Nuestro amo juega al esclavo
Karina Mariani
Directora del CLUB DE LOS VIERNES Argentina.



...y por las carreteras valladas
escuchás caer tus lágrimas.
Nuestro amo juega al esclavo
de esta tierra que es una herida
que se abre todos los días
a pura muerte, a todo gramo.
Violencia es mentir
El compás histérico de las noticias que se apelotonan, entre otros efectos, nos quita perspectiva y nos roba sosiego. Particularmente en este año de enfermedad y miseria, la presión de lo inmediato, el escándalo y lo evanescente hace que cueste diferenciar lo real de las mentiras. El precio por vender humo es cada vez más barato y si antes mentir tenía alguna consecuencia, sobre todo si te agarraban in fraganti, ahora basta con sentarse a esperar que un nuevo escándalo tape al anterior y aquí no ha pasado nada.
Por eso, repasar las noticias de tan sólo una semana implica un ejercicio para aleccionar la práctica de la duda.
Hace escasísimo tiempo, una lluvia de piedras a manos de una horda de delincuentes se desató sobre el Congreso de la Nación, ¿la causa? Una nueva fórmula para computar las jubilaciones del (inconmensurablemente imposible) sistema previsional. En ese momento era otro el presidente y la oposición vindicó la salvajada de sofisticada logística marcial. Lo hizo amparándose en su empatía con los jubilados. Fue mentira. Esta semana, esa oposición que hoy es oficialismo, empeoró mucho más la fórmula. 

CALAMITOSA GESTION

Segundo caso: Los protocolos de la gestión del Covid han sido calamitosos, incoherentes, divergentes según localidades y horas del día, como si el virus acomodara su comportamiento a la geolocalización o al huso horario. Se han establecido reglas imposibles, caprichosas, humillantes para todo, se impidió viajar, estudiar o trabajar. Se prohibió a la gente recibir a la familia, ver amigos o visitar a los abuelos. La manipulación emocional que dio sustento a los protocolos del quebranto y la angustia fue mendaz.   
Esta semana, el Presidente y su gabinete encargados de elaborar y ejecutar los protocolos fueron fotografiados mientras incumplían todas y cada una de las reglas que ellos habían impuesto. Para refregar un poco más la burla se implementaron, también esta semana, regulaciones que obligan a denunciar reuniones en domicilios privados cuando la reunión aludida excedía largamente el número de lo permitido y además había permitido a los funcionarios trasladarse por el país libremente mientras que 45 millones de personas sufren el impedimento de circular desde hace ocho meses.  
No nos resistamos, por doloroso que sea, a citar un tercer caso concomitante con el anterior. Hemos visto gente agolpada como animales a la intemperie en las fronteras de las provincias porque las autoridades les impedían ingresar con la excusa del Covid, gente que no ha podido ver a sus hijos ni visitar sus propias casas.   
La imposición de fronteras internas ha costado muertos que manchan las manos de los funcionarios que dicen cuidar celosos la propagación del virus. Pero eso no es real: esta semana hemos visto que el pujante movimiento usurpador se traslada de sur a norte del país con absoluta impunidad. Y para mayor abundamiento, el aparato del Estado, que dice cuidarnos, se desplaza idénticamente para apoyar estas acciones como si se tratara de actividades esenciales. Esencialidad que le negaron al servicio de justicia o educación.
 Atenti que, sólo ciñendo la antología del embuste a esta semana, hemos visto: como se logró bajar el precio del dólar con una mentira carísima, como se aumentan impuestos disimulados en un presupuesto que es una patraña, como se inventan fraudulentas grietas racistas para ampliar tongos. Un ejército político al servicio de la falacia inmediata.
Todo, pero todo es, por supuesto, justificado como políticas que persiguen el bienestar de la gente. O sea, hacen esto por nuestro bien, para servirnos (se diría que en bandeja). Pareciera que es una contienda a ver quién elude más la verdad y, claramente, no hay consecuencias de los actos. El poder político ha dejado de someterse a la Ley. Punto.

EL PODER SOMETE A LA LEY

¿Y la Ley? Bien, gracias. No da señales de tener capacidad para ir contra el poder. Es más, es el poder el que somete a la ley.  Sólo en lo acontecido en una semana podemos ver que todo está sometido a la política falsaria y uno de los factores que permite esto es, precisamente, el reparto de los riesgos.  
Quienes toman las decisiones ni son responsables de su eficacia ni corren con los costos de esas decisiones. Sufrimos a un coro de expertos que vampirizan nuestras arcas para proponer medidas infundadas y perniciosas para llegar, al cabo de 8 meses, a ser de los países más castigados por la enfermedad. ¿Sobre quién recayó la consecuencia de su falsa prédica?  
Ciertamente no sobre los amos. No van a cargar con el oprobio del error, es más, es posible que digan que no ha funcionado porque no se aplicó con suficiente intensidad o. cuando no, que culpen a la falta de presupuesto.  
Conclusión, si nos alejamos un poco y ponemos en perspectiva este loquero, lo que existe es una subversión brutal de la relación entre el pueblo y su gobierno que, catalizado por la enfermedad, ha servido para que el miedo creara un entorno en el que nos creamos cualquier medida o predica por descabellada que parezca sin dudar.
La duda es una savia filosófica potente. Ojo a no confundir duda con relativismo, no se trata de que todo valga lo mismo, si no de la conservación de un escepticismo que tiene que ver con el pensamiento crítico. Gracias a la duda el pensamiento recibe impulso, porque cuestiona, indaga opciones, porque desarma dogmas. La duda amplió, históricamente, horizontes físicos y mentales. Para quienes desean controlarlo todo, la duda es enemiga. No hay mayor aliciente para buscar la verdad que albergar dudas, la filosofía esto lo sabe pero pareciera que la política no. Por eso los gobiernos parecen asumir no sólo que están en posesión de la verdad absoluta, si no que su trabajo consiste en preservar su verdad de los peligros de la duda.
¿Por qué liberamos a las medidas del gobierno del mecanismo de duda? ¿No es imperioso dudar cuando se multiplican las medidas ruinosas o exageradas? Una vez que aceptamos que las libertades pueden ser restringidas por nuestro bien, ahora cualquier barbaridad es un problema de salud pública. ¡Por eso puede un gobernador a su entera voluntad restringir los derechos humanos más básicos con la excusa de proteger la vida! 
Esta farsa escala en la misma proporción en la que el poder político devora los poderes que deberían frenarlo, y dado que ha podido violar e imponerse a la Constitución, nada impide reiterar este escarnio jurídico con cada enfermedad infecciosa a futuro. Ya nos han mentido con la falta de camas, con los suministros donados, con las vacunas compradas, con las cantidades de tests, con la contabilidad de muertos. ¿Qué va a impedir que nos confinen a futuro como les apetezca?

DUDAR CON AHINCO

El frenesí de la crisis borra el hecho de que la mentira de ayer es la verdad oficial de hoy, y la verdad oficial de hoy podría ser la mentira del mañana. Pasó con el FMI repudiado antes y abrazado ahora. Tal vez en este momento podamos ser acusados de mentir o de propagar una noticia falsa y que eso mismo, en poco tiempo sea la línea oficial. La semana que viene la consigna virtuosa se convertirá en sospechosa. ¿No valdrá la pena, aunque sea sólo por esto, dudar con ahínco?
Por las dudas, cada vez que se diga que una medida es por el bien del pueblo, dudemos. En sólo una semana sobran los ejemplos de que Nuestro amo juega al esclavo. Seguramente cuando Solari y Beilinson escribieron esta sentencia no pensaron que su obra serviría para ejemplificar a este gobierno, pero ¡como se da vuelta la taba, que cosa de locos! 
Sin ir más lejos, a pesar de que hace escasos días el gobierno juraba desestimar una reforma agraria, esta mismísima semana el Presidente desde la tele nos gritaba como un poseso: ``Uno habla de estas cosas y siempre aparece el idiota que dice que está hablando de reforma agraria. Pero yo quiero que las tierras del Estado vayan a manos que produzcan, cambiar la estructura económica y descentralizar los grandes centros urbanos''.
Aunque el Presidente se enoje, vocifere y golpee el escritorio, eso ES una reforma agraria. Y ahora ya no sabemos si será verdad. No decimos que sea una mentira. Quizá. Puede ser. O no. Las palabras son siempre veleidosas y no responden a sus dueños.
...los titanes del orden viril
¿Qué botines esperan ganar?
si nunca un perro mira al cielo.
Si hace falta hundir la nariz en el plato
lo vamos a hacer, por los tipos que huelen a tigre
tan soberbios y despiadados.
Violencia es mentir.


Publicado en La Prensa.

 

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