La Cumbre de las Américas vista en perspectiva. II Parte.
Julio Cirino
Director de GeoEconomicsGPS.


En la primera parte de estas breves reflexiones procuramos destacar los puntos salientes de lo que sucedía en la llamada Cumbre de las Américas, lo que intentaremos ahora es hacer una breve evaluación de esta, como así también de las perspectivas que se presentan de cara al futuro de la región.
Se suponía que las reuniones previas a la cumbre (que no fueron pocas) servirían para establecer un contexto temático que fuera común a toda la región, si bien aceptando temas que podían tener más relevancia para unos que para otros.
Sin embargo, algo evidente fue que la administración americana apuntó como relevantes las cuestiones migratorias, que son significativas para Estados Unidos, México y Centroamérica, pero no lo son tanto para el resto del hemisferio, particularmente para el sur de este, incluyendo a países como Paraguay, Uruguay, Brasil, Argentina y Chile. Curiosamente estos países encaran otro tema migratorio, que si bien no resulta conflictivo no por ello es menos inesperado, nos referimos  la masiva salida de ciudadanos venezolanos que hoy literalmente “escapan” de un país que no pocos intentan presentar como modélico para el hemisferio (claro que sin aclarar modelo de qué). Tema este que no estuvo formalmente presente en la conferencia cumbre.
Además, un elemento que debería haber sido central; los necesarios acuerdos para hacer más fuertes y operativos a los sistemas democráticos, quedó ausente y fue sólo el discurso del presidente Biden el que aludió específicamente a este tópico que no pareció recibir la misma prioridad por parte del resto de los asistentes. Por otro lado, quedó marginado el hecho que los autoritarismos de todo signo han cambiado mucho sus metodologías para la captación, ya no se ven tanto los desfiles de aspecto militar, que muchas veces preludiaron los golpes de Estado, sino que casi inadvertida parece crecer una especie de “erosión silenciosa” de los sistemas republicanos-democráticos.
Si por un momento comparamos esta “cumbre” con la primera (Miami 1994) donde 34 jefes de Estado se reunieron en aquella oportunidad, dos cosas aparecen destacadas, en primer lugar, que las por entonces “frágiles” democracias regionales aparecen, por lo menos formalmente unidas en lo que procuró ser un plan de acción donde se destacan las ideas de consolidación de las democracias y la búsqueda del libre comercio en el hemisferio.
Hoy, por el contrario, si algo quedó claro es la fractura del hemisferio, no sólo por las visibles ausencias sino porque la idea de libre comercio desaparece de la agenda y la polarización política es más visible que nunca.
Un espectro político que va desde las ideas de un conservadurismo duro encarnado por el brasileño Jair Bolsonaro, pasando por posiciones algo difíciles de definir como las del salvadoreño Nayib Bukele para llegar a los “ausentes”, Cuba, Venezuela, Nicaragua. El Salvador, Guatemala, Belice y Honduras enviaron representantes. El Presidente de México se negó a concurrir enviando a su ministro de exteriores para reemplazarlo, en lo que fue un extraño movimiento, particularmente si se tiene presente que en pocas semanas tiene prevista una reunión con el presidente de los Estados Unidos en Washington DC, cosa que, al menos hasta el momento parece confirmada. A presencias usuales como Ecuador, Uruguay, o Chile, representado por el más joven de los presidentes latinoamericanos, el recientemente electo chileno Gabriel Boric, cuya posición política es aún difícil de definir pero que exitosamente presentó una iniciativa que se denominó “Coalición de las Américas para la protección de los Océanos”. El presidente Ivan Duque fue quien destacó como significativo que estuvieran presentes aquellos mandatarios respetuosos de los derechos humanos y que se guían políticamente en base a la Carta Interamericana de Derecho Humanos. Hubo otros casi “presentes bajo protesta”: Argentina.
No fueron pocos los que hablaron de una verdadera “fractura hemisférica” y se hace difícil negar su existencia. Esto deja abierto un delicado interrogante: si no resultará necesario repensar los acuerdos hemisféricos, lo que traería aparejada la necesidad de rever qué es lo que conceptualmente el hemisferio acepta como sistemas “democráticos”. Este tema resulta de enorme sensibilidad política, al punto que no son pocos los países de la región que prefieren obviar este punto. Lo que sucede es que durante años la fractura del orden democrático en un país era un evento visible y traumático, innegable, hoy pululan no sólo en la región sino en el planeta, sistemas que algunos denominan autoritarios, pero que mantienen formalidades democráticas, en otras palabras las democracias no mueren, en general por revoluciones violentas, sino más bien por una especie de “erosión interna” casi imperceptible.
El otro elemento que dejó visible la reunión de Los Ángeles es que los instrumentos legales internacionales, o el aislamiento internacional están resultando cada vez más inefectivos frente a dictaduras y autoritarismos. Posiblemente el caso más visible es el que estamos presenciando en estos meses entre Rusia y Ucrania.
También parece conveniente regresar por un momento a algo que ya mencionamos, en 1994 la única fuerza opuesta a los sistemas republicanos era la isla de Cuba hoy el vecindario se ha poblado de presencias que no guardan ninguna relación ni con los sistemas democráticos ni occidentales, obvia referencia a China, Rusia e Irán. En momentos en que particularmente el primero, devino en un importante socio político-comercial del hemisferio al tiempo que Rusia y en menor medida Irán hacen también sentir su presencia.
Una nota al pie. Al momento de escribir estas líneas Argentina se enfrenta a una delicada situación político diplomática fruto de la presencia de un avión de origen presuntamente iraní con matrícula presuntamente venezolana que, con un cargamento aún no claramente determinado, y después de sobrevolar el hemisferio durante semanas apareció aterrizando en Ezeiza, generando un confuso incidente que aún no tiene definición pero que vuelve a poner sobre el tapete el problema de presencias extra hemisféricas que parecen escapar a los controles que son usuales en estas circunstancias y deja abiertos interrogantes respecto de qué grado de atención están prestando los países del área a aquellos problemas que pueden afectar a la seguridad y que curiosamente tampoco fueron objeto de análisis durante la cumbre hemisférica.

Publicado en El Faro Argentino.





 

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