El sol no se tapa con las manos
Luis Franco
Investigador Asociado de Fundación Atlas. Licenciado en Ciencias Políticas, magíster en Economía y Ciencias Políticas por Eseade. Ex asesor en la Cámara de Diputados de la Nación.
El peor manejo del fuego de la historia
Al ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación
Juan Cabandié, el secretario de Control y Política Ambiental Sergio Federovisky
y el director del Servicio del Manejo del Fuego, Alberto Seufferheld, se les
quemaron 3.800 billones de pesos (datos Federación Argentina de la Industria
Maderera y Afines) y el fuego, ahora en la Mesopotamia, sigue arrasando todo. Las excusas sobre el cambio climático son
vanos intentos de tapar el sol con las manos ya que podrían haberse salvado miles de hectáreas si se hubiera diseñado una
política de manejo del fuego profesional.
En esta nota nos circunscribiremos al uso de
aeronaves para demostrar la precariedad de la gestión actual en la materia.
El Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación
realizó dos licitaciones públicas (Nº 4/2021 y Nº
5/2021) a través del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) para
contratar sólo 4 aviones hidrantes y 4 helicópteros, esa fue toda la previsión
que tomó el gobierno para 2021-22. Luego,
con el fuego extendido por varios frentes, el Servicio Nacional de Manejo del
Fuego (SNMF) reportó en su web contrataciones de emergencia de 9 helicópteros
(1 Prefectura) y 9 aviones hidrantes.
En la lucha contra
el fuego, la diferencia entre la previsión y el fracaso radica en la
disponibilidad inmediata de recursos aéreos, ya que una vez comenzado el
incendio el fuego se vuelve incontrolable. Como
siempre sucede en las catástrofes, el tiempo es crucial.
La experiencia
indica que los medios aéreos tienen que estar alistados antes que el fuego
comience, tal como lo están los bomberos en los pueblos que tienen todo a
disposición antes que se encienda la alarma que alerta sobre un incendio.
Veamos lo que hace Australia, una nación ubicada en nuestro mismo
hemisferio. Para septiembre de 2021,
Australia se encontraba preparada para hacer frente a “La Niña” conforme a la
información meteorológica disponible que probabilísticamente advertía sobre el
riesgo de fuego. Entre los recursos que preparó el Centro Nacional de Lucha
Aérea contra Incendios (NAFC, por su sigla en inglés), había 150 aeronaves
contratadas, más unas 350 que estarían en alerta activa. Además del componente
aeronáutico, Australia tenía un detallado plan de movilización a partir del Consejo Nacional de Servicios de
Emergencia y Bomberos (NRSC por su sigla en inglés).
“¡Es Australia!”, dirá alguno resignado, pero
no, aún en la Argentina hubo gestiones
infinitamente más eficaces (aunque lejos de ser eficientes) que la errática
imprevisión actual que está cobrando VIDAS y billones de pesos en pérdidas,
además de constituir una catástrofe ambiental difícil de comparar. Lo que
aquí decimos tiene fundamentos concretos, ya que la media histórica de los
últimos años según datos del SNMF es que se
contrataban entre 18 y 26 aeronaves por temporada, y un dato más: se lo hacía
con un presupuesto 7 veces menor a valor constante.
No es posible comprender por qué el
Ministerio de Ambiente
y Desarrollo Sostenible de la Nación no contrató más medios aéreos conforme a
los datos que el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) brindó en tiempo y
forma. Tampoco por qué desestimó la información estadística acumulada a través
de los años sobre la recurrencia e intensidad de incendios en zonas sensibles
como el centro y noroeste del país en donde los recursos aéreos se han
desplegado con una parsimonia alarmante.
Tal vez muchos podrían suponer
que lo acontecido fue producto de limitaciones presupuestarias, pero no es así,
ya que el ministerio que encabeza Cabandié cuenta con enormes recursos y, en
consecuencia, se podrían haber mantenido en disponibilidad decenas de aviones y helicópteros que conforman un amplio menú de
opciones a utilizarse en los distintos estadios del fuego. El caso es que la improvisación terminó en un despilfarro de
fondos tardíamente utilizados que podría llevar a suspicacias. Otro dato sobre la gestión actual que
llama la atención es que en las contrataciones realizadas en lugar de
utilizarse el sistema “compras.gob.ar” se acudió al BICE por razones de
“URGENCIA”.
El fenómeno de “La Niña” que
produce las condiciones necesarias para la ignición del fuego sigue su curso.
Por eso es necesario que este asunto sea gestionado por personas idóneas y
serias.
Publicado en diario Perfil.
Últimos 5 Artículos del Autor
.: AtlasTV
.: Suscribite!
Dejanos tu email y recibí novedades y todo lo que te podemos ofrecer!