No defaultear es más fácil que jugar con tierra

José Luis Espert
Economista. Titular de Espert & Asoc. Premio a la Libertad 2009, otorgado por la Fundación Atlas para una Sociedad Libre.
No hay buitres sin deuda, no hay deuda sin déficit y no
hay déficit sin políticos gastomaníacos (la recaudación de impuestos era de 15%
del PBI en 1961 y hoy es de 36% del PBI). Ergo, los políticos que a nivel
nacional, provincial y municipal que deciden el gasto público, son los
verdaderos responsables de todos los desastres fiscales de los últimos 40 años
que, a su vez han generado crisis de mayor o menor tamaño (Rodrigazo, Sigaut,
Hiperinflacion, Fin de la Convertibilidad y el retorno a la Estanflación con el
cepo cambiario de octubre de 2011) que explican en gran parte la gran
frustración que es la Argentina del último medio siglo.
Es mentira que los buitres y la deuda externa sean un
instrumento civilizado y moderno de dominación mundial de la patria financiera
internacional como nos pretender hacer creer la vergüenza sponsoreada por la
UBA del Museo de la Deuda Externa “Marcianos, una cronología de la deuda
externa” https://www.youtube.com/watch?v=3bQZ20OWbIo
Por supuesto que el negocio del prestamista es conseguir
países con déficit fiscal que necesitan financiamiento, pero son los países los
que deciden en sus Congresos de manera soberana y autónoma la cantidad de gasto
público y, por lo tanto de déficit fiscal que van a tener que financiar con
deuda. Es más, en los presupuestos siempre se pone cómo se va a financiar un
desequilibrio fiscal y qué gastos directamente se financian con deuda. Así que
los que mejor saben qué gasto público sube y cómo se financia el déficit, es la
política. Que no te vengan a llorisquear cuando el acreedor quiere cobrar. En
algún lugar, cuando ellos deciden el nivel de gasto público, también están decidiendo
pedir prestado.
Obvio que en países como Argentina donde los intereses de
la sociedad respecto del gasto público (educación, salud, seguridad, justicia,
etc.) están totalmente disociados de los intereses de la política porque ésta
se comporta de manera corporativa para perpetuarse y enriquecerse en el poder
de la manera más fácil posible (con la demagogia del gasto público) y dado que
el mayor poder de lobby está en la política, el sector privado termina siendo
como los humanos en la película “Matrix”: tienen una vida virtual pero en la
realidad son sólo baterías que le dan energía (impuestos) a la máquina (El
Estado). O puesto en términos más actuales: los verdaderos buitres son los
políticos y los carneros los privados de a pie http://www.lanacion.com.ar/1660483-la-argentina-devorada-por-su-estado
http://www.lanacion.com.ar/1696206-de-buitres-y-carneros
Pero si lo anterior fuera poco, la asignación de ese
gasto público es pésima. Las calles en general están sucias, las rutas
destrozadas, la salud pública para el pobre es una vergüenza, la educación
igual, la seguridad no existe, en la justicia Oyarbide sigue como juez y
Campagnoli es perseguido como un delincuente, el servicio exterior es
gerenciado por un inestable desbocado como Héctor Timerman y la corrupción nos
golpea en la cara como el sol de cada día.
Habiendo quedado claro que es la política corporativa
argentina la que decide los buitres que nos van a carroñar después a los
privados, ahora viene el tema particular de la actual deuda pública en default.
Todos los países emiten deuda bajo legislación extranjera
(además de nacional), entre muchas razones, para abaratar el costo de
financiamiento. Si yo le digo a un acreedor extranjero que voy a colocar deuda
en la moneda de su país y además, ante un litigio, me someteré a su
legislación, estará dispuesto cobrarme a una tasa más baja que si la
legislación fuera la local. No hay nada de cesión de soberanía al estilo
“perdimos las Malvinas a manos de los british” que justifique la demagogia política
posterior. Es práctica común en el mundo financiero.
Fruto del déficit fiscal que la clase política decidió,
algunos de los contratos de deuda que Argentina voluntariamente firmó en los
´90 con sus prestamistas fueron con legislación extranjera (al igual que de los
del canje 2005 y 2010). Todos los contratos de los ´90 decían que si Argentina
algún día decidía cambiar las condiciones de emisión originales (baja de tasas,
quita de capital) como ocurre cuando hay un canje de deuda tendría que lograrse
una adhesión del 100%. Ni del 75% como con en el canje de 2005 ni con el 93%
después del canje de 2010. O sea, quedó un 7% de bonistas (no buitres) que no
lo aceptaron. Ese 7% original era, en números redondos, u$s7.000M de capital y
hoy según la propia Cristina es de u$s15.000M al computar tasas de interés y
punitorios durante los últimos 15 años desde el default de diciembre de 2001.
Así que de movida, Argentina SIEMPRE, desde le primer
canje deuda, violó la letra del contrato de deuda que establecía 100% de
aceptación. Este es el primer bache por donde podrían venir litigios ¿Pero que
hizo la política local? Descorchar champagne haciéndole creer a la sociedad,
que el canje era un éxito mundial, cuando en realidad era un fracaso porque
estaba violando la letra del contrato. Segundo problema legal con la “parejita”
de los canjes de 2005 (se pudo hacer porque el juez Griesa los permitió) y 2010
(también se pudo hacer porque el juez Griesa los permitió): la cláusula pari
passu. Esta cláusula es centenaria y está en todos los contratos de deuda y
dice, adaptando su definición a la interpretación que hizo de ella la justicia
de los EE.UU en nuestro juicio, que el que no aceptó el canje, no puede ser
ignorado por el gobierno que le paga regularmente al que lo aceptó.
La Ley Cerrojo, sancionada por el Congreso a instancias
del gobierno de Néstor Kirchner, violó la cláusula pari passu porque estableció
2 categorías de deudores antitéticas: los que aceptaron los canjes a los cuales
el gobierno les pagaba y los que no, a los cuales el gobierno los desconocía
como acreedores, dándolos de baja de las estadísticas de la deuda pública
argentina, deslistando a sus bonos de los mercados donde cotizaban y jamás
sentándose a negociar a pesar de los continuos llamados de la justicia de los
EE.UU advirtiendo de la violación de los contratos de deuda firmados por
Argentina en la cual estábamos incurriendo. Como diría el gran Pocho “al
enemigo ni justicia”.
Así que, al revés de lo que se nos dijo durante 10 años,
el canje deuda fue un fracaso de entrada (que algún día tendría consecuencias)
porque violaba 2 conceptos claves de la letra del contrato: el porcentaje de
adhesión y la cláusula pari passu. Argentina fue demandada en juicio y como era
obvio lo perdió. En EE.UU mal que nos pese a nosotros, argentinos salvajes, las
instituciones y lo firmado en un contrato vale más que el lobby de Obama y del
FMI (el tour de nuestros queridos legisladores reuniéndose con autoridades
americanas hace un par de semanas, no cuenta, fue sólo tirar a la basura parte
de nuestros impuestos).
El juicio está perdido y hay que decidir si se paga o no
(ahí entraríamos en default con la deuda externa en manos privadas que hoy está
performing por casi u$s30.000M porque los u$s que enviaríamos desde BA a EE.UU.
serían embargados para pagarles a los que ganaron el juicio) el 100% sin quita
alguna (el cambio de juridicción es un delirio tan mayúsculo que no vale la
pena discutirlo: ¿desacatar a la justicia del país más poderoso del mundo a la
cual la fuimos a buscar nosotros?). Así que las opciones reales, no de relato,
son acatar=pagar=no default o desacatar=no pagar=default.
La discusión de cuánto porcentaje de buitre hay en las
venas de los demandantes a nadie le importa en un juicio. Eso es fulbito para
la tribuna en países enfermos de populismo como el nuestro.
El monto de este juicio que terminó el pasado lunes 16
con el rechazo a la segunda apelación de Argentina por parte de la Corte
Suprema de los EE.UU. es de u$s1.500M con un capital original que no supera los
u$s400M.
El 100% de las acreencias de los que no aceptaron los
canjes de deuda, según los datos de la Presidenta Cristina, hoy llega a
u$s15.000M. Supongamos que el 100% de los que ganaron este juicio son buitres
(en realidad no es así). Ergo, 1.500/15.000=10%. Sólo el 10% de los que no
aceptaron los canjes son buitres. Pero si el número fuera mayor ¿who cares?
Tienen el papel de deuda con el que ganaron el juicio. Hay que decidir pagar o
no, sea buitre, serpiente, simio o el animal que quieras.
Obvio que los u$s15.000M, más de la mitad de las reservas
del BCRA de hoy, o una gran parte de ellos se van a venir a reclamar viendo los
que ocurrió con los u$s1.500M. Pero nunca van a venir todos juntos, ya y ahora
como sugiere el gobierno, alertando sobre la llegada del Juicio Final. Como
mucho será en 1 año y nunca será el 100% de los u$s15.000M.
En los últimos 5 años, desde que el gobierno tomó por
asalto al BCRA con Mercedes Marcó del Pont como su presidenta, le sacó entre
decretos, resoluciones y leyes de presupuesto reservas por u$s45.000M para
pagar deuda de capital e intereses de privados (Fondea) y de organismos
internacionales en moneda extranjera. O sea, un promedio de u$s9.000M por año
en promedio.
No hay ningún argumento para no poner u$s15.000M de
reservas en un año para acatar el fallo de un juicio al cual Argentina fue
porque quiso sabiendo que lo perdería (así lo reconocieron tanto Kicillof como
Cristina) y evitar un default y sí u$s9.000M para pagar a los que aceptaron los
canjes.
Ojo que un default, al pulverizar el patrimonio de los
bancos y del FGS del Anses, pondrá nervioso a más de un depositante y a más de
un futuro jubilado.
Pero además, está mal usar reservas del Banco Central
para un problema que es del fisco, del gobierno y que es el pago de la deuda
pública. Las reservas del BCRA están para hacer de respaldo a los pesos que
emite el BCRA y más con el prontuario argentino de confiscaciones,
devaluaciones, hiperinflaciones y defaults que ha transformado a la demanda de
pesos en pequeña y volátil. Nunca se deberían haber usado reservas para pagar
ninguna deuda. El capital se podría haber refinanciado y los intereses se
deberían haber pagado con el boom de recaudación que traían las tasas chinas de
crecimiento (lo mismo si en vez de refinanciar se decidía cancelar capital de
deuda pública).
Pero claro, lo que no te dice la clase política cuando se
rasga las vestiduras sobre el pago de la deuda externa, deuda que nunca se
debería haber tomado porque la recaudación hace 40 años que no para de crecer
como porcentaje del PBI porque los impuestazos son la adicción de todos los
gobiernos, es que no hay un solo peso de los u$s150.000M que se recaudan hoy
porque se lo gastaron todo en clientelismo, amiguismo y corrupción.
Los u$s15.000M son el 10% del total de la recaudación de
impuestos (los u$s1.500M el 1%) que la gente paga para que la política le dé
algo. Ya que no le da bienes públicos, al menos que le eviten la crisis
económica y financiera que sufriría ante un default ¡sólo 15 años después del
default inmediato anterior y luego de una década de desendeudamiento que dejó
la deuda externa performing con privados reducida a la nimiedad de 8% del PBI!
Si no quieren sacar los u$s15.000M de los u$s150.000M de
recaudación porque ésta ya se la gastaron de manera irresponsable y esto sí que
sería un “ajuste” (si los privados no llegan a fin de mes por la inflación, no
lo es), que la saquen entonces del crecimiento de la recaudación que al 30% son
entre u$s30.000M y u$s45.000M (dependiendo del dólar que pongas a futuro) en un
año, o sea que los u$s15.000M son entre 1/3 y 50% del AUMENTO de recaudación.
El 50% o 2/3 restantes del aumento se lo pueden seguir malgastando como hoy. Y
si tampoco quieren eso, deberían colocar deuda para evitar el default.
Finalizada la epopeya del desendeudamiento, ahora comenzó la del endeudamiento.
Ya emitimos deuda para el CIADI, Repsol y Club de París por u$s15.000M ¿Qué le
hace un mancha más al tigre y emitir otra vez deuda externa por otros
u$s15.000M? Total, ahora los que nos prestan son buitres buenos…hasta que algún
día por el malgasto público, no podamos pagarles y sean buitres a secas.
Seamos adultos, dejemos de ser un paisito de infantes
histéricos. Tuvimos boom de recaudación pero más de gasto público, vino el
déficit, la deuda externa, la imposibilidad de pagarla, un mal canje, un peor
juicio y lo perdimos. Pagarlo es más fácil que defaultearlo. Después de todo,
salvo la deuda ajustada por CER, defaulteada en los hechos por la destrucción
del INDEC, los Kirchner han repagado deuda externa como ningún gobierno en la
historia. Ideologizar u$s15.000M es ridículo y…peligroso.
Como dicen los K “Memoria”.
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