La máquina de ganar elecciones
Iris Fabiano
Influencer. Titular de Café Virtual.



 
El peronismo tiene una alta trayectoria en ganar elecciones, son casi infalibles y más allá de que son nuestra desgracia hay que saber reconocerles que son muy hábiles en el arte de la política. Duele y mucho tener que aceptarlo, pero es así. Solo reconociendo esto podremos avanzar.
            Nadie como ellos hasta hoy han manejado mejor las tácticas y las estrategias políticas para llegar al poder y mantenerse en el mismo cumpliendo su mandato.
 La diferencia entre táctica y estrategia es que la táctica son las acciones que se van a implementar para lograr un objetivo, mientras que la estrategia es la definición y organización de dichas acciones. Ambas tienen sus orígenes en la guerra. Casualmente el líder del peronismo fue un militar entrenado en las mismas.      
Llegado al poder saben de “logística militar”, la cual destinan a mantener el “ejército político” y asegurar su disponibilidad, y capacidad combativa cuando están a cargo del Estado por eso terminan sus mandatos.
Ellos saben ganar elecciones siendo populistas de izquierda o de derecha según la ocasión. Carlos Menem repetía siempre que “la política es el arte de lo posible”
            Perón les enseñó el arte de hacer frentes y poner huevos en varias canastas.
Las listas colectoras son usadas de forma magnífica por ellos para imponer fórmulas y someter a la oposición. Logran que partidos opositores los acompañen apoyando los candidatos a presidentes, gobernadores o intendentes, o también a propósito arman partidos para dividir a los opositores con más chances de ganar las elecciones. Otra gran aliada ha sido muchas veces la “Ley de lemas” que les ha permitido quedarse con el poder.
Hoy vemos cómo están organizando desde el Kirchnerismo el      "POPULISMO DE DERECHA” Y SUS PRINCIPALES REPRESENTANTES SON “GUILLERMO MORENO” Y “SERGIO BERNI”. Todo circo para captar votos.
            Obviamente ya habrá gente que milita en otros partidos o ideas dispuestos a asociarse a ellos para luego tener y disfrutar una cuota de poder. Es que en la Argentina no hay una oposición muy convencida de comportarse como verdaderos enemigos del peronismo.
El Peronismo es un movimiento y no un partido político, sabe captar y aglutinar para ganar. El peronismo juega a la política como si fuera una guerra. Vive generando alianzas de combate, abre sus puertas a todos los que se les quieran unir en la batalla.
Muchas veces se ha dicho del peronismo que es una ambulancia que pasa a juntar heridos y medio muertos para ganar; eso pasó en las últimas elecciones en las que se impusieron los Fernández. Fue un rejunte de todo para venir por Todo.
El grave problema del peronismo/kirchnerismo es que no sabe GESTIONAR LA COSA PUBLICA DE MANERA EFICIENTE Y EFICAZ. Sabe mucho de guerras y triunfos, pero no del manejo del Estado. Tiene concepciones erróneas acerca de su fin.
Para ganarle al peronismo hay que conocerlo, establecer tácticas y estrategias. Hay que desarticularlo, hacerle perder su capacidad de fuego. Siempre son ellos los que convocan a realizar los grandes frentes opositores.
Pero ganar tampoco alcanza hay que saber muy bien y de antemano como se va a gestionar una vez en el poder y como se va a lidiar con el poder de fuego que tienen como oposición a través de sindicatos y movimientos sociales. Como buenos artesanos de la guerra son hábiles dentro y fuera del poder y enseguida se reorganizan para volver dañando al enemigo.
          Los argentinos que estén interesados en desterrarlos del poder deben involucrase en política para armar una oposición sólida y los ciudadanos deben animarse a votar distinto principalmente los mayores de cincuenta años que se convirtieron en animales de costumbre poco proclives a los cambios. Heredaron muchos de ellos “la religión peronista” de sus padres y continúan con la tradición. Por otro lado, hay opositores que son peronistas sin saberlo creen en el dogma peronista, salvo que no les gusta usar la palabra peronismo. Estos opositores creen tanto en la estatolatría como el mismo peronismo, solo se diferencian de ellos por sus buenos modales y sus formas democráticas y republicanas.
              Las grandes preguntas son: ¿Vamos a frenar a la máquina de ganar elecciones de una buena vez destruyendo las tácticas y estrategias peronistas? ¿Estamos dispuestos a aceptar el desafío de desperonizar a la Argentina? ¿Podremos poner en minoría al peronismo por fin? ¿Seremos capaces de conquistar el poder para vivir en una República democrática y capitalista que garantice una mejor calidad de vida para todos los habitantes o vamos a seguir de fracaso en fracaso?

 

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