Empujando a la Argentina hacia el abismo
Ricardo Runza

Ingeniero Aeronáutico y Magíster en Defensa Nacional.




Cuando el Reino Unido de Gran Bretaña (RUGB) era un Imperio en el siglo XIX desplegaba una estrategia sofisticada que lograba objetivos concretos en el tiempo y sobre todo ganancias. Así derrotó geopolíticamente al Reino de España, independizó a sus colonias sudamericanas transformándolas en países que de ninguna manera podrían constituir un nuevo Estados Unidos de Norteamérica (EEUU) en el sur de las Américas. No hubo un país bioceanico en el Cono Sur. No hubo ningún Estado fuerte. Ninguna economía pudo ser próspera sin que esa prosperidad no estuviera atada a la del Imperio. Dos fracasadas invasiones militares a Buenos Aires y Montevideo sirvieron para aprender del error para luego construir una estrategia exitosa que le dio grandes frutos hasta la Primera Guerra Mundial. En Sudamérica supo construir colonias sin que se sintieran Colonias, sin que hablaran inglés.  Claro, también contó con la ayuda de muchos sudamericanos, muy lejanos en su ética, en su interés y en su saber a  aquellos que construyeron los EEUU en el siglo XVIII. Pero hoy, en pleno siglo XXI esa sofisticación luce absolutamente perdida. La torpeza se muestra impúdicamente, como si el RUGB no tuviera más aquellas mentes brillantes de hace dos siglos atrás ni la capacidad política de lograr objetivos estratégicos y geopolíticos con aquella sutileza del pasado. Así se enmarca la “Global Britain in a competitive age. The Integrated Review of Security, Defence, Development and Foreign Policy” presentada recientemente por el Primer Ministro Boris Johnson. Torpe en especial, con respecto al Atlántico Sur.
En el año 2022 se cumplirán 40 años de aquella guerra convencional entre el RUGB y la Argentina por las Islas del Atlántico Sur y sus mares adyacentes. A un año de ese aniversario podemos ver en este documento más presencia militar del RUGB en el Atlántico Sur y más embargo militar hacia la Argentina. Como respuesta, de parte de la Argentina, más inútiles palabras y más debilidad. Nada nuevo en cuatro décadas.
¿Pero qué implicancias tiene la nueva impostura británica que nada cambia? ¿Es igual el contexto de hoy en el Cono Sur Sudamericano al de hace décadas atrás? Indudablemente, esto trae como consecuencia, empujar a las facciones políticas más radicalizadas de la Argentina hacia los brazos de China y Rusia. Esto crea intereses permanentes y ellos se defienden. Argentina se presenta como la plataforma ideal. El ejército chino ya tiene una base de telemetría, comando y control en la provincia de Neuquén. Moscú ha anunciado en enero de este año la instalación de nuevas estaciones rusas en Argentina. Sí, en plural. ¿Chinos y rusos dejarán libremente al RUGB que amenace militarmente sus intereses y bases?

Es indudable que gracias a Cristina Fernández de Kirchner y a Maurico Macri el Cono Sur ha dejado de ser una Zona de Paz por iniciativa argentina al dejarle la instalación de una base soberana por 50 años al ejército chino. Pero el RUGB ha colaborado mucho con esto también, en especial, con su base militar en las Islas Malvinas, absolutamente injustificada desde una visión defensiva con respecto a la Argentina ya que éste es un país débil, un Estado casi fallido, insolvente, quebrado y con fuerzas armadas desarmadas que no representan riesgo alguno para nadie. Entonces, esta visión británica ¿Es realmente conveniente? ¿Para quién en este contexto? Dudo que sea la opción más inteligente para el RUGB como actor de facto dentro del Cono Sur sudamericano y para sus intereses y proyección en el Atlántico Sur, el Estrecho de Magallanes y la Antártida.
Si Chile y Uruguay se toman como aliados históricos del RUGB, el Cono Sur pronto se encontrará en tensiones más fuertes a medida que China y Rusia profundicen su injerencia en Argentina, pero aun Chile con su defensa militarmente más profesional ¿Está en condiciones de ser un actor fuerte en este juego de potencias?. La respuesta es NO. Solo les cabe un rol de actor secundario, pero poco es lo que tienen por ganar si por acción de Argentina, el RUGB, China y Rusia este juego comienza a tomar características de orden militar. Todas las inversiones logradas se ponen en riesgo.
Mientras tanto, el embargo de armas dispuesto por el RUGB empuja cada vez más a la Argentina hacia el armamento chino y ruso que de concretarse pondrá en zona de alerta naranja el devenir futuro de este país y el balance en esta región, incluido Brasil que como potencia mediana no permitiría que Argentina juegue con armamento chino y/o ruso de primer nivel y con el antecedente de este país que con armamento muy inferior y de manera temeraria se animó a guerrear a la OTAN y al RUGB en 1982. Argentina así puede ser una amenaza para Brasil. Entonces, una carrera armamentista podría llegar a darse de nuevo en Sudamérica si este escenario prospera. ¿Quién armará a quien?
Vistas estas circunstancias, ¿Todo esto no afecta los intereses de los EEUU? ¿Está dispuesto los EEUU que el juego británico lleve a la Argentina cada vez más hacia los brazos chinos y rusos e incrementar notablemente su presencia militar en el Hemisferio Occidental desde el sur? Argentina es un país mediano, mucho más rico que Venezuela. Está también más lejos de los EEUU, pero su influencia en el continente puede ser mucho mayor que Cuba, Bolivia y Venezuela juntas. Cultural, psicosocial y políticamente su influencia en Latinoamérica no debe menospreciarse. Puede ser el pivote perfecto que necesita Rusia y China para sus Intereses en Latinoamérica.
Por otro lado, el embargo de armas británico a la Argentina solo ha beneficiado a Israel por ahora y perjudicado a Europa porque los sistemas de armas europeos están integrados en algunas de sus partes a fabricantes británicos y a pesar que Argentina es un país desarmado, de crisis en crisis, económica y financiera, en algún momento saldrá de ellas y tarde o temprano tendrá que comprar armas. Si las facciones políticas radicalizadas perduran en el poder, el único mercado disponible será el chino y el ruso y si hoy -a pesar de no poder pagar- vender armas a Argentina es un negocio geopolítico de largo plazo. Tanto China como Rusia ya dan señales claras que están dispuestos a correr riesgos y hacer de Argentina su nuevo gran botín económico, político y militar. Por ahora, la Argentina ha encarado un proyecto de sustitución de importaciones de armamento militar con su deficitaria, pobre e ineficiente industria militar pero tarde o temprano la elite política hoy en el poder se anoticiará que esto no va a ser suficiente para jugar conforme a lo que Rusia y China puedan dictaminarle en una relación desequilibrada en donde a la Argentina solo le cabe el rol de sumisión y acatamiento. Situación que se agravará a medida que la dependencia sea mayor y más si ella se traduce en alguna operación que le quite el yugo del Fondo Monetario Internacional y su inviable préstamo al borde del default.
Es indudable que la diplomacia argentina y su elite política están enfermas de populismo. Su visión sobre este asunto es ciega. Por este motivo otros Estados con más sensatez deberían ayudar a que el RUGB cambie su postura. Es necesario más sutileza, más sofisticación. El Cono Sur Sudamericano debe volver a ser una Zona de Paz. No hay que empujar a la Argentina hacia el abismo.




 

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