¿Por qué el dólar es la divisa con mejores expectativas a nivel global?
Alejandro A. Tagliavini
Senior Advisor, The Cedar Portfolio. Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland (California). Galardonado con el Premio a la Libertad, otorgado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre.





La moneda de mejor actuación ha sido el dólar estadounidense: el Dollar Index Spot ya supera los 98.8430. Irónicamente, esto preocupa a Washington porque perjudicaría la balanza comercial. La peor, el euro, que ya está en 1,0912 e/u$s y bajando. La libra también pierde, aunque el GBP/dólar se mantiene en un rango.

Los activos estadounidenses se benefician por los buenos datos. El índice no manufacturero del ISM sube de 54,9 a 55,5 y el manufacturero de 47,8 a 50,9. Se crearon 225.000 empleos -esperaban 160.000- en enero y la tasa de desempleo subió al 3,6%, pero por el aumento de la fuerza laboral. Los salarios por hora crecieron 3,1% i.a., la productividad 1,7% y, según el GDP Now de la Fed de Atlanta, el crecimiento en el trimestre en curso sería del 2,9%. Y a esto se suma un Trump envalentonado, por su absolución en el Senado, que, según Gallup, hoy tiene una aprobación de 49%, su récord.

Durante el discurso sobre el Estado de la Unión, el presidente no fijó política energética, pero criticó la producción de petróleo de EE.UU. en máximos históricos de unos 13 millones de barriles al día (b/d) -irónicamente, debido a que su administración redujo las regulaciones para la producción de carbón, petróleo y gas- y que superaría los 14,2 M b/d en 2025. Debido, además, al coronavirus si continúan a la baja los precios se perjudicarán las petroleras (¿y Vaca Muerta?).
Las Bolsas globales llegaron a máximos, en particular Wall Street, luego de que China anunció que reducirá los aranceles sobre algunos productos de EE.UU. Mientras que el oro sube y el rendimiento del Treasury a diez años bajó hasta los 1.556, debajo del 1.578 que rinde el de un mes. Por cierto, para algunos, la inversión de la curva es anticipo de recesión. En cualquier caso, esto hace más atractivo al dólar, sobre todo considerando que muchos bonos en el mundo tienen rendimiento negativo.
Por cierto, el 6 de febrero de 2019, las acciones de Apple (NASDAQ:AAPL) -preferidas por muchos, incluidos los millennials- cotizaban a u$s175, un año después llegaban a 325,25, luego bajaron, pero se mantenían estoicamente cerca de u$s321 a pesar del coronavirus que la afecta directamente: entre otras cosas, Foxconn (TW:2354), que produce los IPhone en China, está cerrada. Los traders apuestan a que seguirán subiendo dado que la empresa presentó ingresos por u$s91.800 M cuando se esperaban 88.500 millones.
El viernes, la Fed publicó su semiinforme anual al Congreso que se adelanta al testimonio de su titular ante el Comité de Servicios Financieros, hoy, y el panel bancario del Senado mañana. Dice que el coronavirus presentó un “nuevo riesgo” para la economía global que impactaría -por mayor aversión al riesgo- en la apreciación del dólar y la caída en los precios de los commodities. Las bajas tasas de interés habrían exagerado el valor de los activos, y existiría el riesgo de que la deuda corporativa sufra fuertes rebajas. En cualquier caso, la Fed no vislumbra cambios en sus tasas de interés.
Entretanto, en Argentina el circulante creció en $39.300 M (5%) en noviembre y en $ 167.400 M (20%) en diciembre, aunque en enero cayó $8.700 M (-1%). La base monetaria -circulante más encajes- en noviembre sumó $284.378 M (21%) y en diciembre otros $223.760 M (13%) aunque en enero se absorbieron $186.510 M (-10%). O sea que la “maquinita” funciona, así, debido a la inyección de liquidez, algunas tasas cayeron más que la de política monetaria y un plazo fijo ya rinde menos que la suba del IPC.
Las miradas están puestas en el Bono Dual AF20. Son $105.000 millones que vencen esta semana y, habiendo sido poco exitosas las licitaciones para cubrirlo, podrían solventarlos con expansión monetaria, presionando sobre la brecha cambiaria, aunque existe también la amenaza de un reperfilamiento contra la voluntad del mercado lo que tendría consecuencias negativas.
Obviamente, no lo pueden cubrir con mayor presión impositiva que está demostrando ser recesiva: en enero, a pesar de que aumentó la presión tributaria nominal, la recaudación en términos reales cayó 5,8%. A cuánto -y cuándo- subirá el dólar o, mejor dicho, cómo se devaluará el peso no puede saberse dada la imprevisibilidad del mercado, particularmente en este país inestable.
Pero está claro que la inflación, o sea, la devaluación del peso -ergo, la brecha entre el cambio fijado por el BCRA y las cotizaciones paralelas- no se detendrá en tanto no se entienda que ésta se produce por el exceso de emisión en tiempo real, es decir, la inflación -la devaluación del peso- la realiza el mercado precisamente para que el exceso emitido quede equilibrado con la demanda. Si una vez equilibrado -“inflacionado”- se absorbe circulante artificialmente, se provoca aún más inflación porque se absorbe demanda, que es la inversa de emitir en exceso.
En fin, hablando de cotizaciones paralelas, las transacciones con bitcoins, según Coin.Dance, en la semana del 14 al 21 de diciembre superaron los $32 M y siguieron creciendo. Además, cada vez más se apuesta por las “stablecoins”, que tienen paridad 1 a 1 con el dólar, siendo la DAI la más usada globalmente, cuyo volumen viene creciendo al 40% intermensual y que las casas de cambio virtuales (exchanges) locales venden a unos $83.

Publicado en Ámbito Financiero.

 

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