 de octubre
con amplia mayoría?
Es muy
probable que la recuperación de la economía, venga por el lado del gasto
público, aumento de la inflación, el control de cambios y de precios. El Gobierno
se reservará las decisiones fundamentales de donde invertir, la producción será
dirigida por el Estado por lo cual aumentará la ineficiencia. Por lo tanto, las
relaciones con el mundo desarrollado y democrático se tornarán mucho más
difíciles, incluyendo a nuestro más importante socio comercial, Brasil.
Los capitales buscarán países más creíbles, donde
las empresas se sientan más seguras lejos del saqueo del Gobierno, serán
reacios a venir salvo, tal vez, los de China o Rusia, si se le dan pingues
negocios.
Se afirmará la inconducta económica: aumento del gasto público y de la burocracia, del déficit
fiscal, sustitución de importaciones, no se ajustará la emisión al incremento
de la producción de bienes y servicios,
dejarán de cumplir los compromisos internacionales para restablecer el crédito perdido.
La vicepresidente se animará, una vez más, a hostilizar con palabras y hechos a
EEUU y a otros países que apoyaron al presidente Macri, como también a los
grandes empresarios, incentivando el odio a los ricos, para poder esquilmarlos
alegremente como lo hizo con el campo, el único sector productivo que crece sin
la ayuda del Estado, cuando lo dejan en paz.
Los
políticos argentinos no han entendido que no se pueden violar las leyes
económicas sin sufrir efectos desfavorables. Van a seguir poniendo parches para
resolver la crisis sin preocuparse por sus orígenes. Salvo que ocurra un
milagro, como sucedió en los 90, cuando un peronista se decidió a encarar el
rumbo hacia una economía capitalista, la pasaremos mal. El final de la película
puede terminar en una hiperinflación.
La única manera de salir de las medias tintas
es decidirse, cuando pase el susto, como lo hizo Menem, a liberar a economía, acabar
con el intervencionismo estatal, reducir el déficit fiscal, contener la
inflación y estabilizar el valor de la moneda, dando además coherencia y
estabilidad a las medidas económicas destinadas a crear las condiciones
adecuadas a una economía capitalista donde las empresas no teman las continuas
y arbitrarias modificaciones. Lamentablemente, nuestro país, desde 1943, fue
modelado por el estatismo, el dirigismo, el socialismo, el corporativismo, no
solo en la ideología, sino también en la práctica, por eso cuesta tanto un
cambio enriquecedor.
La
elecciones de octubre debieran, al menos, restar votos al Frente de Todos para evitar que los Frankesteins puedan jugar con los tres poderes. Hay que lograr, con
el esfuerzo y la concientización de la gente, elevar el número de legisladores
de la oposición, gente con peso político que puedan cuestionar las decisiones
presidenciales, de lo contrario, la política, la economía y las instituciones,
estarán condicionadas a sus objetivos. No habrá control sobre un Gobierno que hace pocos años fue una mafia dedicada a
esquilmar al Estado . Por eso referentes de la oposición, que no apoyen medidas
arbitrarias en el Congreso, son
indispensables para evitar el autoritarismo.
Recordemos
que la sociedad civil, en la actualidad, no está fortificada por la actividad
privada. Hay pocos poderes independientes del Estado que puedan oponerse y dar
batalla si se deciden concentrar el
poder, cosa que nos convertiría en sus siervos, aumentando la regulación y el
control sobre la vida y la acción de los
ciudadanos.
Salvar la República y la democracia, de la
vetusta monarquía kirchnerista, no es
poco, si no garantiza la felicidad, ser hombres completos, algo imposible, nos
permite ser libres y elegir cómo será nuestra vida.
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