Stalin 2022
Osvaldo Rolleri Aragón
Investigador, especializado en Seguridad. Corresponsal desde España de Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


El 24 de febrero de 2022 comenzó la invasión a Ucrania por parte de Putin, nuevo Zar de Rusia. Engolosinado por el éxito en Georgia (2008) y Crimea (2014); sin respuesta, ni mayores críticas internacionales, dispuso: “vamos por todo”. Recordada frase en Argentina, que llevó a la destrucción de nuestro país, con las muertes directas, indirectas y colaterales, que en algún momento se investigarán. Así, Putin se planteó llegar a ser el Zar de una gran Paneurasia.
 
Preparación
Mucha gente piensa que un día Putin tomó demasiado vodka, y dispuso invadir Ucrania. Pero no fue así.
Desde que llegó al poder, comenzó a preparar una revolución cultural en Rusia, con base en la religión, la historia, los valores rusos, y la necesidad de volver a ser lo que el espíritu ruso de dominación siempre deseó. Lo mismo que se hizo en América Latina, a partir del fracaso de la guerrilla, como sistema de dominación, que implicó un terrible derrame de sangre en casi todos los países, en los 70’s. También, llevó a Rusia, a empresas y sistemas económicos de EEUU para lograr un desarrollo económico importante. Creando un sistema de empresas vinculadas al poder (oligarcas), que ganaban fortunas; y luego, echó a todos los americanos. Además, derramó parte del resultado económico en la población, logrando así un apoyo significativo, que se aprecia en el resultado de las votaciones. No las últimas, en las que sus datos son dudosos.
Paralelamente, avanzó en el equipamiento bélico y desarrollo para la guerra a fin de ser la potencia de mayor poder destructivo del planeta. Hoy, tiene la mayor cantidad de ojivas nucleares del mundo.
 
Terrorista
Los conceptos de Putin son los de Lenin (hay que mentir, engañar o hacer lo que sea a fin de lograr el objetivo), los de Stalin (una muerte es un asesinato, 1 MM es un número estadístico), los de Mao (no me interesa perder la mitad de la población, si logramos el fin, (él en el poder para siempre)). Sin mencionar los métodos de tortura previos a la muerte y ejecuciones por envenenamientos. También desarrolló un ejército, para ejecuciones en cualquier lugar del mundo, igual que Muamar el Gadafi.
En función de la sociología y psicología, sabe que el miedo es el mejor incentivo, y el terror su gran aliado. Se sabía que en la era de Stalin, en todo su derredor, quién decía o hacía algo inconveniente, podía morir de la forma más atroz. Putin sigue su línea. Además, no tiene ningún problema, como hemos visto, en bombardear corredores de escape que él autorizó, similar a las cámaras de gases de Hitler, transformándose en un criminal de guerra, lo cual, poco le importa. Pero sí le importa lograr su objetivo, que es imponer el terror en todas las zonas que le interesan.
 
Análisis
Conociendo ya las líneas de pensamiento de Putin, similares a las de Hitler, Mao, Pol Pot, Kim Jong-Un, etc.; que deberían ser conocidas por la inteligencia de todo país sensato, llama la atención, como se pudo llegar a esta situación. Nada fue sorpresivo, Europa en las últimas décadas, entregó a Rusia su mayor valor estratégico; la provisión de la energía. Financiando el equipamiento militar ruso que utiliza ahora, para dominar el mundo. Lenin decía: “Los burgueses nos venden las sogas con las que los vamos a ahorcar”. Saber algo de historia, no hubiera permitido que las potencias europeas se entregaran a Putin sin el menor criterio geopolítico. Solo Bélgica, detuvo una contratación del sistema eléctrico que iba a quedar en manos de China, por un informe de inteligencia. Hoy (abril/22), Europa sigue pagando a Rusia entre 500 y 1000 MM diarios, por la energía que recibe.
 
Conclusión
Putin sigue con la pelota en la mano, mientras todos se miran sin saber cuándo podrán jugar el partido. Todos los días, tenemos una muestra de la violencia y el terror que impone en su avance. Ejecución de civiles, violación de mujeres, destrucción total de zonas estratégicas y ciudades. Del otro lado, solo hay burócratas enriquecidos, que solo desean permanecer en sus cargos. Será difícil hablar con personajes de las características de Putin, de las que dio probadas muestras en sus gobiernos. Para mayor prueba acaba de designar como Comandante de guerra a Alexander Dvornikov, conocido como ‘El carnicero de Siria’, por su brutalidad contra civiles. Tiene orden de arrasar los objetivos. Saddam Hussein y Gadafi, son dos ejemplos de un final, pero sin el gigante poder bélico de Rusia. Solo nos queda rezar para que Dios se apiade del planeta.

 

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