Decálogo de un plan económico integral y urgente
Adrián Ravier
Economista. Profesor de la Universidad Francisco Marroquín, Guatemala. Ha publicado en el libro "Soluciones de Políticas Públicas para un País en Crisis", Fundación Atlas para una Sociedad Libre, 2003.


La economía transita por un largo camino de decadencia por la resistencia de la dirigencia política a encarar cambios sustanciales que pueden sintetizarse en el siguiente decálogo:
1. Política fiscal y gasto público: Urge una regla que evite que el gasto público aumente por arriba de la presión tributaria, especialmente ante el escenario electoral que se avecina. Si bien el nivel agregado de erogaciones se ha licuado entre 2020-21, se corre el riesgo de volver a niveles de gasto y déficit insostenibles, una vez que el gobierno comience a ceder ante las presiones sindicales y gremiales;
2. Política tributaria: Urge eliminar 160 impuestos, dejando sólo aquellos 11 que hoy generan el 90% del total de recaudación tributaria. La medida sería un shock positivo sobre la actividad, lo que permitirá incrementar la base imponible, y con los recursos adicionales percibir más con menos gravámenes. El recuento de 171 impuestos surge de un relevamiento del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) a nivel nacional, provincial y municipal;
3. Superávit fiscal: Urge alcanzar un excedente entre gastos y recursos tributarios para poder asumir el pago de los compromisos de la deuda pública. En el caso argentino no alcanza con equilibrio fiscal, primero por su coyuntura, pero también para poder avanzar en una reducción de la presión tributaria, y quita gradual de retenciones, además de una reforma previsional indispensable. En 2023 Argentina corre el riesgo de ir a un nuevo default y es necesario dar tranquilidad a los acreedores que Argentina está haciendo lo posible para reconocer sus obligaciones de deuda;
4. Política cambiaria: Urge levantar el cepo. Se debe reconocer la cotización real del dólar frente a una moneda que se ha destruido y sigue destruyéndose año a año. Se deben terminar con los privilegios en el reparto de los escasos dólares a un grupo de importadores oficiales y acreditados;
5. Desregulación de la economía: Se deben terminar los controles de precios, para que pueda normalizarse el funcionamiento bajo incentivos adecuados para la producción. La infraestructura energética sufre hoy la falta de inversiones, y esto representa un cuello de botella para recuperar tasas altas de crecimiento económico. Como en otros episodios históricos del país, los servicios públicos pueden atraer inversiones que contribuyan a reactivar la economía;
6. Política monetaria: Urge dolarizar la economía, aceptando lo que espontáneamente ya viene ocurriendo desde las PASO de 2019. El remanente de pesos que circula debe ser reemplazado por dólares que el gobierno logre captar con nueva deuda, y los otros pasivos del Banco Central deben ser reemplazados por deuda del Tesoro. Una nueva convertibilidad con un tipo de cambio real alto (tras levantar el cepo) puede ser una alternativa, pero me inclino en favor de la dolarización para reducir el costo de salida y eliminar el riesgo de devaluación, lo que es indispensable para tener bajas tasas de interés, tanto nominales como reales;
7. Apertura económica: Urge recuperar el acuerdo con la Unión Europea, pero buscando también otros acuerdos con el Nafta, Asia, África y Oceanía. El Mercosur podría ser el bloque a partir del cual se encaren las negociaciones, pero si no lo fuera Argentina deba salir del bloque. En esta materia hay mucho que aprender de los acuerdos bilaterales de Chile con los bloques económicos, incluyendo el Mercosur. Esta apertura requerirá de una eliminación total de los aranceles, lo que también requiere un tipo de cambio real alto como punto de partida, lo que se obtendrá al levantar el cepo y con la reforma monetaria de dolarización mencionada. Que los bienes transables adquieran dentro de Argentina precios internacionales bajos y competitivos, reducirá el costo de la canasta básica para los consumidores, lo cual puede contribuir a bajar la pobreza, además de contribuir también en una pronunciada mejora de la competitividad;
8. Legislación laboral: Urge flexibilizar la legislación para que aquellos que necesitan contratar personal tengan incentivos para hacerlo. En el mismo plan de integración y retorno al mundo, Argentina necesita de esta reforma para mejorar su competitividad. La medida contribuye también a un necesario cambio estructural de empleo público a privado. Es un mito que esta medida provoque precarización del empleo. La legislación laboral actual está provocando más excluidos que nunca, niveles alarmantes de informalidad y altas tasas de subempleo;
9. Cielos abiertos y aerolíneas argentinas: Urge recuperar una política de cielos abiertos, sea con Aerolíneas Argentinas en manos público o privadas, o directamente cerrarla, pero recuperando la competencia de quienes ofrezcan mejor calidad y precios a los consumidores, como ya ha ocurrido en Europa o en EE.UU. La medida le daría a la Argentina mayor dinamismo, lo que también contribuye a mejorar la productividad.
10. Petróleo: Urge privatizar la explotación del hidrocarburo, reconociendo que el gobierno ha sido siempre un mal empresario, y que no tiene los recursos ni el conocimiento para abastecer al mercado local con el crudo y sus derivados. La explotación del reservorio de Vaca Muerta puede fundamentar los shocks de inversión que Argentina necesita para salir de esta coyuntura. No sólo es indispensable que el país se autoabastezca del combustible, sino que además genere ingreso de divisas por exportación.
Por supuesto que quedan otros frentes por encarar, como un Presupuesto Base Cero que permita replantear la estructura del gasto público, con menos ministerios, secretarías y sub-secretarías, que a la vez permitan reducir la burocracia y la corrupciónNueva Zelanda ofrece una experiencia notable en esta materia. Pero los 10 puntos mencionados arriba grafican una reforma integral y urgente que debería estar en la agenda del oficialismo y la oposición para alcanzar consensos que puedan ayudar a evitar otra crisis económica de magnitudes alarmantes.
Este artículo fue publicado originalmente en Infobae (Argentina) el 4 de junio de 2022 y en Cato Institute.

 

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