Los suizos y el salario mínimo

Luis Salmain
Comisión de Economía de la UCEDE.
El pasado lunes 19 de mayo se
publicó en La Nación una nota titulada “Los suizos rechazan el salario mínimo
más alto del mundo” originada en las agencias AFP, EFE y DPA.
La iniciativa sometida a
referéndum, que era promovida por los sindicatos y los partidos de izquierda y
rechazada por el gobierno, implicaba fijar un salario mínimo de 4000 francos
suizos (3270 euros), lo que situaría a Suiza a la cabeza de ese rango de
sueldos en todo el mundo.
El 76,3% de los que fueron a
votar rechazaron la medida. El ministro de Economía, Johann Schneider, declaró
“es una señal clara en favor de nuestra estructura económica, de nuestro
mercado de trabajo y de nuestra forma de convivencia social” e insistió en que
“la aceptación de una remuneración mínima hubiese llevado a la supresión de
empleos, particularmente en las regiones periféricas, siendo el trabajo el
mejor antídoto contra la pobreza”.
Los que estaban en contra de
la iniciativa advirtieron repetidamente que perjudicaría a quienes intentaba
proteger: los trabajadores con los salarios más bajos. Los sectores de
hotelería y gastronómico que tal medida afectaría al estrecho margen de
rentabilidad y les obligaría a reducir su personal.
Lo que considero un disparate
son las palabras con que se introduce la nota: “Los suizos pueden tener fama de
ser un pueblo liberal y progresista, pero las urnas en los últimos meses se
vienen encargando de desmentirlo”.
Por el contrario, es realmente
alentador el resultado del referéndum. El rechazo a la fijación de salarios
mínimos está en un todo de acuerdo con el ideario liberal y conceptuar esa
posición como no progresista es insistir en la ignorancia y en la
desinformación.
Es envidiable que en un
referéndum tenga estos resultados. Demuestra que en algunos lugares los ciudadanos tienen una adecuada educación
económica, que supera las posturas progresistas a las que nos tienen
acostumbrados los curanderos en estas latitudes desde hace 70 años.
A continuación algunas notas bibliográficas sobre el
tema:
Alberto Benegas Lynch (h) – Fundamentos de Análisis
Económico, 11ª Edición – Abeledo-Perrot
Se suele afirmar que los
salarios e ingresos en términos reales derivan de la “sensibilidad social” de
los empleadores para con los empleados, de las organizaciones sindicales, de
las huelgas que capaces de llevar a cabo los sindicatos o de la capacidad del
gobernante para decretar salarios mínimos. Ninguno de estos elementos tiene
relación alguna con los salarios. El único factor determinante es el capital
que, en el contexto del mercado, se traduce en equipos, maquinarias,
herramientas e instalaciones que aumentan su rendimiento. Allí donde el stock
de capital es mayor en relación al trabajo, los salarios serán más elevados
porque la productividad es mayor. Al ser el salario mínimo superior al de
mercado, los desempleados serán los trabajadores marginales, es decir, lo que
más necesitan empleo.
Henry
Hazlitt –The Failure of the “New Economics”- An Analysis of the Keynesian
Fallacies- Ludwig von Mises Institute/D. Van Nostrand Co., Inc.
… si los salarios
están por encima del nivel de la productividad marginal del trabajo,
habrá desempleo… (Amplio tratamiento del tema en esta excelente obra donde se
refuta todo el andamiaje keynesiano).
Ludwig von Mises – Planificación para la Libertad –
Centro de Estudios sobre la Libertad
… El único medio de elevar los
salarios permanentemente es aumentando la productividad del trabajo a través de
una elevación de la cuota de capital invertido per cápita y mejorando los
métodos de producción. Los intervencionistas creen que el gobierno tiene poder
para elevar el nivel de vida de los trabajadores por medio de la observancia
compulsiva de salarios mínimos…
… El desempleo es el efecto
inevitable de los intentos por mantener los salarios por encima del nivel que
el mercado, sin traba alguna, habría fijado…
… La política de salarios
mínimos divide la fuerza de trabajo en dos grupos: los ocupados, que ganan
salarios mayores que los que habrían obtenido en un mercado de trabajo libre, y
los desocupados que no ganan nada…
Alberto Benegas Lynch (h) y Carlota Jackish – El Fin de
las Libertades – El caso de la ingeniería social – Fund. Friedrich A. von
Hayek/Lumiere
Ocurre en la realidad que
mucha gente necesita trabajar y no consigue empleo a la vez que muchos
empresarios necesitan contratar trabajadores pero no lo hacen por los altos
costos laborales que la legislación les impone. Esto se evitaría si se dejara
operar al mercado libremente.
Para finalizar es bueno
recurrir a las advertencias de von Mises cuando decía “Solamente si se posee
una ignorancia enorme se pueden llamar “políticas a favor del trabajador” a las
políticas adoptadas por los que se autodenominan “progresistas”. El asalariado,
como cualquier otro ciudadano, está muy interesado en la preservación del poder
de compra de la moneda. Si gracias a su sindicato, su salario es más alto que
en el mercado libre de trabajo, descubrirá muy pronto que el movimiento
ascendente de los precios no lo sólo lo priva de las ventajas que esperaba
obtener, sino que además hace el valor de sus ahorros, de sus pólizas de seguro
y de sus derechos de pensión se mermen y, aún peor, puede perder su trabajo y
no encontrar otro”.
Últimos 5 Artículos del Autor
.: AtlasTV
.: Suscribite!
