El cambio está en la opinión pública
Jorge Giacobbe (h)
Lic. Jorge Daniel Giacobbe, Director Giacobbe & Asociados, Opinión Pública 


Tengo una mirada sobre la Argentina diferente a la que hoy se configura en otros países, donde los análisis circulan entre los detalles de la política y la economía, sin reparar en la opinión pública. La sociedad argentina está viviendo un proceso de cambio lento, profundo y silencioso, apartándose de las viejas formas de hacer, pensar y resolver, en busca de actitudes más acordes a los procesos actuales. 

Ese cambio no está motorizado por los actores políticos, sino por una opinión pública que muta más rápido que su dirigencia. Es un atraso pensar a la Argentina con las herramientas del ayer, y todavía es temprano para pensarla con las herramientas del mañana. Estamos en un momento bisagra en el que coexiste la lógica que formó a la población mayor a 50 años y la lógica que referenció a la población menor a 50, visiblemente diferentes entre sí. 

El eje conceptual peronismo-radicalismo ya no existe como tal. La sociedad lo desarmó tras reiteradas crisis de representación, generando un escenario propicio para el surgimiento de otras fuerzas y alianzas donde nadie tiene nunca un segmento grande del electorado por mucho tiempo, centrado sobre las personas y no sobre las instituciones políticas. 

En Argentina ya nadie nace radical o peronista. Las identidades políticas se han fracturado tanto que en todo el territorio nacional nuestras encuestas arrojan 65% de apolíticos e independientes. Solo el 15% se define como peronista, el 7% como radical, y el resto como fuerzas menores. 

Este 65% que frente a un comicio elige para un lado y al siguiente cambia, de ninguna manera es presa de un corralito conceptual estanco. En edades menores a 45 años, y en mujeres, esta caracterización es más acentuada. 

El peronismo ya no es una identidad política, una doctrina o un conjunto de ideas. Su contenido simbólico resulta estar ligado al concepto de gobernabilidad fuerte, en capacidad de controlar las fuerzas necesarias para conducir un país. 

El kirchnerismo que actualmente gobierna es un grupo pequeño dentro del espectro político nacional, que logró capturar y conducir al peronismo orgánico y del sindicalismo lo abandonaron. Por lo tanto creemos que ya no se puede sostener que el kirchnerismo sea el peronismo, ni que el peronismo sea la Argentina. 

La “lógica de los 70” es la que se irá en el 2015, y con ella, sus formas y exabruptos. Para dar paso a otros estilos, a otros niveles de tolerancia, a otras formas de resolver conflictos. Esta demanda está latente en la opinión pública y se puede ver claramente al estudiarla. 
 

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