¿Como resolveria Frondizi el caos energetico imperante en la Argentina?
Ernesto Poblet
Historiador y abogado, experto en energía.


La empresa minera VALE DO RIO (Brasileña y segunda en el mundo) acababa de huir despavorida de la Argentina con un portazo, acosada por los chantajes de De Vido y la AFIP. El potasio es un mineral importante para la industria alimenticia, la inversión que se perdió el país conlleva a una catástrofe de derrumbes, desempleo y quiebras y no sólo en Mendoza. Además deteriora la vital relación con Brasil.
El régimen demagógico existente en nuestra nación ha logrado en una década la hazaña de retrotraer o retroaccionar la situación energética actual para asimilarla a la Argentina anterior a 1958. Ahora de nuevo se importan el petróleo y el gas natural en proporciones alarmantes por tratarse de una economía cuya matriz energética se basa predominantemente en esos dos hidrocarburos, los cuales otra vez (igual que en 1957) deberán pagarse afuera a precios exagerados en inalcanzables divisas foráneas tras el drama constante y masivo de sufrir la escasez de electricidad y calor para el elemental consumo doméstico, industrial, comercial más los servicios.  Hace más de medio siglo atrás los cortes de luz programados, el obscurecimiento de las ciudades y las restricciones eléctricas al consumo decayeron en una tradición sórdida que duró más de dos décadas (anteriores a 1960) sin inversiones ni política crediticia, aunque también perturbados  por la segunda guerra mundial y los prejuicios desatados durante la larga guerra fría…
¿Cómo lograron Frondizi, Frigerio y Sábato autoabastecer el país de combustibles en sus cuatro años de gestión jaqueada por un clima golpista enardecido  de pasiones políticas intolerantes?  por lo cual se llegó a violentar e interrumpir tan injustamente ese mandato constitucional.
ANALOGÍAS CON BRASIL
 Los brasileños lograron su hazaña en el mar mediante rondas de licitaciones que encabezó el estadista Fernando Henrique Cardoso desde 1993, primero desde el ministerio de Economía para extenderlo en sus dos mandatos presidenciales (1995 hasta 2003) y la “continuidad respetuosa” de sus sucesores en el cargo.  Resolvió con inteligencia el problema del monopolio estatal Petrobras, equivalente de nuestra obstructiva y antieconómica YPF.  No por casualidad en ambos países se sufrió por décadas el cepo paralizante del estatismo nacionalista exacerbado, el cual nunca resolvió de fondo el problema de la necesidad de inversiones y el financiamiento independiente, tanto de organismos públicos como privados.  
Cardoso empezó por desactivar el monopolio ejercido por Petrobras transformando al pesado ente en una compañía privada eficiente y competitiva, conservando el Estado brasileño un 38% de las acciones.  Tanto Frondizi como Cardoso desplegaron rondas de licitaciones transparentes convocando a los capitales privados. En el caso de Frondizi en un comienzo se optó por la urgencia de las contrataciones directas tan sólo para resolver con rapidez el problema candente del egreso de divisas que significaban las apabullantes importaciones de combustibles, tal cual ocurre en nuestro actual sincrónico intríngulis adonde nos han traído los estatistas con sus congelamientos de tarifas, subsidios y aislamiento.  Por culpa de los Kirchner y De Vido  tendremos que gatillar los argentinos en importaciones más arriba de la brutal suma de 12.000 millones de dólares en este trágico 2013 
Aún tras los ejemplos brillantes de Frondizi y Cardoso, el actual sistema "nacionalista" carecería de honestidad, capacidad, coraje, inteligencia y decisión para enfrentar el noble desafío o aventura común para recuperar el autoabastecimiento pues estamos demasiado lejos de ser y parecer una república en serio.          
LA FILOSOFÍA TRIBUTARIA DE FRONDIZI Y CARDOSO 
Ambos estadistas contrataron las inversiones para la exploración y producción en sencillos acuerdos contractuales.  El Estado de Brasil a través de la Agencia Nacional de Petróleo (ANP) y la Argentina mediante una YPF representada por el Dr. Arturo Sábato, Delegado del Presidente de la Nación hasta la fecha de constitución de un Directorio formal de esta empresa.  Ante la compleja situación del estatismo cerrado de la primera mitad del siglo XX (excepción hecha de la gestión Alvear-Mosconi) Frondizi optó por inéditos contratos de “locación de obras y de servicios”  utilizando con inteligencia la presencia inevitable de YPF para adoptar una novedosa política de impuestos.  La etapa exploratoria era asumida en sus riesgos por el contratista durante cinco años a cara de perro, si en ese lapso no se descubría petróleo, el contratista perdía todo lo invertido.  Las empresas sólo cobraban lo pactado cuando descubrían el petróleo y desde ahí percibían el monto pari passu con la  producción.  El precio para el contratista por sus prestaciones se calculaba rigurosamente dentro de una ecuación económico-financiera contenida en las cláusulas de las obras y servicios que realizaban para explorar, extraer el petróleo y entregárselo todo a YPF como si fuera una venta.
Las modalidades más clarividentes que encontró Frondizi para lograr las inversiones y el crédito descansaron en el eje de la política impositiva y la confianza demostrada entre ambas partes contratantes.  La descripción de lo actuado -hace más de medio siglo atrás- parece una antípoda graciosa con respecto al papelón desastroso del presente régimen importador-subsidiador de Kirchner y De Vido.  A juzgar por sus resultados: en 2012 se despilfarraron tan sólo en las carísimas importaciones de gas "regasificado" la friolera de  diez mil millones de dólares, con regocijado placer y provecho de los máximos titulares del Kirchnerismo y de Enarsa.  
En el inteligente sistema de los dos presidentes sudamericanos bastaba con sólo eximir a los contratistas de los impuestos distorsivos y absurdos, favoreciendo las inversiones y el crédito barato sin perjudicar a ningún fisco.  Frondizi le regaló al pueblo de su país el bienestar de una energía barata y abundante ¡que ahora añoramos!!!  obtenida en plazos muy cortos, circunstancia esperanzadora para los argentinos que hoy padecen el sistema “ultratributarista y corrupto” de los voraces estatistas cuya obcecación hace naufragar hasta las más mínimas posibilidades de inversión productiva y crédito barato. 
LOS IMPUESTOS DISTORSIVOS E INÚTILES
Aprovechó Frondizi -en 1958- el entonces ímpetu de la exención impositiva exagerada que gozaba por la ley de hidrocarburos la YPF estatal,  para transferir vía contractual esa misma exención a favor de los contratistas en los casos de la exploración, la cual era la etapa más riesgosa y difícil de encarar.  Le encontró utilidad a lo que constituía un privilegio amodorrante en manos de la burocracia del Estado.
Me tocó años después explicar -como representante de YPF- el alcance de estas cláusulas ante un dogmático de los impuestos como era el Subsecretario de Finanzas Dr. Carlos Tacchi y la extensión de estas mismas estipulaciones ante el fisco extranjero donde se liberaría del tributo a las empresas en su propio territorio.  La novedad consistía en superar el primer escollo económico del emprendimiento contractual: atenuar el peso mortal del riesgo minero el cual siempre atentaba contra la factibilidad y calidad de la inversión. El Dr. Tacchi comprendió la bonanza del sistema para el propio Fisco...
Estas originales “exenciones” de impuestos no constituían pérdida alguna para la Argentina ni para el país de origen de los contratistas.  Los impuestos exentos en el trabajo exploratorio nunca se pagaban si la exploración fracasaba, en tal caso el hecho imponible habría desaparecido solo, pero si se descubría el hidrocarburo antes de los cinco años de iniciacion del contrato, el calculo del impuesto no cobrado se podria incluír en la remuneración por la obra y el servicio prestado.  En pocas palabras, el riesgo minero siempre se cargaba totalmente en las espaldas del contratista privado dentro de un mecanismo inteligente que a nadie perjudicaba, lo cual es parte de ese negocio desde la tradicional minería antigua, por lo tanto no es ningún misterio ni despojo al Fisco nacional ni extranjero.  Este mecanismo sería la clave del éxito del sistema contractual elaborado por Frondizi.
Ahora bien, el que opta por  hacerlo “todo por el Estado” al estilo soviético o fascista u "Ogro Filantrópico" como lo llamaba Octavio Paz, carga irresponsablemente todas las pérdidas en las espaldas del pueblo, de ahí el estruendoso fracaso de estos regímenes estatistas hoy anacrónicos en todo el mundo. Así ocurría en el México de Lázaro Cárdenas en 1938,  rechazado por el nuevo presidente de ese país.  Lo mismo aconteció en la Italia anterior a 1944, en la URSS hasta 1989 mientras la PDVSA venezolana sigue subyaciendo entre el colapso, la corrupción y el despilfarro del Estado burocrático.
 EL ESTADO DESPILFARRADOR E INCLEMENTE
A veces puede parecer una simpleza decir que se debe hacer todo lo contrario de lo que preconizan los actuales gobernantes K, pero la realidad es que en la Argentina se equivocaron al “invertir” -en la estatal Enarsa y en la YPF reestatizada- el dinero de AFIP, del Banco Central y de los jubilados desde la más ciega burocracia, donde no hay celo ni interés certero sobre la ganancia y el lucro ¿Qué le importa al Estado y  a sus agentes ganar, no ganar o perder escandalosamente, si ahí nadie es propietario…?  o lo son todos dentro de una  grotesca fantasía de toros enardecidos detrás de una verónica roja…  Ya lo  decía Jacques Bossuet en el siglo XVIII:  "Donde ninguno manda - mandan todos. Donde todos mandan - nadie manda. Es el caos..."
Con los contratos de Frondizi se llegó al autoabastecimiento de combustibles en noviembre de 1961, a los  tres años. Con la política gasífera también en tres años se logró construir la línea de los gasoductos troncales en toda la extensión del territorio, salvo Mesopotamia, Chaco y Formosa.  Vale agregar, en el mismo lapso operó la construcción de cañerías urbanas en las ciudades grandes y chicas simultáneamente con las cañerías domésticas de cada familia o industria.  Esta enorme infraestructura se implementó en esos dinámicos tres años. La política del ministro De Vido en toda la década jamás logró una sola inversión de riesgo, pues impuso en los pliegos de las frustradas licitaciones a la convidada de piedra Enarsa, estatal, corrupta y sin gerenciamiento idóneo, obligando al inversor desde los pliegos  a soportar un socio con el 51% de las acciones, participando  de las ganancias como un pesado parásito estatal pero jamás de las pérdidas. ¿Quién podría invertir con seguridad y honestidad en esas condiciones cuyo fracaso  a nuestro país le ocasionaron la pérdida del autoabastecimiento junto al suplicio de los cortes de luz en verano y el faltante de gas en invierno…? 
Como colofón de estas performances del ministro De Vido en el área, debemos recordar el anuncio del ambicioso plan nuclear de 2006 sin acreditar el más mínimo cumplimiento en los últimos ocho años… más incontables anuncios de  “inauguraciones  repetidas" y demás delirios sobre pintados emprendimientos energéticos.
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* El autor  es Historiador y fue abogado de YPF, gerente de contratos en la Dirección Jurídica  y apoderado de la misma en Europa y Estados Unidos. Profesor Adjunto de Derecho Internacional Público en la Universidad de Buenos Aires.  Publicó "Desencuentros en América" y "Los Quiero de Rodillas..."
 

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