Israel o el arte de dormir con un ojo abierto
Karina Mariani
Directora del CLUB DE LOS VIERNES Argentina.
Apenas comenzara el día 15 de mayo de 1948 iba a finalizar el Mandato Británico de Palestina. Se trataba de una administración territorial encargada por la Sociedad de las Naciones al Reino Unido como parte de la partición del Imperio Otomano luego de perder la Primera Guerra Mundial. Entre sus obligaciones se encontraba "asegurar el establecimiento de un hogar nacional judío'', y ``salvaguardar los derechos civiles y religiosos de todos los habitantes de Palestina''. Pero justo el 15 caía sábado, era Shabat, de modo tal que fue el 14, un día antes, que David Ben Gurión leyó, en el Museo de Arte de Tel Aviv, la Declaración de la Independencia del Estado de Israel. Hacía tan sólo un año la Asamblea General de las Naciones Unidas había aprobado el Plan de dos Estados, uno árabe y otro judío, plan que había aceptado la comunidad judía pero no la árabe.
VOCES MALDITAS
Sin embargo, cada vez que Israel es atacada y se defiende, surgen las voces que justifican los ataques terroristas en función de considerar que está usurpando una tierra que es de otro, o sea que la solidaridad con los terroristas es una aceptación del precepto de estos, de que está donde no debería estar. De nada ha servido explicar mil veces la historia reciente y dar cuenta de que jamás hubo un Estado Palestino (y que actualmente tampoco lo hay). La visión de que Israel y el sionismo son los genocidas de la región ha sido abrazada por gran parte de la opinión pública mundial, baste ver el profuso uso que de este adjetivo hacen la prensa y las redes sociales.
Israel ha tenido desde entonces decenas de conflictos que apuntaron a su desaparición como Estado. Guerras en 1956, en 1967, en 1973, en 1982, en 2014 y un sinfín de hostilidades de distinta intensidad y modalidad pero siempre con el mismo objetivo: su desaparición. Esta realidad fue la que llevó a Israel a dormir constantemente con un ojo abierto y a vivir preparada para hacer frente a los ataques. Lleva, también desde entonces, enfrentando la hostilidad de los medios de comunicación y de otros ámbitos de formación cultural y si bien es cierto que ha ganado en el campo militar, ciertamente ha perdido la batalla en gran parte de la opinión pública del mundo.
TODO PARA LA GUERRA
Así las cosas, en 1987 se forma la organización terrorista Hamás con el objetivo de "establecer un Estado Islámico Palestino en lugar de Israel'', se entiende, ¿verdad? Desde entonces realizan ataques suicidas, apuñalamientos, ataques con armas de fuego y con cohetes. Van variando. Hamás se atiene a su libreto, en este sentido hay que reconocerles la claridad: "No podemos religiosamente, moralmente o nacionalmente dar una pulgada de la tierra de Palestina''. Desde su surgimiento enseñaron la violencia en sus calles, escuelas y destruyeron la vida cívica para convertir en algo deseable el ser un mártir de la causa. Desde los años 90, intensificaron los ataques suicidas, matando con este método sólo en 1996 a 60 israelíes. Del 2000 hasta 2004 se registraron 425 ataques en los que, con tal de segar la vida de judíos, se cargaban también vidas de los propios.
En 2007 Hamás tomó poder de la Franja de Gaza invirtiendo millones de dólares en la construcción de túneles para traficar armamento, gracias a los cuales han disparado decenas de miles de cohetes contra ciudades israelíes. La política fiscal es otro calvario como corresponde a una economía que extrae todo para la guerra. Son públicas las ejecuciones para quienes desafían sus reglas y demás está decir que se trata de una tiranía sin derechos. Equiparar a Hamás con un Estado es un insulto, en primera instancia, para los palestinos.
No es casual que sus comandos operativos y depósitos estén en zonas residenciales, los cohetes se disparan desde allí y las fallas que lógicamente se producen hacen que caigan en la propia Franja de Gaza matando civiles, además de convertirlos en un blanco militar si se quiere neutralizar la base de lanzamiento. El drama humanitario existe, y consiste en tener a una población gobernada por terroristas con una idea acérrima que legitima cualquier procedimiento para ser alcanzada.
UN CINISMO COLOSAL
A raíz de la escalada que comenzó esta semana, se multiplicaron las voces que reclamaban "proporcionalidad'' en la respuesta de Israel al ataque continuo e indiscriminado que estaba sufriendo de más de 2300 misiles. Pero las redes mostraron los ataques en directo, no se podían disimular, de modo tal que el aparato de propaganda ya citado, ese que manipula hechos y titulares mediáticos, apuntó contra la forma en la que Israel se defendía. Pocas veces se vio un cinismo tan enorme. Los culpables pasaron a ser las víctimas porque se les devolvía el golpe. De nuevo, buscaron causales del ataque en algún lugar de la cadena de sucesos: un incendio en una mezquita que resultó ser un árbol y un desalojo judicial. No pueden estas líneas extenderse sobre esos eventos que, aún dados por buenos, ¡serían los que justificarían que Hamás haya tirado 2.300 misiles sobre la población civil en 5 días!
Si Israel hiciera caso al concierto de indicaciones de la progresía internacional, esa que tuvo como faro a Cuba y que cubrió a la dictadura venezolana hasta que no dio para más, el país habría dejado de existir. Se le pide a Israel que negocie con terroristas, y para mayor abundamiento se la trata de equiparar con una organización que no cumple ni medio estándar moral de los que se le exige a la propia Israel. Se pretende, además, que cuando gana una contienda diga: "Bueno, gané, me retiro a dejar que mis enemigos recuperen fuerzas y me voy. Aquí no ha pasado nada''.
Hamas no quiere dos Estados, nunca se interesó en construir uno para los palestinos co instituciones que protejan sus libertades y a sus familias. En cambio, Israel es un Estado que acaba de cumplir 73 años en una lucha que es la de siempre, la de siglos. Si el pueblo judío no desfalleció cuando les mataron a 6 millones de hermanos en las cámaras de gas y si fueron capaces de ganar una guerra en menos de una semana, no van a dejar de defenderse ahora, porque dejar que gane el terrorismo sería acostumbrarse al mal y eso no lo van a hacer. Israel va a prevalecer porque aprendieron que la resistencia nunca debe decaer. Aprendieron a dormir con un ojo abierto y si tienen que repetir lo obvio por 20 siglos más, así será.
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