Twittear

El ingeniero Daniel Cámeron ha renunciado a la titularidad de la Secretaría de Energía, cargo ejercido con bajo perfil durante once años.  El suceso destapa la estafa del candidato presidencial Néstor Kirchner en las elecciones de 2003 y la consecuente defraudación operada por su política de desinversión que condujo a la servidumbre de los “buques regasificadores”, nuevas fulgurantes estrellas acuáticas de la absurda importación de combustibles en una Argentina que gozó durante más de medio siglo de una producción propia de hidrocarburos, de un avance tecnológico en las exploraciones sumado al transporte, buena infraestructura y funcional distribución interna.  Esta actitud de los Kirchner significa para los habitantes un drenaje de divisas anuales del orden de los 13.000 millones de dólares. Tal afirmación se puede observar con nitidez entre los diarios y archivos desde el año 2003.

 

Durante aquella  campaña electoral el ingeniero Cámeron acreditaba y publicaba la innegable realidad del flujo logrado por las inversiones durante la década del 90: 110 mil millones de dólares a cifras de hoy. A los pocos años de asumir el kirchnerismo, comenzó a notarse la disminución de la exploración y producción local.  Como siempre la culpa se la adjudicaban a otro. A voz en cuello vociferaba su falacia Néstor Kirchner contra la falta de inversiones en la década del 90 mientras Cámeron se refugiaba en un enigmático silencio. Pero la terca realidad los descubría y acusaba como causantes reales del mal al congelamiento de las tarifas de la electricidad, los controles de precios en los hidrocarburos, los subsidios arbitrarios más los procesos inflacionarios negados de mal modo desde el Indec por el dúo Moreno-Pagliere. 

 

Se operaba así una carencia de inversiones genuinas en el área energética. Cámeron seguía en silencio a sabiendas de su responsabilidad pero sin conocerse la razón de tan extraña conducta…  ¿para desligarse, no podía o no lo dejaban renunciar…? 

 

En reciente artículo de La Nación (02-07-14, pág.14) el periodista Francisco Olivera transmite una profecía de Cámeron durante esa campaña 2003: “Existen riesgos concretos de desabastecimiento en 2 o 3 años”  e incluía en la plataforma electoral la promesa y necesidad de alzas “paulatinas” de tarifas domiciliarias  en esos lapsos.  Se trataba de una propuesta bendecida por el  pueblo votante, pero “debieron” incumplirla por exigencia inexplicable del matrimonio Kirchner. Al parecer, según cita Olivera, a Cámeron no le permitieron renunciar las cinco veces que lo intentó. Ambos presidentes Kirchner y el ministro De Vido le marcaron al Secretario de Energía una rígida política intervencionista-dirigista.

 

Olvidaron la promesa de obtener mejores inversiones dentro del ritmo de los equitativos y previstos aumentos de tarifas, muy oportunos para esas épocas de bonanza externa e interna.  Para mal de todos optaron por la “conveniencia” más complicada de los improductivos subsidios y de los trueques de combustibles por maquinaria agrícola pactados con Hugo Chávez; lo cual terminó en un escándalo internacional denunciado por un embajador de valiente probidad. 

 

Ambos presidentes del connubio obraban con vocación de perpetuidad y autoritarismo severo, a su vez detentaban el poder al frente de las más amplias potestades “delegadas”, pasando inclusive por encima del Congreso y las facultades de los jueces.  Tal suma del poder público se logró con la complicidad de legisladores y magistrados aquiescentes, merecedores del arribo oportuno de una Justicia que ponga las cosas en su lugar, como está ocurriendo con los sucesos asombrosos protagonizados por el vicepresidente Boudou y sus dislates reprensibles, comprobados desde los estrados judiciales y objetados por magistrados competentes.

 

El “Régimen del Relato” está tomando conciencia de su agonía acelerada. Ya no puede seguir abusando ni alardear del 54% del año 2011. Se niega a reconocer la inflación y el repudio en urnas ocurrido en octubre 2013, corregido y aumentado desde las callejeras manifestaciones opositoras. 

 

Los “fieles” seguidores del régimen, comprimidos ahora en un patio de escuálidas palmeras, se concentran ahí compulsados por el pase de listas o el atractivo farandulesco de la comparsa de artistas obsecuentes. Aún así, no espantarán el terror a las nuevas tarifas de gas, electricidad y naftas ni siquiera con la fuerza bruta de las inmensas grúas de metal pesado.

 

¿Será posible alguna vez resarcir a los argentinos víctimas de las pérdidas ocasionadas por sus funcionarios mafiosos e irresponsables… mediante el embargo y ejecución de sus colosales patrimonios malhabidos…?

 

 

El autor fue abogado de YPF, es historiador, ensayista y periodista.  Publicó “Desencuentros en América” – “Epopeyas y Miserias entre Latinos y Sajones” y de próxima aparición “Los Quiero de Rodillas…”  epoblet@yahoo.com.ar