Recordando a Deepak Lal
Ian Vásquez
Director del Centro para la Libertad y la Prosperidad Global del Cato Institute, Washington D.C. Miembro del Consejo Internacional de Fundación Atlas para una Sociedad Libre.



El gran economista del desarrollo Deepak Lal, un colega y amigo de muchos de nosotros en el Instituto Cato desde hace mucho tiempo, falleció en su casa en Londres el jueves pasado. Tenía 80 años. Deepak fue uno de los académicos más consumados e impresionantes con quien he tenido el privilegio de trabajar y también conocer. Extrañaré mucho su amistad y apoyo. 
Aunque Deepak era economista, también creía en un enfoque multidisciplinario del estudio de países en vías de desarrollo. Su trabajo académico era original, erudito y prolífico, produciendo más de una docena de libros que fueron publicados por las editoriales académicas más prestigiosas del mundo. Dio clases en Oxford, en la Universidad de Londres y en UCLA, y se desempeñó como presidente de la Mont Pelerin Society. Pero también tenía experiencia práctica en el campo de la economía del desarrollo, algo que lo llevó a la mayoría de estos países, y no siempre fue un liberal clásico. En la década de los sesenta empezó a trabajar en el servicio exterior de India y en la década de los setenta sirvió en la Comisión de Planificación de India. Realizó consultorías extensas con organizaciones internacionales. Fue durante este tiempo que se desencantó con las burocracias planificadoras y la estrategia desarrollista que tenían. Décadas después escribiría: “Es mi experiencia práctica trabajando en…países en desarrollo la que me ha llevado a los puntos de vista que hoy sostengo”.
Contra la corriente dominante en su campo, Deepak reunió la evidencia y los argumentos más poderosos para enfrentar lo que él denominó el “dogma del dirigismo”. Su libro, The Poverty of “Development Economics”, publicado por el Institute of Economic Affairs en 1983, y luego revisado y expandido, es todavía una de las mejores críticas disponibles del pensamiento que dominaba, y que hasta cierto grado todavía influye, la economía del desarrollo. Allí y en publicaciones posteriores, Deepak criticaría severamente nociones tales como el círculo vicioso de la pobreza, la necesidad de la ayuda externa, la política industrial, el proteccionismo, la igualdad de resultados y varios problemas éticos que identificó con los enfoques constructivistas al desarrollo.
De hecho, el “enfoque tecnocrático de la economía pública sobre la política pública”, como él lo dijo, “es ahistórico, sufre de amnesia respecto de la historia del pensamiento económico, es ideológico en la medida en que fija el igualitarismo como un objetivo auto-evidente de la política pública, es institucionalmente empobrecido y, más grave todavía, hace suposiciones acerca del carácter de la gran mayoría de los gobiernos, las cuales —para decirlo de manera delicada— ¡no son universalmente válidas!”
Deepak Lal
Para cuando Deepak llegó al Banco Mundial en 1983, donde lideró importantes programas de investigación durante varios años, él se había convertido en una de las solitarias pero eficaces voces a favor del liberalismo de mercado en el mundo de la economía del desarrollo. Deepak sabía que el Banco jugaba un papel poderoso en la formación de ideas aun cuando no creía en su papel como prestamista (Como otros liberales clásicos, él creía que el Banco y otras agencias multilaterales que otorgan crédito debían ser abolidas). Las investigaciones y publicaciones que él y sus colegas produjeron en el Banco construyeron el caso a favor de la liberalización comercial en el mundo en vías de desarrollo que los países empezaron a seguir durante los siguientes diez años. a lo largo de la década siguiente.
Con el colapso del comunismo y de la planificación central, la libertad económica en gran parte del mundo en desarrollo aumentó considerablemente, y la revista The Economist manifestó, “Durante los noventa Lord Bauer y economistas como Anne KruegerBela Belassa, Deepak Lal e Ian Little han sido —sobre todo en el mismo tercer mundo— en gran medida reivindicados”.
Conocí a Deepak en los noventa. Pero su asociación con Cato empezó mucho antes, así como también su amistad con mis colegas Jim Dorn y Bill Niskanen. Desde ese entonces, Deepak participó en numerosas conferencias de Cato en Washington y en el extranjero y hemos tenido el beneficio de publicar varios de sus trabajos. Su libro de 2013, Poverty and Progress: Realities and Myths about Global Poverty describe cómo los pobres del mundo están alcanzando a los ricos en términos de bienestar y es consistente con el trabajo realizado por nuestro proyecto HumanProgress.org.  
Es imposible resumir la envergadura, mucho menos describir la profundidad del trabajo de Deepak en una nota breve. En mi opinión, sus contribuciones más interesantes desde la caída del comunismo se enfocaban en el auge de Occidente y el más reciente surgimiento de India y China. El adaptó una visión de largo plazo de la historia como de la interacción entre la dotación de recursos, la cultura y la política para explicar esos auges y su creencia de que los países alrededor del mundo podrían lograr modernizarse sin occidentalizarse. Ese es un mensaje alentador para otras sociedades que no desean atravesar un cambio cultural absoluto para lograr el progreso material. Pero Deepak también estaba preocupado por el deterioro de la sociedad occidental. Él advirtió que “De ninguna manera es auto-evidente…que la democracia occidental necesariamente promueva una cultura que es amigable con el mercado”.

Claro. Incluso así, Deepak estuvo activamente involucrado hasta sus últimos días en la promoción de las políticas orientadas hacia el mercado en países occidentales y no occidentales, tal como lo hizo gran parte de su vida. Extrañaré mis intercambios regulares con él, y Jim Dorn y yo extrañaremos cenar con él y su esposa Barbara durante sus visitas anuales a Washington (En la foto estamos Deepak, Jim y yo durante un almuerzo que tuvimos durante su última visita a DC). Nuestros pensamientos más sinceros de pésame para Barbara y su familia.


Este artículo fue publicado originalmente en el blog Cato At Liberty (EE.UU.) el 1 de mayo de 2020 y en Cato Institute.


 

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