La máquina de impedir
Eloy Soneyra

Doctor en Psicología de la Universidad de Belgrano especializado en Calidad y Factor Humano. Es autor y editor de libros como: “Gerencia y Excelencia, Calidad de la A a la Z” (el primer diccionario enciclopédico de la calidad y la gerencia en el Mundo), “Autodiagnóstico de la Gestión empresaria” (primer sistema cuantificado con las Bases del Premio Nacional a la Calidad). Director Ejecutivo del Estudio Soneyra, organismo destinado a la Psicología Aplicada a la Clínica y a asesorar a personas de empresas sobre Calidad y Factor Humano. Mención especial, Concurso Internacional de Ensayos: Juan Bautista Alberdi: Ideas en Acción. A 200 Años de su Nacimiento (1810-2010).




 
La pobreza es un hecho concreto con piel, sangre y corazón humano que designa gente que sufre entre otras cosas hambre, desnutrición, alta mortalidad infantil, bajo nivel de esperanza de vida, alto nivel de enfermedades, en general  enfermedades infecto contagiosas (tuberculosis), bajo nivel de escolaridad , y casi nula participación en la actividad económica.
Este amplio conglomerado disperso por el país está formado por hombres y mujeres de niveles bajos, que cumplen funciones secundarias, rutinarias, simples, que por lo general no implican tomar decisiones, y que lo hacen en forma de discontinuas changas.
¿Quiénes toman a aquella gente? Por lo general, entre un 60 a 80% lo emplea la clase media y un porcentaje menor gente de la misma clase pobre, que puede necesitarlos para la tarea que los han llamado como levantar una pared o mover objetos. Pero para que la clase media trabajo a esos pobres necesita de los recursos que hoy tiene derivados en forma compulsiva para sostener un improductivo gasto público. 
Y esto es así pues nadie que tenga una casa con gobelinos, cristales, marfiles y cuadros importantes llama a un pintor común, y en el caso de la industria o las empresas de servicios, no los toman pues carecen de la capacitación suficiente.
Bajar el nivel de impuestos a la clase media para que dé trabajo a la clase pobre, es la forma más rápida de volcar recursos hacia un sector social que quiere trabajar en esas cosas simples que sabe hacer y que por lo general la clase media paga.
 
PLANES TRABAJAR
 
Es más, toda la ayuda estatal como los planes Trabajar lleva a los bolsillos de la gente el 30% del total presupuestado pues el restante 70% se va en controles y burocracia inoperante de esos controles; en otras palabras la mayor parte del dinero sacado a la clase media, no va a la gente que lo necesita.
Distintos partidos políticos, gobiernos, organismos internacionales y la Iglesia han señalado la necesidad de erradicar la pobreza (una masa de 2.000 millones de personas en el Mundo) pero aquellas voces no señalan que ese mal se reduce haciendo que los pobres tengan ingresos por trabajos y no por dádivas estatales, con la ventaja que pueden atender a su salud.
Generalmente, se señalan como motivos de la existencia de esta verdadera endemia de todos los países, la falta de capacitación, el trabajo ocasional y  la baja remuneración, omitiendo que la más importante causa es la transferencia de recursos de los sectores medios a la burocracia y despilfarro gubernamental, legislativo y judicial.
La burocracia no reduce la pobreza porque  reparte mal, por distintas razones, pues 1°) no sabe quién necesita; 2°) no le da dinero a quien sabe y hace un determinado trabajo; 3°) como no paga de su bolsillo necesita de recursos que debe sacar a otros (los contribuyentes); 4°) como no sabe quién necesita, recurre a otros que tampoco lo saben para que busquen a quienes dar, con el consiguiente gasto improductivo  burocrático; 5°) el reparto no se cumple “justo a tiempo” del que necesita.
Ninguna de estas falencias le cabe a la clase media, que cuando remunera a pobres que hicieron trabajos que ella necesita les retribuye sin demora,  con recursos que los pobres volcarán luego al consumo.
 
 
 

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