Cato Institute: Índice de Libertad Humana

Eduardo Maschwitz
Presidente del Consejo de Administración de la Fundación Atlas para una Sociedad Libre. Premio
a la Libertad 2007, Fundación Atlas para una Sociedad Libre.
Recientemente Cato
Institute publicó los resultados de su ultimo Human Freedom Index, que viene
realizando hace muchos años, con datos al año 2019, es decir hasta el último
año antes de la pandemia de COVID y las cuarentenas implementadas. Es un
informe de más de 400 páginas por lo que intentaremos aquí mostrar solamente
algunas conclusiones principales y sobre todo la posición que ocupa Argentina
en dicha medición.
El Human Freedom Index (índice
de libertad humana) se compone de los resultados de dos subíndices, uno el
Personal Freedom (índice de libertad personal) y el segundo el Economic Freedom
(índice de libertad económica).
El índice de libertad
personal tiene una ponderación del 58% del índice general de libertad humana,
el cual mide la seguridad jurídica, la seguridad, la libertad de movimientos de
las personas, la libertad religiosa, la libertad de asociación, políticas y civiles,
la libertad de información y expresión, y las libertades vinculadas a
matrimonios del mismo sexo y divorcios.
El índice de libertad
económica pondera en un 42% del índice general y mide el tamaño del estado, la
carga impositiva, el sistema legal, la independencia judicial, los derechos de propiedad,
la fortaleza de su moneda y la inflación, la libertad de comercio internacional,
el tamaño de la economía paralela, el control de capitales y de cambios, el
mercado de crédito y el control de la tasa de interés, las regulaciones
laborales y las licencias, trabas y regulaciones para hacer negocios.
Normalmente en la
mayoría de los países ambos subíndices muestran un comportamiento similar, es
decir que lo normal es ver que ambos índices muestran una alta correlación, mucha
o falta de libertad ambos, pero también hay excepciones, como Hong Kong con
mucha libertad económica y baja libertad personal, o Argentina con alta
libertad personal y muy baja libertad económica.
Hay una fuertísima
correlación entre el ingreso per cápita de los países y el índice de libertad
humana, donde a mayor índice, mayor ingreso. El ingreso per cápita del 25% de
los países de mayor índice humano (el estudio incluye 165 países de todos los
continentes) era de usd 48.748 en 2019, el siguiente cuartil de usd 22.169,
luego de usd 9,191 y el ultimo de usd 11. 259.Estos números no ameritan ni
comentarios ni conclusiones adicionales. Impresiona ver la similitud entre los
resultados de los países de distintas regiones o continentes y la paridad que
tienen sus componentes.
También hay una
fuertísima correlación de 0,87 (máximo 1) entre democracia y el índice de
libertad humana, o sea a mayor democracia, mayor índice de libertad humana.
Los 15 países con mayor
índice están localizados en Europa, Oceanía y Norteamérica siendo en orden los
mejores calificados Suiza, Nueva Zelanda, Dinamarca, Estonia, Irlanda, Finlandia,
Canadá, Australia, Suiza, Luxemburgo, Holanda, Islandia, Noruega, Reino Unido y
Estados Unidos. China ocupa el puesto 150/165, y los últimos lugares son
ocupados por países africanos, de Medio Oriente y Venezuela (164/165).
Analizando los
resultados de Latinoamérica y Caribe, que suman 26 países encontramos que los 5
mejor calificados son Chile, Uruguay, Costa Rica, Bahamas y Panamá, siendo los
5 con más baja calificación, comenzando por el más bajo, Venezuela, Nicaragua, México,
Bolivia y Colombia.
Veamos por último la
calificación argentina, en su región y en el mundo y su evolución en los
últimos 4 años (2015-2019), en los que hay medición. Vemos que la medición
coincide con la terminación del Gobierno de Mauricio Macri y no tiene datos posteriores
a partir de la pandemia y el nuevo presidente Alberto Fernández.
Como ya anticipamos,
Argentina muestra un comportamiento muy desigual en los subíndices analizados.
En Latinoamérica y Caribe ocupa el puesto 18/26 en el índice general, y el
puesto 3/26 en el índice de libertades personales, y el puesto 25/26 en el
índice de libertad económica, solo superando en este último a Venezuela. En el
índice Global Argentina ocupa el puesto 74/ 165, ocupando el puesto 34/165 en
libertades personales, y el puesto 153/165 en libertad económica. Vemos
claramente que Argentina tiene una muy buena calificación en libertades
personales y una pésima calificación en libertades económicas. Yendo más a
detalle dentro de los subíndices Argentina está muy mal calificada en estado de
derecho, independencia judicial, derechos de propiedad, eficacia de la policía,
impuestos, tamaño del gobierno, macroeconomía e inflación, libertad de comercio
y regulaciones. Por el contrario, muestra muy buenas calificaciones en
seguridad, libertad de movimiento, libertad religiosa, libertades civiles y de expresión,
prensa e información.
Y cual fue la evolución
de Argentina durante la presidencia de CAMBIEMOS -2015-2019. El índice general
de libertad humana se mantuvo casi sin variaciones (7,23 a 7,38), mejorando muy
levemente, pasando del puesto 77 a nivel global al puesto 74, una mejora de
tres posiciones. En el índice de libertad económica tuvo una leve mejora (paso
de una calificación de 5,23 a 5,50), al igual que en el índice de libertad
personal (pasó de 8,65 a 8,73).
¿Qué conclusiones
podemos sacar de este interesante y muy serio estudio? Que la riqueza y la
democracia van atadas directamente a la libertad, que aquellos países con
índices mayores de libertad a la vez gozan de ingresos varias veces superiores
al resto. Que Argentina, único país del mundo que pasó de ser desarrollado a
ser subdesarrollado, se encuentra algo por encima de la media de países en el
índice general, pero lo logra gracias a libertades humanas muy buenas y pésima
libertad económica, estando entre los 10 países peor calificados del mundo. Los
resultados a la vista.
Otra conclusión que
impresiona es que con la clase política actual no hay esperanzas de un cambio.
80% aproximadamente de los votos en la última elección han sido en favor de los
peronistas, el PRO y la UCR. Hemos resaltado la evolución del índice durante el
gobierno de CAMBIEMOS, que vino con un discurso de reformas de fondo, y no fue más
que un continuar de lo existente.
Pero a diferencia de
otros años ahora hay esperanza. Tenemos nuevos partidos liberales que nos
pueden dar una nueva oportunidad como nunca ha existido en las últimas décadas.
Los jóvenes ya lo han percibido y los apoyan en forma importante, como vimos en
las últimas y recientes elecciones. Los liberales y los jóvenes tenemos la
misión de mostrar una alternativa, de hacerla conocer y explicar con estadísticas,
comparaciones contundentes, como es posible progresar y ser felices, y es de la
mano de mayores libertades particularmente en nuestro país para emprender, trabajar,
comerciar de la mano de una moneda fuerte, estabilidad macroeconómica, división
de poderes y estado de derecho. La receta es muy muy muy simple. Están a la vista
sus resultados. ¡No dejemos escapar esta nueva oportunidad!
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