Basta de comprensión hacia el delito
Carlos Maslatón


Frente a la preocupación general por la ola de inseguridad que ha derivado en semejante cantidad de delitos récord a nivel histórico de la Nación y la tendencia a realizar justicia por mano propia por parte de personas que se sienten totalmente desatendidas por los aparatos gubernamentales que no le brindan la Justicia necesaria, yo hago una exhortación a los tres poderes públicos del Estado. Primero que nada para dar prioridad a esta cuestión y a que se la tome como algo que tiene que ser arreglado inmediatamente. 

Hay cierta cantidad de medidas que se pueden tomar que son señales que podrían frenar el desastre que estamos viviendo. Se creó un campo de impunidad durante muchos años que habilita a la persona con tendencias delictivas a considerar que el delito es una opción de vida más. “Salgo a robar, y si hace falta mato”, y esto es parte del negocio. Lo hacen porque encontraron un terreno social, político y legal propicio para sentir de esa manera. 

Ese terreno es la policía que no actúa. Tienen personal y medios, pero no actúan. No lo hace porque se la condenó políticamente y socialmente durante años tildándola de represora. Entonces las estructuras que tenían se fueron tornando inoperativas y lo que se transmitió al aparato delictivo que opera en el país es que la policía no actúa o actúa poco o se arregla o se conversa. 

La única solución no es armar mejor a la policía. Es un tema de decisión política. Vos podes tener el mejor ejército, o la mejor organización humanamente y desde el punto de vista de los medios técnicos, pero si no ejerces la acción y frenás el delito o realizás la prevención necesaria o monitoreas a los individuos peligrosos, que se ha dejado de hacer en el país porque se lo relaciona con inteligencia militar y que es violatorio de la intimidad, una policía aún con medios adecuados no sirve para nada. Hay doctrinas penales que se oponen a esto, entonces, lo que lograste con la innación policial, motorizada por el poder político, es un campo propicio para la impunidad por parte del delincuente, por parte del que prepara un delito y del que lo empieza a ejecutar. 

Después hay otro elemento que se juntó: son las recomendaciones a la gente. Se les dijo durante años: “no hagas nada, dejate robar”. Eso desde mi punto de vista es vergonzoso. Yo creo que es muy malo no defenderse. No estoy pidiendo que un niño se defienda de un delincuente mayor, pero la trasmisión ideológica a la sociedad de que no tenes que reaccionar es otra señal para el delincuente que sabe que tiene la vía expedita para hacer lo que quiera. Así y todo, mucha gente se ha dejado robar, e igual fue muerta. Siempre que negocies con el delincuente y cedas con el delito le estás validando su método y le legitimás mayor libertad de acción hacia el futuro, pues no se conforman con una cantidad, sino que después te piden más y más, sin haber límites para los extorsionadores. 

Como si esto fuera poco, se creó una ideología en las facultades de derecho, sobre todo en la UBA. En lugar de ver al delito como un fenómeno que debe ser reprimido y castigado legalmente, se consideró que el delito tiene que ser comprendido social y humanamente. Todas las personas, que son enorme cantidad en el mundo del derecho y la política, no la mayoría, pero sí las que viven a contrapelo del sentimiento del país, ven al delincuente como una pobre persona que tiene que ser ayudada. Hay muchas doctrinas de este tipo que las teorizan en otras partes del mundo, pero que se practican solo aqui, por ridículas. Cada vez que ves un hecho delictivo, seguido de muerte o lo que sea, le preguntás a cualquiera de esos ideológos izquierdistas, que sienten placer cuando a uno le roban en su propiedad privada, porque ellos no creen en ella, te dan una respuesta acerca del tema social y la falta de educación. Desde mi punto de vista esto es un insulto a la dignidad humana y a los derechos humanos: ¿qué diablos tiene que ver el móvil delictivo de una cantidad de criminales antisociales que quieren vivir a costas de los demás, con este tema de la política de fondo? 

Yo creo que hay que rechazar absolutamente la relación del delincuente con una persona pobre. Esto es totalmente anticientífico, ya que hay delincuentes en todos los sectores sociales y patrimoniales. Esto no está ligado a una condición social, patrimonial, nacional y provincial. Esto es un tema generalizado, no podemos hacer clasificaciones humanas en base al origen de las personas. 

La combinación de estas cosas que plantee lleva a que la gente se levante y diga: “el Estado no me protege más, no creo en la Justicia y la hago por mano propia”. ¿Cuál es la solución? El discurso público tiene que cambiar. Basta de comprensión hacia el delito. Si vos declarás la tolerancia cero cambias la tendencia general. Entonces, implementando esto, le estás diciendo al delincuente que no va a tener más impunidad y le das ánimo a los policías honestos para actuar como corresponde. No lo hacen ahora porque temen ser reprendidos por el sector político que los va a condenar. Además le mandás un mensaje a la Justicia para que actúe. Hoy policía y jueces no actúan correctamente porque tienen miedo de que después los destituyan de sus cargos.

* Carlos Maslatón es abogado, analista de mercados y periodista.

Fuente: Diario26
 

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