Homenaje al musico Ataulfo Argenta, en su centenario
Carlos Goedder
Carlos Goedder es el seudónimo de un escritor venezolano nacido en Caracas, Venezuela, en 1975. El heterónimo de Carlos Goedder fue alumbrado en 1999 (un juego de palabras con el nombre de pila correspondiente al autor y el apellido de Goethe, a quien leyó con fruición en ese año. La combinación de nombre algo debe también a la del director orquestal Carlos Kleiber).


El director de orquesta español Ataúlfo Argenta, nacido en 1913, falleció prematuramente, dejando una profunda herida en el mundo de la música clásica y la zarzuela

Al genio del clavicémbalo, el colombiano Rafael Puyana, que se marchó al infinito hace días

Ataúlfo Argenta, cántabro, vivió entre 1913 y 1958. Recordarle en su centenario es oportuno para promover su legado y pensar en lo que hubiese podido ser de prolongarse su vida.

El gran mérito de Argenta, desde el podio orquestal, es haber mantenido viva la música clásica de alto nivel en la España arrasada tras la Guerra Civil. Bajo el franquismo, el trabajo orquestal de Argenta invitaba a una grandeza de miras y sensibilidad escasas en aquel terrible tiempo. Si algo ayuda a mantener vivo el espíritu y la mente ante los terrores del fascismo y el comunismo es el arte musical.

Argenta logró proyección internacional en Europa. El maestro suizo Ernest Ansermet (1883-1969) fue entusiasta sobre el maestro español y le trajo como director invitado a la célebre agrupación Orchestre de la Suisse Romande. Ansermet hizo grabaciones con el sello Decca y estaba causando gran sensación fuera de España cuando le llegó la muerte.

Bajo la batuta de este maestro se grabaron varias zarzuelas. El notable barítono Manuel Ausensi dejó grabaciones con  él que son indispensables en cualquier catálogo de amante de la zarzuela. Su romanza de “Canción Húngara” en la zarzuela “Alma de Dios” (de José Serrano y Carlos Arniches) es una delicia, recogiendo en ella las emociones del zíngaro errante que extraña su patria. Está disponible en http://www.youtube.com/watch?v=h4bEAv1rJbk&noredirect=1  y oírla es compañía deliciosa para esta reseña. Para mi pesar, no he dado con grabaciones de Argenta con el joven Alfredo Kraus.

La zarzuela no es del gusto de todos. No obstante, ni el más reacio puede negar el color y encanto de los preludios e intermedios de zarzuela. Argenta ha dejado una notable colección de estas piezas. El sello CAT MUSIC las ha publicado y en un sonido monoaural bastante bueno, si bien seguramente un remasterizado más arduo se agradecería. No obstante, pasan la prueba de sonido y su precio me hizo viable recoger varias grabaciones de Argenta que otros sellos publican a precios prohibitivos (o simplemente están descatalogadas).

Esas grabaciones españolas de Argenta incluyen como joya su estreno del Concierto de Aranjuez, el seminal concierto de guitarra compuesto por Joaquín Rodrigo (1901-1999) cuyo adagio estremece incluso al alma más áspera. Argenta estrenó esta pieza seminal y dejó registro sonoro con Narciso Yepes en la guitarra.

El compositor gaditano Manuel de Falla (1876-1946) fue otro de los imperdibles bajo la  batuta de Argenta. Su “Noche en los Jardines de España” tuvo a Argenta como pionero en testimonio discográfico, con Gonzalo Soriano al piano. Falla se exilió en Argentina tras la Guerra Civil Española, así que su interpretación por el maestro Argenta fue un acto valiente. El sello Medici Arts ha lanzado al mercado en años recientes una grabación que atesoro en mi discoteca y es EL AMOR BRUJO con Teresa Berganza como mezzosoprano. EL AMOR BRUJO tiene elementos gitanos y sus arias amorosas cantan a ese amor que es “lo mismo que el fuego fatuo”, que “le huyes y te persigue, lo buscas y echa a correr”. Argenta en el podio crea con la orquesta todos los colores y contrastes de la singular composición de Falla. Ese mismo disco incluye Noche en los Jardines de España y las danzas fundamentales de El Sombrero de Tres Picos, incluyendo su  frenética y obsesiva Danza del Molinero (el pobre Falla sufría de trastorno obsesivo compulsivo con la limpieza y el orden). Una versión de El Amor Brujo con la notable Ana María Iriarte como cantante está disponible para oír sin coste alguno en http://www.youtube.com/watch?v=4VjQHlvi0Fo

El que Argenta haya mantenido vivo el panorama orquestal español tras el exilio de genios como Falla y Pablo Casals (1976-1973) es un mérito increíble. Argenta tenía talento suficiente para radicarse fuera de España. Eligió seguir residiendo allí. Fue un sacrificio, si bien siguió activo en grabaciones fuera de su país, especialmente en Francia y Suiza.

Una de las joyas grabadas por Argenta es la Sinfonía Número Tres de Beethoven, la “Heroica”. No creo que sea el primer disco a comprar de Argenta –seguramente se preferirá uno de su repertorio español-; no obstante, para mí está llena de significados. Fue publicada recientemente por el sello ICA CLASSICS, con excelente sonido y grabada en vivo.

La Tercera de Beethoven marcó una ruptura en el mundo sinfónico. El impacto musical sería comparable, en su tiempo, a La Consagración de la Primavera de Igor Stravinsky, la cual cumple un siglo exacto en este 2013. Beethoven compuso entre 1803 y 1804 esta sinfonía, la más larga hasta entonces publicada y la cual habría pasado a la posteridad como Sinfonía Bonaparte. El compositor suprimió la dedicatoria al ser Viena invadida por Napoleón. Siempre me ha parecido que esta prometeica sinfonía, más allá de cantar a la lucha del hombre con la vida y concluir de manera alegre, transmite como mensaje las etapas de las revoluciones. Su primer movimiento tiene el toque de la entrada revolucionaria, del inicio del gran cambio. La “Marcha Fúnebre” del Segundo Movimiento canta a los caídos en combate y por la transformación. El tercer movimiento nos refleja los cambios y la incertidumbre. El cuarto movimiento da un mensaje de triunfo y esperanza. Es mi sinfonía de Beethoven más querida, junto a la monumental novena. La interpretación que propongo es personal y vaya Ud. a saber si Beethoven diría que estoy equivocadísimo.

¿Pensaba Argenta en estas cosas? Dirigir la Heroica bajo pleno fascismo español tiene para mí un toque de rebeldía, de canto a ideales que siguen vivos en aquel tiempo mediocre que fue la España entre 1940 y 1960. Argenta indudablemente entendía que la música no es solo música. Tiene mucho de catarsis, de metafísica y pasión. Su Heroica es deliciosa para mí y que alguien la interprete en un teatro español en aquel tiempo oscuro me supone un valor elevadísimo.

Argenta dejó otras grabaciones de clásicos internacionales, incluyendo una maravillosa Sinfonía Fantástica de Berlioz. Su interpretación da en el clavo siempre. Captura los elementos románticos con la misma magia que capta los elementos gitanos y folclóricos españoles en Falla o sus zarzuelas.

El cosmopolitismo no impidió a Argenta promover a compositores locales como Albéniz, Turina o Halffter. El cántabro fue prolífico en grabaciones, que siguen en catálogo hoy día.

El final de Argenta se debió a un estúpido accidente. En los automóviles comercializados en España en aquella época se podía uno envenenar con anhídrido carbónico por culpa de una calefacción mal conectada. En su chalet, Argenta fallece de este modo, en su vehículo.

Esto podría dar cabida a una interpretación romántica y republicana de suicidio ante el franquismo y el hastío por la represión de ese torpe fascismo. No obstante esta interpretación tan sublime, tiene mucho de ucronía. Argenta fallece con un estudiante en el automóvil, quien consigue recobrarse de la intoxicación. Leyendo más, uno descubre que fue UNA estudiante la compañera en ese momento final. Una interpretación sugiere que el Maestro andaba en un momento de solaz con una bella alumna, se la llevó al coche para un amor clandestino y al encender la calefacción en un momento de entusiasmo olvidó precauciones técnicas. En fin, le faltaron al maestro los moteles que ofrecían las democracias. No estoy seguro de esta interpretación; no obstante la prefiero a un suicidio deliberado. Añado la coletilla de “presunta” interpretación, tan usada en España para lavarse las manos. Este trágico final ocurrió el 21 de enero de 1958. Argenta estaba en plena demanda por las orquestas foráneas. Y no se trataba del exotismo de ver a un gran director surgido en aquella atrasada España de entonces, sino de que se le reconocía un talento y disciplina considerables, considerándosele un abanderado de la música orquestal española contemporánea.

El 19 de noviembre de 2013 se cumple el centenario del natalicio de Argenta. Ojalá que Fundaciones cántabras y el Gobierno Regional hagan publicidad a homenajes que deben propagarse por una España que precisa más que nunca del espíritu y la pasión en la crisis económica actual.  No obstante, Argenta es patrimonio musical independientemente de latitudes y nacionalidades. La música es tan universal como el ser humano.

[Como nota final, el hijo del genial director, Fernando, es un gran divulgador musical. Sugiero esta entrevista con él, si bien comparar a Argenta con Karajan me parece un despropósito filial: http://www.eldiariomontanes.es/20080120/sociedad/ataulfo-argenta-1958-2008/padre-hubiera-sido-mucho-20080120.html]

Bogotá, Mayo de 2013


 

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