Dos grandes temores de los políticos
Carlos E. Viana

Prof. Doctor en Política y Gobierno UCC. Prof. Teoría Política I. Autor de “El Escenario Político Sobreiluminado”, Buenos Aires, 2006. “El Fenómeno Político” UMSA, Edición electrónica, Kindle, Buenos Aires, 2018. “El Poder Político Supera al Poder Económico” Edición electrónica Kindle. Buenos Aires 2019.



Están abiertos dos grandes debates en en las democracias occidentales: las criptomonedas y las redes sociales. No deja de llamar la atención que ambos fenómenos ponen en juego el poder de los sectores políticos.
 
Monedas virtuales
¿A que se debe este temor de los políticos a las monedas virtuales?
Las monedas virtuales, especialmente el Bitcoin, depende exclusivamente de los poseedores, es decir del mercado. No hay autoridades regulatorias y su riqueza y número es tal, que ningún gobierno o magnate puede indcidir decisivamente sobre ellas. Nigçún banco central puede regularlas, ni tampoco ningún gobierno. Estos tampoco tienen poder impositivo sobre estos depósitos virtuales y anonimos.
Un principio que viene desde la Crata Magna en 1215, es que no puede haber impuestos sin representación. No respetar este principio por la corona y el parlamento británico, fue la causa disparadora de la Revolución Norteamericana.
Sin embargo desde el siglo XIX, este principio ha sido continuamente violado por los  gobiernos, mediante la emisión, que da mas fondos para el estado, que provienen de devaluar con esta medida el bolsillo de los ciudadanos.  Si bien los bancos centrales cuando son ndependientes han puesto un freno a estas medidas, en las naciones donde no lo son, el gasto y la riqueza del pueblo queda a merced de la emisión, ante la indiferencia de las supuestamente independientes cortes judiciales.
En los estados con independencia de sus bancos centrales, el gobierno  recurre a otras medidas, como el exceso de gasto publico, que es cubierto con deuda del estado, lo cual es mas grave porque compromete inclusive a quienes no han nacido, a pagar la demagogia con deudas del que ellos  no contrajeron.
Otro sector que pierde poder son los bancos, ya que estos viven de los depósitos de sus clientes, que ellos pueden prestar a mayor interes. Obviamente las criptomonedas disminuyen estos depósitos.
No es muy dificil entender que las criptomonedas son senciallamente un grupo de inversores o ahorristas anonimos, que depositan e cuentas virtuales de acuerdo al uso códigos invariables y que se basan en la confianza de los depositantes.
 
¿Puede estallar este sistema?
Por supuesto que sí, pero no por una decisión de un gobierno o de un magnate o banco en particular. Solo puede caer si se pierde la confianza en él, cosa que sería posible si por medios electrónicos se pudieran perforar sus innumerables códigos secretos. Al parecer, hasta ahora esto no es posible. Solo medidas muy represoras de un gobierno, lindando con el totalitarismo y mediante el terror, podrían llegar a afectar las criptomonedas, lo cual sería incompatible con el valor esencial que tiene la libertad para la existencia de una democracia.
Si en la crisis económica mundial de 1929,  hibieran existido las criptomonedas , estas hubieran permanecido invulnerables a los vaivenes del mercado.
En consecuencia los políticos están preocupados que su principal medio de imponer contribuciones inconsttucionalmente, pero lamentablemente aceptado, este en riezgo.
 
Regulación de las redes sociales
Otro problema es la  penetración de datos personales, por las empresas que manejan las redes sociales, con algoritmos que pueden usarse para influir en el comportamiento del público. Es un hecho real, pero esto podría solucionarse con medidas de autoprotección electrónica y una legislación penal para queienes violen estos datos particulares.
Sin embargo como en el caso de las monedas virtuales, hay un poder inmenso en juego que no es solamente el manejo de los algoritmos por las empresas con redes sociales. ¿Cuál podría ser?
Las redes sociales han democratizado la opinión libre, la critica, solo basta que alguien se decida a hacerlo y puede critica al gobierno y a cualquier poderoso, con una difución considerable, de acierdo a la elección libre que haga el público.  Es decir que de una libertad aristocrática de los medios para filtrar las noticias y criticas.se ha pasado con las redes soociales  a una “sobreiluminación del escenario político” [1] y esto los ha puesto muy incomodos a los políticos. En consecuencia quieren regularlas, lo que implica regular la libertad, principio que defendió Jefferson cuando se elaboró la constitución norteamericana,que incluyo Alberdi en la Argentina y cosolido  Sarmiento en la reforma de 1860.  John Stuart Mills, en el Siglo XIX,  en su obra “Sobre la Libertad”, ha desarrollado excelentemente este derecho de publicar cualquier cosa sin censura previa. No obstante este principio no libera a quien pùblica de su responsabilidad. La calumnia, la injuria  y noticias falsas que puedan afectar a otros ciudadanos son pasibles de sanciones, pero después de la publicación.
En consecuencia el problema de los algoritmos en las redes sociales, como dijimos puede ser solucionado técnicamente por cada ususario y penado por las empresas que lo violen.
Las publicaciones en redes sociales deben contar con dos cosas, identidad del autor y responsabilidad penal y económica si viola la ley.  Para poder publicar habría que identificarse al autor. Las empresas de redes sociales, tampoco podrían censurar, aunque si eliminar a autores anónimos y denunciar obligatoriamente ante la justicia a quienes suponen que han violado la legislación. Nunca ni el estado ni las empresas pueden condicionar el contenido del mensaje. La censura previa, as tan grave como la ingerencia anónima en los datos personales.
 
Conclusiones
Ambos fenómenos, tanto las criptomonedas como las redes, son una nueva instancia para un mundo más libre, son dos nuevos poderes independientes que equilibran el poder del gobierno y de los poderesos particulares.  Los dos son un avance hacia una mayor libertad y protección de derechos individuales.  Los políticos no deben hecharle mano.


[1] VIANA, Carlos E. “El Escenario Político Sobreiluminado”. Editorial Militar, Buenos Aires, 2.006.
 

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