Estado presente en Argentina
Exequiel Santiago Pérez López

Tesista de Lic. en Administración (UNSE). Tesorero de Biblioteca Popular Club de Maestros. Miembro de la Fundación Federalismo y Libertad.




En Argentina, desde el comienzo de la cuarentena por el COVID-19 y haciéndose mas grosero con el paso de los días ha quedado expreso de manera abrumadora que el Estado Omnipresente y el Estado Omnipotente son claras falacias.

En primer lugar, resulta difícil pensar que una persona pueda situarse en dos lugares a la vez y mucho más que pueda tener conciencia de esos dos lugares o situaciones al mismo tiempo. Que sea capaz de realizar cualquier acto que se disponga de manera inmediata.  Aún más complicado, pero menos claro, es imaginar a un grupo de personas, que puedan hacer lo que individualmente son incapaces de realizar sin importar el motivo. Todo esto sin menospreciar el término sinergia. Aun así resulta poco aceptable que el hecho de formar un colectivo borraría inmediatamente las limitaciones físicas o personales que tienen como individuos. No es posible que la mera abstracción de concebirse de tal o cual manera le otorgue a alguien super poderes, más allá de la sensación de poder que pudiere adquirir.

En más de una ocasión ha quedado demostrado que los políticos son solamente humanos. Con sus potencialidades y limitaciones, afectados por los condicionamientos del ambiente, de la ideología que defienden y de los recursos que disponen. Solo cabe mencionar como ejemplo las interminables colas de personas en situación riesgo que se aglomeraron en todo el país para poder extraer dinero de los bancos en condiciones indignas[1]. Hecho que se pudo prever y ante el cual se pudo actuar coordinadamente pero no se logró. Haciéndose eco incluso diarios internacionales del descuido a personas mayores[2].
 
Que el estado sea incapaz de estar en todas partes y que tampoco pueda hacer todo lo que quisiera o le demanden no significa que hoy en día no sea un actor social reelevante y que influya en la vida de la comunidad Argentina. Pero será importante recordar para no caer en falacias nuevamente que:
 
Se minimizo al COVID-19 lo que llevo a actuar más tarde que temprano. Legisladores nacionales se asignaron $100.000,00 c/u para redistribuirlos en combate del COVID-19. Que es difícil hablar de política sin mezclar ideología o partidismo. Que la grieta seguirá estando mientras estemos más preocupados en tener razón y justificarnos que en juntos construir razones para salir adelante. Que el Neoliberalismo no tuvo la culpa de las decisiones erradas de los mandatarios. Las buenas intenciones no son buenos resultados. Las políticas en Argentina son reactivas y no de anticipar los problemas ya que una vez más los jubilados no fueron tenidos en cuenta, entre otras cosas. Que los problemas en educación no solo son de las políticas educativas, ministros, de la infraestructura o de los maestros. Que nuestro sistema de salud no era el de Alemania. La mano dura del gobierno solo aplica a algunos y el quédate en casa no es igual para todos porque no todos tenemos suficientes habitaciones, internet, cloacas, agua potable o inclusive luz eléctrica.

Se restringió la libertad justificadamente y más de uno dejo salir el facho que tenía adentro. Que lamentablemente se cambió libertad por seguridad sin tener certezas de los resultados ni las formas. Como población tenemos mucho que aprender sobre responsabilidades cívicas.

Que el mercado es una alegoría[3], diferente del demonio del egoísmo mal entendido con el que lo suelen caracterizar, ya que mostro su función social al proveer de bienes y servicios a los ciudadanos y a los gobiernos. Al mercado lo integramos cada uno al hacer intercambios con los demás. Aunque a muchos no les guste consumimos productos que venían del campo. La inescrupolosidad de algunos comerciantes para con la gente que consume sus productos genero malestar. El control de precios fracaso por anti intuitivo que esto sea. La raíz de la inflación es la emisión monetaria y el gobierno la usa para financiarse porque es más fácil reconocer el origen de la deuda externa  o la carga impositiva, no así del aumento generalizado y sostenido de los precios. Que la solidaridad es importante, pero un país no se levanta solo con solidaridad y que deja de ser si se la impone.

Que el presidente llamo a ganar menos y considero injusto reducirse su sueldo.
Que la función de Defensa Nacional es más que solo disparar un arma. El ejército y asociaciones de trabajadores de la economía popular trabajaron en la fabricación de barbijos[4]. Que hubo y habrán héroes silenciosos.
 
Que ni la recomendación, ni la coerción ni la coacción estatal pudieron evitar que los habitantes de Santiago del Estero circulen. Que se habló más COVID-19 que de dengue y que al igual que en otros lugares las sillas para los jubilados y demás usuarios llegaron tarde.
 
Podría seguir, pero creo que con esa breve descripción se puede tener un pantallazo  del Estado presente de Argentina y las dificultades que tiene el gobierno para llevar a la realidad su discurso.

 Así mismo, será importante que como individuos y  comunidad podamos reflexionar sin la presión de una mirada externa, sin la necesidad de encajar. Es necesario que el silencio nos permita que el peso de la realidad nos caiga encima, no para agobiarnos sino para conectar y transformar. Valorar y soltar. Vivimos en crisis, solo porque de ellas no aprendemos. Por una vez seamos capitalistas, no echemos la culpa a nadie y saquemos provecho de esta situación de aprendizaje. Para nosotros y los que vienen.
 
 


[3]  Según la RAE en una de sus acepciones es
1.       f. Ficción en virtud de la cual un relato o una imagen representan o significan otra cosa diferente.
 
 

Últimos 5 Artículos del Autor
[Ver mas artículos del autor]