Conciencias de suma cero
Juan Carlos Maldonado


En todo caso la suma es siempre positiva. Pero en materia de política parece haber un género en el que se pretende inconscientemente jugar a sumar cero. Me refiero a las críticas que se emiten (o se dejan de emitir) cuando un político o partido de nuestro agrado comete una imprudencia o algo que, dentro de nosotros, sabemos que es incorrecto, indebido, abusivo o incluso inútil.

 
 
Un juego de suma cero es uno donde cada porción que un jugador gana es equivalente a la que pierde su oponente. Para explicarlo de otra forma, si lo que estuviera en juego fuera un pastel de diez porciones, cuando yo tenga seis porciones mi oponente tendrá cuatro, y cuando yo gane una más mi oponente tendrá tres, haciendo que la suma de los puntos sumen cero.

Es común escuchar esta analogía cuando se trata de explicar que la causa de que los pobres sean pobres no se debe a que los ricos sean ricos, debido a que en los intercambios comerciales todos salen ganando: yo entrego dinero y recibo un producto o entrego mi fuerza laboral y recibo dinero. En todo caso la suma es siempre positiva. Pero en materia de política parece haber un género en el que se pretende inconscientemente jugar a sumar cero. Me refiero a las críticas que se emiten (o se dejan de emitir) cuando un político o partido de nuestro agrado comete una imprudencia o algo que, dentro de nosotros, sabemos que es incorrecto, indebido, abusivo o incluso inútil.

El reciente proceso de elecciones seccionales 2014 en Ecuador, dejó ver, una vez más, lo marcadas que pueden ser estas posturas cuando la permanencia de un candidato o de un proyecto político se pone en juego. Los electores en las calles y foros, en las conversaciones y debates se esmeraban por dar a conocer las virtudes del candidato de su preferencia, pero cuando, en medio de estos diálogos, se mencionaban los puntos negativos de uno u otro candidato, su inexperiencia o aun su negligencia, quienes lo defendían argumentaban en contra con alguna obra, política pública o virtud, al parecer, pretendiendo que esta última anule a la crítica mencionada.

Es a este tipo de casos a los que me refiero cuando hablo de conciencias de suma cero. Para estas personas parece bastante sencillo pensar que cada acto de corrupción o abandono puede ser borrado con un posterior acierto. Por ejemplo, si en ciertos círculos, critico la negligencia del alcalde de Guayaquil al atender las necesidades en cierto sector marginal de la ciudad, me responden haciéndome notar cuanta mejora ha habido en otro sector diferente. Al final, no es mentira que la obra existe en algún lugar, pero eso no ha solucionado el tema que se estaba criticando en principio.

A fin de tener una sociedad políticamente responsable es necesario que seamos críticos honestos y eficientes del desempeño de los funcionarios electos. El temor a no tener la razón o a ser decepcionados por una figura política no debe ser la norma que rija nuestra opinión, sino tener un firme deseo de que se haga un buen trabajo con el poder que se les han delegado. El congresista y dos veces candidato a la Presidencia de Estados Unidos, Ron Paul mencionó en su discurso de despedida lo que este afán significa: “¿Por qué se piensa que el patriotismo es una lealtad ciega al gobierno y a los políticos que lo dirigen en lugar de los principios de libertad y apoyo al pueblo? El verdadero patriotismo es una voluntad de amonestar al gobierno cuando se equivoca”.[1]

Lo peligroso de las conciencias de suma cero no es solo que nieguen una realidad clara y la tapen con otra que no viene al caso, sino que este ejercicio mental provoca que se idealicen a los líderes políticos, haciendo casi imposible generar en el futuro una transición en el poder porque según ellos todo marcha de maravilla. No es mi afán que nos convirtamos en unos amargados incapaces de ver las cosas positivas que de vez en cuando logra la política y sus protagonistas, pero de las misma forma espero que no seamos necios que no aceptan que no nos gobiernan ángeles infalibles.

[1] Ron Paul, Adios al congreso. Noviembre 19, 2012. Mises Hispano
 

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