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“El descontento es el primer paso en el progreso de un hombre o de una Nación” -Oscar Wilde

“Huid de la tierra donde un solo hombre controla los poderes, porque es tierra de esclavos”. - Simón Bolívar

 

Otra vez Venezuela. Desde hace años el país caribeño trasciende sus fronteras e impacta en América toda.

Desde el boicot a la reunión del A.L.C.A. en 2006 cuando Kirchner y Chávez aún vivían, nuestra Argentina se asemeja a un ápice depredatorio de las libertades públicas. Copia del empobrecido populismo petrolero todos sus males y en muchos casos los agiganta.

América Latina parece pensar distinto. Chile elige a Michelle Bachellet sin temores a cambios sustanciales en el neoliberalismo que les dejara la dictadura de Pinochet hace mas de dos décadas y que los introdujo en el mundo globalizado. Tampoco la presidente chilena cae bajo el populismo barato de criticar a la civilidad venezolana que –fuego contra piedras- gesta una evolución en paz.

Diosdado Cabello, enemigo íntimo del dictadorzuelo Nicolás Maduro, envía a parte de su familia a nuestro país para evitarles males mayores ante una eventual confrontación armada en su país.

Evo Morales y José Mujica sonríen en voz baja ante el fracaso decenal del gigante país vecino del conosur que aparece condenado a morder su propia cola de mediocridad y resentimiento.

Dilma Rousseff no sólo prepara su mundial de futbol y visita al Papa Francisco sino que ajusta los motores recesivos de la economía para que 2014 no empalidezca su gestión ante un año popularmente brasileño.

El Perú de Ollanta Humala y la Colombia que afianzara Álvaro Uribe mantienen su coherencia. Critican expresamente la feroz y desproporcionada represión del régimen madurista frente a un pueblo desarmado que sólo marcha para exigir la restitución de libertades públicas conculcadas desde la asunción de Hugo Chávez Frías al poder, una década y media atrás.

Mientras tanto, la Argentina de C.F.K. y Binner sintonizan otro canal. Kirchnerismo decadente y socialismo complaciente coinciden en valorizar la pseudo-democracia caribeña frente al clamor popular. Olvidan las marchas populares de sus ideologías contra regímenes autoritarios que lograron – a sangre y fuego- sostener sus principios y afianzar sus doctrinas frente a los autoritarismos de turno.

El “efecto Venezuela” unificó a la amplia franja mayoritaria de los argentinos en la lucha cívica de sus líderes opositores aunque no cejó en dividir con heridas difíciles de cicatrizar al 70% de la voluntad popular expresada el 27 de octubre en las urnas.

Ernesto Sanz, Elisa Carrió y Mauricio Macri marcaron esa divisoria ideológica de cuajo con su apoyo a las marchas encabezadas por líderes opositores como Leopoldo López, hoy encarcelado en prisión militar.

El Presidente del centenario partido de Alem fue claro al respecto: “El presidente del radicalismo, Ernesto Sanz, trazó ayer un paralelismo entre la Argentina y Venezuela, convulsionado por las protestas sociales, y aunque aclaró que hay "diferencias" entre ambos países, advirtió que se repite la lógica "amigo- enemigo" y pidió estar "prevenidos". (La Nación 20/02/2014).

Sanz dejó en claro que la “socialdemocracia” era un dejo protuberante de ideología no compartida con sus “socios” binneristas.

Federico Pinedo, presidente del Bloque de Diputados del PRO no se quedó atrás: "El Gobierno hace la vista gorda cuando los amigos de ellos violan los derechos humanos", destacó Pinedo en diálogo con DyN, y agregó que "las operaciones de censura y represión de manifestaciones libres por parte del gobierno de Venezuela son claramente violatorias de los derechos humanos". (La Nación 21/02/2014).

Sergio Massa, líder del “Frente Renovador”, prefirió impartir doctrina universitaria en México, en un acto organizado por la Universidad de Georgetown para atacar cualquier proyecto de reforma de la ley de internas abiertas (P.A.S.O.) que posibilite conformar fórmulas presidenciales para 2015 entre los dos más votados de un mismo espacio político y garantizar de este modo el aterrizaje complaciente del post-kirchnerismo. Nada dijo de la sangrienta represión en Venezuela.

Un hecho político allende nuestras fronteras con consecuencias internas.

Muestra a “los personajes” tal como son y como piensan.

Saben que para portar la bandera argentina en la marcha cívica organizada desde las redes sociales para el próximo 13 de marzo no todos podrán insertarse en la multitud exentos de reproches o elogios.

Será su primera prueba de cara a la gente que los votó en octubre pasado.