Ajedrez diabólico
Ricardo Valenzuela
“Hay actos aislados de tiranía provocados por la ocasional opinión del día. Pero una serie de opresiones en periodos identificados, repetidas y sin alteración a través de cada cambio de líder, es un deliberado y sistemático plan para reducirnos a la esclavitud”.
Thomas Jefferson
Con el Sistema Monetario Internacional, el FMI y Banco Mundial, la OMC bajo su control desde 1944 cortesía de Bretton Woods, Lord Keynes, y Harry White, un economista ex miembro del partido comunista de EU; En 1954, los hombres más poderosos del mundo se reunían bajo el auspicio de la Corona Holandesa y los Rothschild en el hotel Bilderberg para debatir el futuro del mundo.
Pero ¿Quiénes son los Rothschild? Para entender su emergencia en Londres durante los siglos 18 y 19 y luego sentar base en EU a través de Hamilton, debemos conocer su historia desde que su fundador, Mayer Rothschild, en 1815 afirmó: “Denme el control de la oferta monetaria en un país y no me importa quien haga sus leyes”. En la medida que establecieran su disponibilidad, pasarían a formar parte de “La Ciudad de Londres”.
Ellos nunca se convirtieron en un poder independiente. Sobrevivieron el antisemitismo en Inglaterra haciéndose útiles para la monarquía. Nathan Rothschild se convirtió en un activo muy importante de los intereses monárquicos. Con el creciente poder del Barón James Rothschild en la Francia post Napoleón, con oficinas en Frankfurt, Nápoles y con su destrucción de la Peseta española, los Rothschild adquirían gran poder financiero, político y un importante lugar en los círculos de las Casas financieras de Londres, aliadas contra la humanidad con las parasíticas viejas familias aristócratas de Europa.
Mostraban su poder cuando uno de sus empleados, Lord Milner, asumía el liderazgo de una profunda reorganización de la política e inteligencia británicas a principios del siglo 20. Los Rothschild, en sociedad con la monarquía y los reclutados barones billonarios, establecían como objetivo supremo someter y controlar los EU para finalmente terminar el republicanismo que los había hecho grandes. En estos momentos, para las elites del mundo, Donald Trump es su gran enemigo y la reencarnación del viejo republicanismo que ubicó los intereses de la nación-estado sobre los del Imperio.
En esta reunión adoptaron la doctrina “guerra apacible con armas silenciosas”. Un documento de esa reunión fue hallado en una copiadora IBM vendida en un mercado de segunda con estas notas: “La solución de los problemas actuales requiere tratarlos con cándida brutalidad, sin agonizar sobre valores culturales, morales o religiosos. Porque será difícil reeducar gente que ha sido formada en el nacionalismo, para que acepten entregar su soberanía a una organización supra nacional”. Y su defensa más importante es el control de la media mundial (fake news) flotando siempre la idea que todo es una teoría conspiratoria y les ha funcionado a la perfección.
El primer golpe de estado.
La verdad de Watergate nunca ha sido revelada, pero quienes organizaron la caída del Shah en Irán, el asesinato de Kennedy, la caída de Margaret Thatcher, son los mismos actores de Watergate. La tarea del Washington Post fue destruir a Nixon provocándole un colapso mental, atacándolo a diario para engendrar odio contra él. El ex agente de Inteligencia Británica, John Coleman, culpa directamente a Katherine Graham (Bilderberg), cabeza del diario, de haber asesinado a su esposo Philip Graham para tomar control. Una semana antes de la renuncia de Nixon, el Estado Mayor Conjunto enviaba un comunicado a todos los comandantes alrededor del mundo: “A partir de la recepción de este mensaje no obedecerán órdenes de la Casa Blanca. Acusen de recibido”. ¡Hay testigos jurados!
Hirieron mortalmente la oficina de la presidencia y las instituciones sobre las cuales la república fue construida. El mensaje fue: a Bilderberg no le interesa un EU fuerte e independiente con un presidente que no sea parte del grupo, porque haría imposible sus planes de conquista global. Una lección para futuros presidentes. El jefe de Seguridad Nacional de Nixon, Kissinger (Bilderberg), recibía toda la inteligencia foránea, doméstica y la del FBI, antes de que la viera Nixon. Su papel en la caída del presidente lo ungió con poderes ilimitados para controlar a Ford.
Cuando Bush I se ponía nervioso, consiguieron que Rusia desapareciera los récords de la participación de Clinton en grupos marxistas, y sus protestas contra la guerra de Viet Nam en Europa. Luego lo bendecirían con la presidencia. Y así, la barca de la sumisión mundial navegaba viento en popa con Bill Clinton, Bush II y, sobre todo, con su gran logro estableciendo un marxista, Obama, como presidente. Ahora sería la tarea de Hillary Clinton cerrar el círculo para el golpe final. Pero, ante su sorpresa, aparecía Donald Trump amenazando su fiesta.
En estos momentos se libra una sangrienta guerra sin reglas, violenta y a muerte contra Trump. Esta monumental ofensiva está siendo orquestada y masivamente financiada por las elites mundiales del diabólico esfuerzo global: el movimiento que durante décadas ha luchado para establecer el “Nuevo Orden Mundial” secular, sin fronteras y controlado por un gobierno ecuménico.
En el 2016, todos los involucrados en el NOM pensaban estar ante la puerta que los conduciría a las etapas finales de su plan. Bajo Barack Obama y la poderosa influencia de la Unión Europea, la ONU y otras élites, todo se estaba moviendo rápidamente hacia su paraíso mundial. Con ese poder pretendían transformar radicalmente la humanidad, tomar control de todas las economías del mundo, eliminar las soberanías nacionales, imponer cambios sociales dramáticos y medidas extremas para reducir la población. Con su banco central del mundo, su propia religión, su propia moneda, su propia estructura judicial.
La elección de Trump los dejó con sus velas rotas y sin viento de cola. Para ellos es un terremoto que está amenazando sus planes y tienen prisa, pues se están haciendo viejos. El coronavirus sospechosamente no afectó a China y todas sus ciudades están abiertas, su bolsa de valores tampoco fue afectada. Y quienes admiran a China por su desarrollo económico y quieren seguir su ejemplo. ¡Cuidado¡ China, con su antecedente de la guerra del opio en el siglo 19, es ahora el narcotraficante más grande del mundo, una operación manejada por su inteligencia y, sorpresa, la mayor parte de su desarrollo se basa en esa actividad!. Por eso su relación con Venezuela y Cuba. Y al NOM no le gusta la competencia.
Lo que atestiguamos estos momentos en el escenario global, es por lo qué, los medios de comunicación dibujan a Trump como un lunático luchando contra China, la OTAN, la OMC, El FMI, la ONU, la banca mundial, la Reserva Federal, Silicon Valley y lo describen como el anticristo. Pero esos enlistados son los verdaderos enemigos de la humanidad y de las consecuencias de Donald Trump, porque él es el proyecto alternativo. Entonces, estas próximas elecciones básicamente van a decidir el futuro de la humanidad.
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