El cepo impenetrable: la política que divide opiniones y orienta la economía
Enrique Blasco Garma
Economista.
La
insistencia en diferenciar al sistema monetario por la convivencia de dos
monedas les parece a muchos economistas del mundo una anomalía insostenible,
puesto que la mayoría de las naciones emplean un patrón único como medida de
valor, en contraste con los residentes argentinos que utilizan pesos para las
transacciones corrientes y pago de impuestos y dólares para adquirir activos
significativos, como propiedades y ahorro.
El sistema bimonetario no es fijo sino
variable, depende de las circunstancias y tiempos. Por estas condiciones
institucionales, el equipo económico se muestra convencido de las bondades del
cepo cambiario en una primera etapa de gobierno, ya que abandonarlo alteraría
las expectativas y podría conllevar al colapso del programa de estabilización
que se manifiesta mucho más satisfactorio que lo anticipado por el consenso del
mercado.
Para entender las causas y razones del
sistema bimonetario es oportuno sintetizar las particularidades de la moneda
(base monetaria), activo especialísimo basado en la confianza merecida por el
banco o Estado emisor, con doble propósito: facilitar transacciones, y, al
mismo tiempo, financiar al emisor.
La amplitud o extensión de los servicios de
la moneda la restringen dos causales: la inflación (pérdida de su valor
adquisitivo) y la falta de confianza, seguridad, y competencia de las
instituciones y entidades del sistema financiero que la utilizan. De tal modo,
la fortaleza de la moneda no es sólo mérito de quien la emite sino también de
todo el sistema bancario en el que se asienta.
La historia argentina, con inacabables períodos de las inflaciones más
pronunciadas del planeta, defaults, reprogramaciones de pasivos financieros,
etc. multiplicaron la huida del peso hacia activos reales y financieros de todo
el mundo. Tanto que los residentes, cualquiera sea su nacionalidad, mantienen
bienes y activos de todo tipo en dólares y otras divisas mucho más sustanciales
que en el peso nacional.
Los activos externos de residentes argentinos, según
datos parciales de diciembre de 2023, se estimaban en entre 450.000 y 670.000
millones de dólares. De estos, la mayor parte correspondía a monedas y
depósitos fuera del sistema financiero local, reflejando la desconfianza en el
peso, por la inestabilidad económica del país.
En comparación, los
activos financieros dentro de Argentina son menos valorados y una referencia
clave son las reservas del Banco Central, que para fines de 2023 eran
aproximadamente USD 27.000 millones, una cifra muy baja en comparación con los
activos externos de los argentinos.
Causal de esta diferencia
entre el monto de los activos externos e internos, es la corrupción que llevó
muchas veces a aplicar reglas preferentes a socios y amigos de los políticos e
influyentes poderosos, lo cual impide la competencia sana. Tanto que la
Argentina es el 98 país más corrupto del mundo, según
midió Transparencia Internacional en 2023, y correlaciona con el elevadísimo
nivel de pobreza, porque a mayor corrupción, menor ingreso por habitante.
Y aunque el Gobierno
continuara con su disciplinada política destinada a consolidar el equilibrio
fiscal, cabe esperar que se terminará dolarizando toda la economía, por
decisión del mercado o de política económica, u otra alternativa que surgiera
preferida, para prevenirse del oportunismo y veleidades de muchos de los
políticos.
Comportamiento
de los mercados
En las últimas semanas,
el impulso bajista de los dólares financieros reflejó la mayor oferta de
dólares que está generando el ingreso a la moratoria, al pago del Régimen
Especial de Ingresos de Bienes Personales (Reibp) y al carry
trade que alienta el crawl peg al 2% y tasas de interés de las Lecap
más altas.
Los bonos soberanos
continuaban el rally alcista, impulsados por el blanqueo de
capitales, ya que se trata de uno de los activos habilitados para invertir el
dinero regularizado y evitar el pago de la alícuota del 5% para montos mayores
a 100.000 dólares. Esto impacta de manera directa en la baja del índice de
riesgo país.
La expansión económica no
vendrá levantando antes de tiempo el cepo cambiario, que podría llevar a la
devaluación del peso, sino ganando competencia y con un sistema justo e
idénticas reglas para todos.
Publicado en INFOBAE.
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