¿Quiénes son “el pueblo”?
David Boaz

Vicepresidente Ejecutivo del Cato Institute

El vicepresidente ejecutivo David Boaz es un comentarista controversial en una gran variedad de temas culturales y políticos. Ha jugado un papel fundamental en el desarrollo del Cato Institute y del movimiento libertario. Es el autor de Libertarianism: A Primer, publicado 1997 y descrito por el Los Angeles Times como "un manifiesto bien investigado de las ideas libertarias." También es el editor de The Libertarian Reader. Es la principal autoridad en temas domésticos como la libertad de elegir en la educación, la legalización de las drogas, el crecimiento del Estado y el resurgimiento del liberalismo, y es un invitado frecuente en la televisión nacional y en programas de radio. Un artículo de Boaz en marzo de 1988 en el New York Times encendió un debate nacional sobre la despenalización del consumo de las drogas. Algunos de sus artículos han sido publicados en el Wall Street Journal, New York Times, Washington Post, Los Angeles Times, National Review, y Slate. También ha aparecido en "Politically Incorrect with Bill Maher," de ABC, "Crossfire," de CNN, "Talk of the Nation," de NPR, Fox News Channel, BBC, Voice of AmericaRadio Free Europe, entre otros. Boaz, un egresado de Vanderbilt University, fue editor de la revista New Guard y también se desempeñó como director ejecutivo del Council for a Competitive Economy antes de unirse a Cato en 1981. Su libro más reciente es The Politics of Freedom.





Las publicaciones en redes sociales de la congresista Marjorie Taylor Greene han sido sometidos a mucho escrutinio últimamente. Noté algo en un tweet reciente que no ha recibido mucha atención, pero que creo refleja una actitud interesante y tal vez perturbadora. El 30 de enero escribió que “el pueblo de este país es absolutamente 100% leal” al Presidente Trump.
Pero claro que “el pueblo” de EE.UU. no está todo enamorado del ex mandatario, ya sea ahora o en cualquier momento. El obtuvo 45,9 por ciento del voto en 2016, 46,8 por ciento en 2020. Obtuvo 3 millones menos votos que Hillary Clinton y 7 millones menos que Joe Biden. Es el primer presidente cuya aprobación en Gallup Poll nunca llegó a 50 por ciento y que, conforme abandonaba el cargo, su aprobación promedio era de 38 por ciento. Así que no parece que el pueblo estadounidense es “100% leal” a él. Aún así en Facebook, Twitter, y otros lados puede encontrar constantes afirmaciones de que a las élites puede que no les agrade Trump pero que “el pueblo” lo respalda. ¿Quiénes son estas personas?
Atribuirse la representación del “pueblo” es una característica común de los populistas, por supuesto, desde William Jennings Bryan, que preguntó “¿Gobernará el pueblo?” pero perdió tres carreras presidenciales, hasta Hugo Chávez, quien denunció a sus opositores como homosexuales, sionistas, y herramientas de “la burguesía” y los estadounidenses. Los politólogos Daniele Albertazzi y Duncan McDonnell describieron al populismo como una ideología que “coloca a personas virtuosas y homogéneas en contra de una serie de élites y ‘otros’ peligrosos que en conjunto son presentados como que privan (o pretenden privar) al pueblo soberano de sus derechos, valores, prosperidad, identidad, y voz”. Los populistas usualmente dicen hablar por “el pueblo” en contra de alguna serie de élites y/o en contra de grupos que no son élites pero que de alguna manera son “los otros” —los extranjeros, los inmigrantes, los judíos, las minorías raciales o sexuales, etc.
En un artículo de 2019 acerca del populismo autoritario para la revista ReasonTom G. Palmer enfatizó este punto: 
“El científico político Jan-Werner Muller propone otra característica: ‘Además de ser anti-elitista, los populistas siempre son anti-pluralistas’. En su libro What Is Populism? (University of Pennsylvania Press, 2016) argumentу que ‘Los populistas dicen que ellos, y solamente ellos, representan al pueblo’. En esta explicación, la clave para entender al populismo es que ‘el pueblo’ no incluye a todas las personas que lo conforman. Este excluye a ‘los enemigos del pueblo’, quienes podrían ser descritos de varias maneras: extranjeros, la prensa, minorías, financistas, el ‘1 por ciento’, u otros vistos como que no son parte de ‘nosotros’”.
A los Republicanos les gusta señalar el mapa rojo-azul de las últimas elecciones por condado o distrito electoral, en el cual unos pocos puntos azules son visibles en un mar del rojo Republicano. Ese es “el pueblo” —incluso si hay más vacas que personas en muchas de esas amplias zonas rojas. Son “El verdadero EE.UU.”, como Glenn Beck tituló un libro. Sarah Palin dijo que “el verdadero EE.UU.” estaba en los pequeños pueblos. Viviendo en Virginia, escucho lo mismo acerca de “la verdadera Virginia”. Cuando el ex senador George Allen notó al seguidor de campaña contratado por su opositor, un jóven indio-estadounidense, filmando su discurso y dijo: “Démosle la bienvenida a Macaca. Bievenido a América y al mundo real de Virginia”. En 2009, el candidato Republicano Ken Cuccinelli le dijo a los Republicanos del condado de Shenandoah que ellos representaban “la verdadera Virginia”.
Y eso, creo yo, es lo que la congresista Greene y otros quieren decir cuando se refieren al “pueblo” que respalda a Trump. Ellos se refieren al Pueblo. Al verdadero pueblo. No a ese otro pueblo. Incluso si ese otro pueblo resulta ser una mayoría.
Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (EE.UU.) el 4 de febrero de 2021 y en Cato Institute.



 

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