Alberdi nos recordaría la omnipotencia del Estado regulador
Javier Cubillas
Analista de Asuntos Públicos, Fundación Atlas para una Sociedad Libre.


Sí, ayer 29 de agosto fue la fecha del nacimiento de Juan Bautista Alberdi, una de las mentes más brillantes de estas tierras y que nos legó, entre muchos otros aportes jurídicos, las bases para la primera constitución de la entonces Confederación Argentina.
Motivo por el cual, ayer se celebró, el día del abogado en nuestro país siendo un dignísimo recordatorio a su aporte y ejemplo público en pos de la organización jurídico política del territorio.
Pero, lo que aquí queremos resaltar son dos citas de una obra que nos conviene no perder de vista en atención al estado y desarrollo de la democracia, sus instituciones y la opinión pública en los tiempos que corren.
En una de sus últimas intervenciones, Alberdi, en la Universidad de Buenos Aires, intenta exponer -no logra hacerlo en su totalidad- una posición decantada de tantos esfuerzos intelectuales y experiencia política que deja en claro una postura sobre su visión, en retrospectiva, y la titulaLa Omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual.
Vaya título, visto hoy a la luz de la agenda pública en donde la política y la gestión económica del país se encuentran totalmente pendientes de las medidas de un grupo de funcionarios que aún no encuentran modo de resolver los propios problemas económicos, financieros, tributarios y monetarios que han impulsado. Para Alberdi, estaríamos ante un crimen de carácter político sin lugar a dudas.
En esa obra, Alberdi vuelve sobre sus principios y estos son elocuentes al poner en claro sobre los crímenes que:
“Todos los crímenes públicos contra la libertad del hombre, han podido ser cometidos, no solo impune, sino legalmente en nombre de la Patria omnipotente, invocada por su gobierno omnímodo. La libertad del hombre puede ser no solamente incompatible con la libertad de la Patria, sino que la primera puede ser desconocida y devorada por la otra. Son dos libertades diferentes, que a menudo están reñidas y en divorcio. La libertad del hombre es la independencia del individuo respecto del gobierno, de su país propio"
Esta primera frase deja en claro cómo a diario hemos dado lugar por hábito, por comodidad o por usos y costumbres, a la ocurrencia de actos y hechos que son contrarios al espíritu de la Constitución Nacional y sus normas reglamentarias. E incluso, hemos incorporado como normal un lenguaje y una gestualidad que no muestra a individuos ni a sectores sociales indignados, críticos, ante la omnipotencia de un funcionario que por el sólo hecho de enarbolar posiciones falaces recibe como eco inactividad, impotencia, pasividad.
Y por si fuera poco, Alberdi, también deja para la posteridad una máxima que hoy ante los datos de proyección económica, índice de desocupación y expectativas del mercado o perspectivas de futuro de miles de jóvenes, refuerza el ideario de la libertad del hombre frente a todo otro poder:
“Si más de un joven, en vez de disputarse el honor de recibir un salario como empleado o agente o sirviente asalariado del Estado, prefiriese el de quedar señor de sí mismo en el gobierno de su granja o propiedad rural, la patria quedaría desde entonces colocada en el camino de su grandeza, de su libertad y de su progreso verdadero”.
Esta segunda frase tomada de ese famoso discurso debería ser parte de todo manual de educación cívica. Esto, no por desdeñar lo estatal o la función pública y la vida política, lejos de eso. Alberdi no era anti político sino un claro defensor de los ámbitos y competencias de cada poder sin que ello suponga afectaciones o determinismos para la vida civil de una persona y su destino. Hecho que ocurre en muchas provincias feudalizadas en su ámbito social y político.
De este modo, buscaba clarificar que para las nuevas generaciones no es el único ni primer camino a tomar en la vida y su desarrollo profesional, y que incluso, la vida y actividad del emprendedor, del empresario, del creador o innovador de bienes y servicios hace un aporte clave a la patria en su engrandecimiento.
Por esto, en cada fecha de homenaje recordemos a Juan Bautista Alberdi no sólo por ser el día del abogado sino también por ser una figura intelectual que intentó aportar una nueva fórmula ética y económica para el desarrollo de una vida social como aporte fructífero para la política y la patria.

Publicado en Perfil.


 

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