Incertidumbre jurídica y hostilidad a los negocios en las leyes, políticas y actitudes oficiales
Antonio Margariti

Asesor Económico de la Bolsa de Comercio de Rosario y autor del libro “Impuestos y pobreza. Un cambio copernicano en el sistema impositivo para que todos podamos vivir dignamente”, editado por la Fundación Libertad de Rosario.



            Quien pretenda invertir capitales en nuestro pobre país o esté obligado a proseguir administrando una empresa cuyo objeto social sea lícito y honesto, deberán asumir  el entorno económico, social, jurídico y político que nos rodea.
            Por ahora, eso es inevitable, aunque no sabemos qué nos deparará el futuro.
            Sin embargo, es muy probable que después de un colapso de la actividad económica post cuarentena, podamos ver y participar del Renacimiento de la Argentina que soñaron los padres fundadores y  realizaron la riada de inmigrantes de los cuales descendemos.  
            El  presunto inversor y el  gestor de empresa instalada, tendrán que enfrentar  la actividad económica normal  de su negocio como si fuese la batalla del cerco descripta por  Carl von Clausewitz  en su manual sobre “La Guerra y estrategia militar”. 
            La defensa de la empresa y la preservación de los puestos de trabajo  correrán serio riesgo de sucumbir frente al asedio de los funcionarios políticos del Estado, sus leyes injustas y políticas desacertadas.
            La batalla del cerco que tendrán que enfrentar, requieren un conjunto de dotes  excepcionales   que no se aprenden en ninguna Escuela de negocios del país ni en las mejores universidades del mundo.
            Los  emprendedores no podrán resistir mucho tiempo si no cuentan  con agallas, ingenio extraterrestre,  inteligencia excepcional, conducta heroica, voluntad de acero, dominio de las emociones  y  una sutil intuición que anticipe las intenciones  de sus enemigos.
            El combate va a ser agotador, pero la victoria es posible aunque no se mida por la derrota del adversario sino por la capacidad de subsistencia.  
            Aquí presentamos un cuadro de  cómo se presenta hoy en día, el entorno que  acorrala a las empresas  y cuyos titulares, dueños o directores ejecutivos deberán  dominar para subsistir con honra y dignidad.
            No sólo es deseable sino probable aventar estas malas condiciones institucionales. Sólo se requiere un esfuerzo de inteligencia y una decisión política,  porque la capacidad de financiar el Renacimiento está latente en el pulmón y corazón extracorpóreos consistentes en la enorme masa de ahorro receloso que se refugia en las tenencias individuales y colectivas de dólares privados. 
            Sería interesante que cada cual, involucrado en una empresa todavía vigente, examine y responda a sí mismo sobre la aprobación o crítica  del esquema que presentamos. Y luego actúe en consecuencia.                     



 

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