El “surazo” de Lula
Emilio Martínez Cardona
Escritor y analista político.


No es que al ex presidente brasileño lo hayan afectado los vientos gélidos que suelen soplar desde tierras australes. O sí. Pero de lo que hablamos es de la propuesta lanzada por el candidato petista de crear una moneda única latinoamericana, que se llamaría “sur” y sería emitida por un hipotético Banco Central Sudamericano.
Esto, según sus palabras, “buscaría reforzar la soberanía monetaria de los países sudamericanos, para dejar de depender del dólar”. 
Se trata claramente de un despropósito, teniendo en cuenta la tendencia en muchos países de la región hacia el gasto público compulsivo y la indisciplina fiscal. Lo que se avizoraría en el horizonte, de aplicarse esta idea disparatada, sería el funcionamiento frenético de una máquina impresora de billetes a nivel continental, sueño húmedo de muchos socialistas del siglo XXI, sin duda.
Para entender el trasfondo de la propuesta hay que ir a las palabras “para dejar de depender del dólar”. En el nuevo contexto de conflicto económico-militar global desatado por la invasión de Vladímir Putin a Ucrania, esto podría denotar un alineamiento solapado de Lula con el neozarismo, bajo las engañosas máscaras de la multipolaridad monetaria.
Por inaplicable que parezca la idea, puede acabar convirtiéndose en “caballito de batalla” de la Celac, en caso de que se concrete la victoria del PT en las elecciones de Brasil y, tal vez, de Gustavo Petro en Colombia, con lo que se consolidaría una mayoría clara del Foro de Sao Paulo en los gobiernos de la región.
Dentro de la mala noticia que es la nueva ola forista en América Latina, hay una buena y es que estos populismos de segundo ciclo no cuentan con mayorías parlamentarias: Pedro Castillo, Gabriel Boric y Xiomara Castro están en minoría en sus legislativos y Alberto Fernández perdió el quorum propio en el Senado. La minoría congresal también sería evidente en los casos de eventuales administraciones de Lula y Petro.
Las excepciones son Bolivia y México, donde de todas formas los gobiernos populistas no cuentan con mayoría calificada de 2/3, lo que pone algunos frenos en materia de reforma constitucional y en ciertos nombramientos estratégicos. 
En este marco, la trinchera para la defensa del ordenamiento democrático-republicano serán los parlamentos, que deberían buscar una sinergia similar y contrapuesta a la que orquestarán entre sí los gobiernos adscritos al Foro de Sao Paulo, en busca de un balance institucional.
Volviendo a la iniciativa sobre el “sur”, cabe recordar que procesos de unificación como el del euro sólo fueron posibles después de que los participantes lograsen la estabilidad monetaria en cada país y aun así se tuvieron que llevar a cabo costosos salvatajes y procesos de rescate posteriores en las economías más frágiles.
Todo parece indicar que el “surazo” de Lula es una pieza de demagogia discursiva de cara a su campaña electoral, pero en el museo de ideas absurdas que es el socialismo del siglo XXI también puede representar algo peor, como un proyecto hiperkeynesiano de escala regional.

Publicado en Los Tiempos, Bolivia.




 

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