Deberes para 2021
Carlos Rodríguez Braun
Catedrático, Universidad Complutense de Madrid. Miembro del Consejo Internacional de Fundación Atlas para una Sociedad Libre.



Si tuviéramos que presentar al Gobierno una lista de deberes económicos para el año próximo: ¿qué les diríamos?
Ante todo, que reconozcan la situación: 2020 ha sido terrible no solo para la salud sino también para la economía, por los trabajadores que han perdido su empleo y las empresas que han echado el cierre.
Tras el balance de los daños, las Administraciones Públicas deberían abordar la microeconomía y la Hacienda Pública.
La clave de la microeconomía debería ser la flexibilidad, para potenciar la recuperación. Hay que abrir los mercados, empezando por el de trabajo, y reducir costes y regulaciones para facilitar la reconstrucción –es fundamental que los trabajadores en ERTE no acaben en el paro.
En cuanto a la Hacienda Pública, se debe contener el gasto, incrementado durante la pandemia, y bajar los impuestos, para que la fuerza creadora del sector privado encuentre pocos obstáculos a la hora de lanzarse a reparar los males de 2020.
Se dirá que todo esto, aunque podamos sostener que son tareas económicas razonables, no son verdaderamente deberes para el Gobierno, o no son deberes que el Gobierno esté dispuesto a cumplir, porque todo indica que se apresta a recorrer su camino en una dirección contraria. No se trata, pues, de deberes para las autoridades sino sólo de deseos nuestros. No lo niego.
Y, hablando de desear, deseo una Feliz Navidad a todos los lectores de El Periódico de Sotogrande.
Reconozco que, con lo que sabemos hoy, y con lo que cabe temer, es difícil desearos a todos un próspero año nuevo con un mínimo de realismo.
Sin embargo, creo que podemos mirar el futuro con esperanza, al menos por dos motivos. En primer lugar, porque es poco probable que el año próximo vaya a ser peor que el actual. Y, en segundo lugar, porque todos tenemos al menos una razón incuestionable para estar satisfechos, y es un argumento que nadie podrá negar, porque es una verdad evidente: en apenas dos semanas, nada más, 2020 habrá quedado, para siempre, gracias a Dios, atrás.

Este artículo fue publicado originalmente en El Periódico de Sotogrande (España) el 18 de diciembre de 2020 y en Cato Institute.
 

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