Un paso trascendente hacia la etapa superior del kirchnerismo
Carlos Mira
Periodista. Abogado. Galardonado con el Premio a la Libertad, otorgado por Fundación Atlas para una Sociedad Libre.
La Argentina puede
estar acercándose a un límite que por ahora parecía lejano; una característica
que estaba reservada a los extremos y que, hasta hoy, aún con todos sus
disparates, el país parecía esquivar.
Se trata de la prisión por informar; de ir a la cárcel
por ejercer el periodismo. El puntapié inicial de este tramo final del delirio
parece estar dispuesto a darse en Santiago del Estero en donde el periodista
Juan Pablo Suarez está a punto de ser detenido bajo los alcances de la
Ley Antiterrorista por haber tenido la peregrina idea de informar sobre los
reclamos policiales de diciembre último en donde un agente se encadenó a la
plaza central de la ciudad, cuando en gobernador era Gerardo Zamora, el marido
de la gobernadora actual. Suarez dirige el portal "Ultima Hora" y fue
acusado de "sedición" y de "incitar a la violencia contra las
instituciones", un delito que según esta ley prevé entre 6 y 12 años de
cárcel. El delito habría consistido en que el periodista filmó la violenta
detención del efectivo Nelson Villagrán que, en ese momento, realizaba la
protesta junto a su familia.
Las fuerzas del
gobernador allanaron la redacción y detuvieron a Suarez que estuvo preso una
semana en la seccional 1 en un calabozo de poco más de un metro cuadrado.
Más allá de las
distintas manifestaciones que la restricción a la libertad ha tenido en el país
en los últimos diez años, esto no había sucedido y seguía siendo un límite que
nos separaba del abismo.
Cuando la Ley Antiterrorista
fue sancionada este temor surgió inmediatamente porque, en efecto, la ley
reservó un capítulo para interpretar como "terrorismo" el ejercicio
del periodismo libre y "molesto".
Ya en ese momento el
país dio un paso trascendente en el sentido ecuatoriano y venezolano respecto
de contar con un instrumento que le permitiera materializar la prisión por
informar y la cárcel por opinar. Pero hasta hoy aquella ley no había tenido un
amague de aplicación.
El caso santiagueño
viene a interrumpir esa delgada línea que nos separaba de la incivilización
política, para alistarnos definitivamente al lado de países que no pueden ser
tildados de dictaduras solo porque el mundo le sigue adjudicando a la
escenografía electoral un papel importante a la hora de definir a un sistema
político como democrático.
Pero si el acento
para llegar a esas conclusiones no fuera puesto en ese aspecto logístico sino
en las instituciones de fondo que caracterizan verdaderamente a las repúblicas,
todos esos territorios no serían otra cosa más que reinos del yugo.
El mismo día que
estas amenazas caían sobre Juan Pablo Suarez, la presidente daba una
conferencia de prensa junto a Michelle Bachelet, de visita en Buenos Aires. En
ese marco una periodista del diario Clarín, Natasha Niebieskikwiat, le preguntó
por la situación de LAN en la Argentina que arrastra desde hace tiempo una
situación inconclusa respecto de su hangar en el aeropuerto Jorge Newbery,
sobre sus rutas y sobre sus inversiones (compra de aviones) en la Argentina.
La presidente
contestó de mala manera y dejó entrever a través de un tono de sospecha, lo
llamativo que le parecía que el ex presidente Piñera le preguntara tanto por
LAN. No sabemos que quiso insinuar la Sra. de Kirchner, pero en todo caso
debería saber a esta altura que LAN es la principal empresa chilena en el
exterior, que es la principal empresa chilena en la Argentina y que
probablemente sea la principal empresa chilena punto. ¿Cómo no va a interesarse
el presidente de ese país por lo que pasa con ella en un país en donde
claramente se la somete a un constante acoso?
Pero la cuestión no
terminó allí. Una vez terminado el acto, el ministro de economía, Axel
Kicillof, que estaba presente junto a la presidente, fue a buscar a la
periodista y, tomándose la cabeza, le dijo: ¡que anti argentina que sos!
Es decir el ministro
no puede procesar la simple idea de que un periodista está para preguntar y que
los funcionarios estan para responder. La situación de LAN es conocida por
todos en el país y tener la chance de estar frente a las autoridades de los dos
países para preguntar sobre el asunto es una oportunidad que ningún periodista
habría dejado pasar. Si según Kicillof con LAN esta todo bien, podría haberlo
explicado y en todo caso la gente hubiera estado en condiciones de sacar sus
propias conclusiones. Pero encarar a quien pregunta bajo el argumento de que es
"antiargentina", es un hecho revelador de la concepción mental que
impera en el gobierno, esto es, ellos son la "argentinidad", ellos la
representan, y todo el que no opine como ellos es un antiargentino. No es un
argentino con un punto de vista distinto, un argentino con dudas o un argentino
con otras ideas. No; es un antiargentino. La Argentina son Ellos; los demás no.
Del mismo modo, en
Santiago del Estero, la libertad es para los que no controvierten el poder del
gobernador (hoy gobernadora, la esposa del ex gobernador); a los demás les
espera la cárcel, por ser "terroristas".
Si este camino se
consolida, la Argentina habrá ingresado en la etapa superior del kirchnerismo
que ya no se detiene ante los pocos escrúpulos que aún dilataban sus
pretensiones, sino que avanza hacia la obtención del poder completo aun si para
ello debe meter gente presa. Se trataría de la chavización completa del
gobierno.
El socialismo
fascista siempre ha sido una religión biteísta, es decir adoradora de dos
dioses: la cárcel y la miseria. No hay excepciones en esa geografía. Las
imágenes del fachosocialismo siempre están adornadas por la escasez y por la
falta de libertad; por las libretas de racionamiento y las celdas; por la falta
de todo y la amenaza del calabozo.
La Argentina venía disimulando ese coqueteo con la
prisión; esa pasión por meter gente presa que todo verdadero fachosocialista
lleva siempre en el corazón. Pues bien, parece que las caretas empiezan a
caerse. No sería extraño que, como Suárez, Natasha también fuera acusada
de llevar a cabo actividades "antiargentinas" y como tal fuera
catalogada de terrorista y juzgada como tal.
Es la etapa final del sinceramiento. Es el salir a la luz
los verdaderos costados del kirchnerismo puro, de aquel que se ve a sí mismo
como el único color posible, como la única argentinidad posible, como la única
verdad posible. A los demás, ni justicia. Para los demás, la cárcel.
Últimos 5 Artículos del Autor
16/05 |
Reason Weekend 2024
10/07 |
Freedom Fest - Las Vegas
.: AtlasTV
.: Suscribite!
Dejanos tu email y recibí novedades y todo lo que te podemos ofrecer!