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El gobernador DeSantis dice a los residentes del ¨estado libre de Florida¨ qué tipo de carne les per

Jeffrey Singer

Doctor en Medicina, egresado de New York Medical College. Fellow de American College of Surgeons. Practica cirugía general en el área metropolitana de Phoenix y es Académico Adjunto del Cato Institute.

El 1 de mayo, el gobernador de Florida Ron DeSantis (Republicano) firmó la ley SB 1084, que prohíbe a los floridanos comprar o vender carne cultivada en laboratorio. En un comunicado de prensa, la oficina del gobernador declaró: "Florida está aumentando la producción de carne" e instó a los floridanos a "seguir consumiendo y disfrutando de la carne de vacuno 100 por ciento de Florida".

Para su crédito, a diferencia de sus oponentes de la guerra cultural que se oponen a los alimentos modificados genéticamente, el gobernador no se involucró en argumentos histéricos de ciencia basura sobre la seguridad de comer carne cultivada en laboratorio.

Los investigadores médicos y los médicos llevan décadas cultivando tejidos humanos en laboratorios. En algunos casos, los investigadores clínicos y los oncólogos cultivan muestras de tejido obtenidas de tumores individuales para estudiar su biología única y los efectos que tienen en ellos diversos agentes terapéuticos.

Era sólo cuestión de tiempo que los empresarios aplicaran la misma tecnología al cultivo de tejidos animales, lo que permitió a los humanos consumir carne sin criar ni sacrificar animales.

Históricamente, muchos de los primeros opositores a los alimentos modificados genéticamente estaban asociados a la política de izquierdas, que afirmaba que estos alimentos eran "un complot antinatural de capitalistas malvados para esclavizar a los consumidores de alimentos". Los activistas afirmaban que los alimentos modificados genéticamente, a los que a menudo apodaban "Frankenfood", no eran saludables. Sin embargo, existen pruebas sólidas de que los alimentos modificados genéticamente son seguros.

Esta vez, la oposición a la carne cultivada en laboratorio parece provenir de los guerreros de la cultura de derecha, el lobby agrícola y los políticos que les complacen. Los detractores de la carne cultivada en laboratorio no cuestionan la seguridad de su consumo. Más bien se oponen a la carne cultivada en laboratorio principalmente porque a los ecologistas y a los defensores de los derechos de los animales en general les gusta la idea. Aunque estudios recientes sugieren que pueden estar equivocados, muchos ecologistas han creído que el cultivo de carne disminuirá la necesidad de criar ganado productor de metano, ayudando así a mitigar el calentamiento global. Los defensores de los derechos de los animales promueven la carne cultivada en laboratorio como alternativa al sacrificio de animales.

Pero la guerra cultural no es lo único que anima a quienes se oponen a la carne cultivada en laboratorio. Otro factor es el proteccionismo a la antigua usanza. Al igual que los cárteles del taxi se unieron para oponerse a Uber y Lyft, muchos en las industrias de la carne de vacuno y de aves de corral temen la competencia de la carne cultivada en laboratorio. El comunicado de prensa del gobernador de Florida fue bastante transparente al respecto al afirmar:

Debemos proteger a nuestros increíbles agricultores y la integridad de la agricultura estadounidense. La carne cultivada en laboratorio es un vergonzoso intento de socavar nuestras orgullosas tradiciones y prosperidad, y se opone directamente a la auténtica agricultura.

El proteccionismo hace extraños compañeros de cama políticos. Comentando la nueva prohibición de la carne de laboratorio en Florida, el senador John Fetterman (Demócrata de Pennsylvania) publicó en X:

Me duele profundamente estar de acuerdo con Crash-and-Burn Ron, pero estoy de acuerdo con esto. Como miembro de @SenateAgDems y como un tipo que nunca serviría esa bazofia a mis hijos, estoy con nuestros ganaderos y agricultores estadounidenses.

No puedo criticar a los que se oponen a la carne cultivada en laboratorio por hacer afirmaciones no científicas sobre su seguridad, pero sí puedo señalar la hipocresía de su afirmación de estar a favor de la libertad.

Este artículo fue publicado originalmente en Cato At Liberty (Estados Unidos) el 3 de mayo de 2024.